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Latinoamérica


Municipios de Putumayo se encuentran sitiados por grave situación de orden público

El Tiempo

Bogota

Ante la escalada violenta de las Farc, la Fuerza Pública

realiza permanentes patrullajes en el río Putumayo.
Archivo / EL TIEMPO

Queda gasolina y Acpm para 4 días, 5 pueblos están aislados y 9 sin energía. Hay 4 hospitales en emergencia y temor por el paro armado de las Farc.
Terminales y vías están desoladas, las estaciones no tienen una gota de gasolina, los alimentos comienzan a escasear, los cuatro hospitales del departamento hacen esfuerzos para economizar el combustible con el que funcionan sus plantas, las noches se alumbran con velas y la gente se encierra más temprano.

Ese es el panorama hoy en Putumayo ante la arremetida desatada por las Farc desde junio pasado, cuando mataron a 26 soldados y policías, y que se ha recrudecido en los últimos siete días, cuando atentaron contra la infraestructura eléctrica. Dos torres están averiadas y dos fueron voladas. Diez municipios quedaron sin luz.

La jornada escolar de la tarde se recortó para que los estudiantes alcancen a llegar a sus casas. Los comerciantes están subiendo 500 pesos a los productos, no se consigue una gaseosa fría en zonas con más de 35 grados de temperatura, la gente se provee de enlatados y hasta se está cobrando por cargar el celular.

Todo, por la seguidilla de ataques que tiene aislado, sin transporte y sin combustibles a casi todo el departamento.

La voladura del puente sobre el río Villalobos incomunicó Mocoa del centro del país y al resto del departamento con Huila. La situación se puso más tensa desde el domingo, cuando las Farc impusieron un paro que afectó el transporte por tierra en Puerto Guzmán, Puerto Asís, Orito, Valle del Guamués, San Miguel y Puerto Caicedo.

Aunque la Fuerza Pública había garantizado la seguridad en las carreteras, la incineración de una chiva en la vía a Puerto Asís terminó por desolar los cerca de 1.000 kilómetros de carreteables de la región.

Ayer, del promedio de 30 buses y camiones que salen a diario de la terminal de Mocoa, apenas partieron dos rumbo a Pasto, única vía habilitada, pero en alerta ante la quema de una camioneta.

La crisis llevó a Bogotá al gobernador, Carlos Palacios. Tras reunirse con funcionarios del Ministerio del Interior, el mandatario informó que el Gobierno nacional se comprometió a habilitar un puente provisional sobre el río Villalobos y acelerar la reparación de la infraestructura eléctrica volada.

Unos 2.000 hombres de las Fuerzas Especiales del Ejército que ya están en el departamento tienen la misión de asegurar el área de los trabajos, a donde no han podido llegar los técnicos de ISA.

Alerta hospitalaria

Los cuatro hospitales de segundo nivel de Putumayo están en alerta. El director del Departamento de Salud, Marino Rincón, precisó que están adelantando gestiones para traer combustible desde Pasto, pero corren el riesgo de frenar sus actividades si no consiguen cómo mantener prendidas las plantas eléctricas.

Para sortear la situación, el Ejército llevó ayer, vía aérea, 500 galones de Acpm y 200 de gasolina, pero la provisión es para cuatro días.

Además, se han visto literalmente a gatas para atender a los 20 heridos que dejó el enfrentamiento del lunes en la vereda Verdeyaco, a 30 kilómetros de Mocoa.

Ayer, en el José María Hernández de esa ciudad, los médicos hacían urgentes llamados a la ciudadanía para que donara sangre, especialmente de tipos A y 0 positivos.

Los heridos son en su mayoría civiles que quedaron atrapados en medio del fuego cuando transitaban en un bus intermunicipal en la vía Mocoa-Pitalito.

El gobernador Palacios no logró una respuesta del Gobierno nacional a su petición de aumentar los cupos de comercio de combustibles. En todo el suroriente del país, la venta de gasolina está restringida para evitar que llegue a guerrillas y narcos.

Ante esa situación, el vicepresidente de la Cámara, Guillermo Rivera, le envió una carta a monseñor Luis Augusto Castro, presidente de la Comisión Nacional de Conciliación, en la que le pidió mediar para que los civiles sean excluidos de las acciones de las Farc, pues "la situación está afectando los umbrales mínimos humanitarios...".

El defensor del Pueblo, Armando Lasso, advirtió que los enfrentamientos podrían agravar la situación humanitaria y no descartó desplazamientos masivos.

Yesid toro Meléndez
Especial para EL TIEMPO
MOCOA


Ola de violencia


A comienzos de junio las Farc atacaron una patrulla de la Policía cerca de Mocoa. Murieron cuatro agentes y otros 19 quedaron heridos.
El 25 de junio mataron a 22 militares en un asalto a la base del Ejército en Teteyé, frontera con Ecuador.
A mediados de julio atacaron el oleoducto en Orito e incineraron vehículos de trasporte de crudo.
El 20 de julio dinamitaron las torres 105, 106 y 107, en San Francisco. Nueve municipios del departamento están sin luz desde ese día y los técnicos de ISA no han podido llegar a la zona de los ataques para repararlas.
El 22 de julio volaron el puente sobre el Río Villalobos. No hay paso desde Mocoa hacia el centro del país y el resto del departamento está aislado de Huila.
El 24 de julio impactaron dos helicópteros militares.
El 25 de julio incineraron dos buses de servicio intermunicipal y atacaron a tiros otro, dejando como saldo 19 heridos.
Falta más fuerza pública
El gobernador del Putumayo, Carlos Palacios, señaló ayer que la presencia de la Fuerza Pública sigue siendo insuficiente para mantener el control sobre ese departamento, uno de los más extensos del país.

"Entendemos que el Ejército y la Policía hacen lo que pueden, pero humanamente les queda muy difícil asegurar más de mil kilómetros de vías y oleoductos, así como las torres de energía.
Por eso somos tan vulnerables frente a los ataques de la guerrilla", señaló el mandatario seccional.

Los 5.000 militares que operan en el área acaban de ser reforzados por las Fuerzas Especiales del Ejército.

En varios puntos siguen los combates con las Farc, que a punta de amenazas y de ataques indiscriminados han logrado imponer su paro armado, según confirmó Palacios. "Quieren demostrar que todavía tienen poder en la retaguardia del Plan Patriota", asegura.

Cifras de la Fundación Seguridad y Democracia señalan que en el primer semestre de este año, las acciones ofensivas de la la Fuerza Pública contra la guerrilla fueron 10. Es decir, 17 menos que en el mismo lapso del 2004 y 25 menos que en el 2003.

"Este departamento, que sirvió como escenario experimental de la primera fase del Plan Colombia, hoy padece un relativo olvido del Estado y la Fuerza Pública", dice un informe de esa ONG.