Latinoamérica
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Nueva esperanza de intercambio humanitario
María Isabel García
Radio Nederland
La esperanza de un intercambio de secuestrados en poder de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, por presos políticos, revivió para
muchas de las familias de los cautivos, que creen que, como nunca antes en los 3
años del Gobierno de Álvaro Uribe, hay condiciones para un acuerdo entre las
partes.
"Creo
que se están encontrando los caminos y que el trabajo de tantos años está dando
frutos", declaró a RN Patricia Perdomo, hija de la legisladora Consuelo Perdomo,
cautiva de las FARC desde hace 4 años. Ella, que casi todas las mañanas
participa en los programas radiales de mensajes a los secuestrados en poder de
la guerrilla, y que vio por última vez el rostro de su madre en un vídeo que
recibió la familia el 15 de agosto de 2003, tiene una "certeza íntima" de que la
hija que espera podrá encontrarse pronto con su abuela.
RN.- ¿Cómo describir cuatro años de espera por la liberación de su madre,
cautiva de las FARC?
PP.- Tiempos muy duros, difíciles, de lucha, de expectativas y de pensar
en qué hacer para sacar a los secuestrados: marchas, congresos, encuentros,
ruegos a la guerrilla y al Gobierno. Hemos hecho de todo, algunas cosas buenas y
otras menos, pero todas por amor a nuestros familiares y por el anhelo que
tenemos de sacarlos y volverlos a abrazar.
RN.- ¿Qué la hace pensar que esta posibilidad de encuentro entre el
Gobierno y las FARC pueda ser un hecho?
PP.- Pienso que éste es un buen momento para que las partes se sienten a
hablar. Creo que el trabajo de tantos años está dando frutos y que se están
encontrando los caminos. Estoy optimista porque hay voluntad por parte del
Gobierno, que nunca estuvo tan abierto sino que imponía exigencias. Ahora las
demandas vienen de las FARC, pero, al fin y al cabo lo que la guerrilla quiere
es el acuerdo humanitario. Precisamente para eso secuestraron a nuestros
familiares. Espero que cedan un poco en sus pretensiones y comprendan que se
debe aprovechar esta oportunidad y que éste es un momento muy oportuno para
sentarse a dialogar.
RN.- ¿Por qué acompañó al Comisionado de Paz al departamento del Valle,
donde anunció a Aures como sitio para el diálogo?
PP.- Porque creo que es una buena propuesta que surge de las familias, y
que el Gobierno analizó y apoya. Creo que las FARC tienen que entender que es
nuestra propuesta, que queremos buscar un sitio imparcial que no sea Pradera, ni
Florida ni una iglesia en Bogotá, sino un lugar que le sirva a ambas partes. El
Gobierno ha dicho que brindará garantías de seguridad. Ahora necesitamos que las
FARC acepten y digan en quiénes confían para que se conforme la comisión que
garantice la seguridad de sus delegados.
El martes 9, el Alto Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, propuso la vereda
de Aures, en el departamento del Valle, como lugar de encuentro con delegados de
las FARC, en sustitución de los municipios de Florida y Pradera, también en el
Valle. En una carta enviada a fines de julio al ex presidente Alfonso López
Michelsen (1974/78), al procurador Edgardo Maya y al ex ministro Álvaro Leyva,
las FARC habían propuesto estos lugares como condición para un diálogo.
Desde el 11 de abril, cuando se cumplieron tres años del secuestro masivo de
diputados de la Asamblea del Valle, Aures, caserío donde habitan 22 familias,
surgió como posible sitio de encuentro. Los 4.500 habitantes del casco urbano de
Caicedonia, apoyan que el lugar sea 'zona de confianza' y sede de los diálogos.
"Será un sitio de encuentro y no de despeje", precisó el presidente Uribe, al
tiempo que señaló que los portavoces de las FARC podrían ser trasladados hasta
el lugar por un miembro de la comunidad internacional en quien ellos confíen
como, por ejemplo, la Cruz Roja Internacional.
El Gobierno considera Pradera y Florida como zonas estratégicas para la
guerrilla. En cambio, en Aures "habrá las condiciones de seguridad y el
acompañamiento necesarios para que los delegados de las FARC lleguen y salgan
sin ningún contratiempo", según precisó el comisionado Restrepo. El funcionario,
responsable de la política de acuerdos entre el Gobierno y los grupos armados,
manifestó que, de producirse, el encuentro duraría entre 5 y 8 días, durante los
cuales se debería convenir las condiciones del eventual acuerdo.
El itinerario de los, hasta ahora, fallidos intentos de encuentro Gobierno-FARC,
incluye una inicial propuesta gubernamental de proceso de paz que parte de un
cese de hostilidades. Luego pasó a la condición de mediación de la ONU, a la que
la guerrilla respondió exigiendo la desmilitarizaran de Cartagena del Chairá y
San Vicente del Caguán, en las selvas del Caquetá. Posteriormente, las FARC
pidieron la desmilitarización de Pradera y Florida, condición que hasta ahora
mantienen.
Ante la renovada esperanza de los familiares de los cautivos, los escépticos
recuerdan que no es fácil negociar con las FARC, porque esa organización no se
considera derrotada. Además, subrayan que no surtieron efecto gestos
gubernamentales, como la liberación, el año pasado, de 50 guerrilleros detenidos
por rebelión y a punto de cumplir condena, y el indulto de otros 23 a cambio de
la liberación de los 63 secuestrados políticos.
La cúpula de las FARC rechazó además la propuesta de reunirse en Bogotá, con el
aval de la Cruz Roja, y la de elegir un templo católico como lugar de encuentro.
Así mismo, no cedió a la presión que, en su momento, significó la oferta de no
extraditar a Estados Unidos al miembro de la dirección insurgente, comandante
'Simón Trinidad', a cambio de liberar a los secuestrados.
La presión interna por un acuerdo humanitario no sólo se expresa en las marchas
encabezadas por figuras del establecimiento, como el ex presidente López
Michelsen y personalidades del clero católico. También las encuestas de opinión
que le dan al presidente 70 por ciento de popularidad anotan como uno de los
aspectos negativos de su gestión la falta de un acuerdo humanitario con la
guerrilla.
Hay que considerar, además, que al entrar al cuarto y último año de su mandato
constitucional, y tras sellar con la llamada Ley de Justicia y paz el acuerdo
entre el Gobierno y los grupos paramilitares, Uribe aspire a contabilizar algún
logro en el flanco de la guerrilla.
En el ámbito internacional también se manifiesta presión. Esta semana, en misiva
al presidente Uribe, los demócratas del Congreso norteamericano James McGovern,
Raúl Grijalva y Tammy Baldwin, piden hacer "un esfuerzo para negociar un acuerdo
humanitario". Así mismo, advierten que un rescate armado pondría "en peligro las
vidas de los rehenes" tal como ocurrió en 2003 durante la acción militar en la
que murieron el gobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria, y el ex ministro de
Defensa, Gilberto Echeverri, ambos rehenes de las FARC.