VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica


 

Las luchas de los pueblos de nuestra américa y la busqueda de alternativas.

Caracterizar el momento actual del desarrollo capitalista, rememorar los estragos causados por la aplicación de sus recetas neoliberales en Nuestra América, y reconocer el valor de las luchas de nuestros pueblos, es algo útil en la búsqueda de alternativas. Estos párrafos apuntan en ese sentido.

Colectivo Cátedra Bolivariana*

El Capitalismo en la actualidad.

El sistema capitalista mundial se encuentra en una fase de desarrollo y acumulación imperialista. Dentro de su dinámica actual, el lugar preponderante lo ocupa el capital financiero transnacional, cuyo desarrollo y crecimiento por no estar basado en la producción sino en la especulación, agrava la crisis del sistema. Es por ello que la pretensión del capitalismo de erigirse en modelo único, hegemónico y totalitario contrasta con la crisis que el mismo sistema arrastra.

Esa crisis, que por esencia es estructural, se traduce a su vez en la angustia de países altamente industrializados, como EEUU, Inglaterra o Japón cuyas economías acusan los estragos de la recesión; y en el atraso de las fuerzas productivas y el incremento de la miseria en los países de economías dependientes. De otro lado, la crisis del sistema se caracteriza en la actualidad por manifestarse con mayor frecuencia y de manera más aguda.

El imperialismo, con los gringos marchando a la cabeza, para superar la encrucijada en mención, adopta como estrategia, la anexión y el saqueo de las economías de los países dependientes. Para lograr este propósito el imperio cuenta con la complicidad de las oligarquías nacionales y en caso contrario apela a la agresión, valiéndose de su poderío armamentista.

Breve Historia de las intervenciones.

Siguiendo los mismos designios de la doctrina Mónroe, los EEUU han implementado para los países de Nuestra América una política de intervención. Son quizás la intervención a Cuba en 1898 que dio origen a la Enmienda Platt, el robo a Méjico de una parte importante de su territorio, y las primeras invasiones a Haití y Puerto Rico, el punto de partida de lo que se convertiría en una constante histórica de su política de intereses en el continente.

Otro ejemplo notable tuvo lugar en Colombia, donde EEUU, iniciando el siglo XX, promueven la secesión del territorio que concluye con la perdida de Panamá, cuya ganancia para los gringos fue la apropiación durante un siglo del Canal interoceánico del mismo nombre.

La experiencia de la Guerra Fría.

Para América latina este periodo nunca fue de guerra fría. Los logros alcanzados por la URSS en la ciencia y la economía, el nuevo mapa político configurado en África en la lucha de estos pueblos contra el colonialismo, el tránsito de China hacia el socialismo, la guerra de liberación en Vietnam, y en Nuestra América el triunfo de la revolución cubana y el auge de las luchas populares, alertaron al monstruo imperialista.

Para defender sus intereses en lo que siempre han considerado su patio trasero, los gringos orientaron el ascenso de militares al poder, desatándose una cadena de golpes y dictaduras en América Latina y el Caribe. Estos regímenes argumentaban su existencia en la lucha contra el comunismo; el eje del mal para la época lo constituían China, Rusia y Cuba. La característica de estas dictaduras fue la adopción de la Doctrina de la Seguridad Nacional, la creación de bandas paramilitares que ejecutaron masacres y demás prácticas impartidas desde la Escuela de las Américas.

En estas circunstancias se inicia la aplicación en nuestro continente del neoliberalismo, receta del FMI y el BM, que elige a Chile durante la dictadura de Pinochet (1973), como laboratorio de un experimento que luego se aplicaría en Brasil(1987), Méjico(1988), Argentina(1989), Venezuela(1989), Perú y Colombia(1990) y más tarde en todo el continente.

El ALCA, los TLC y los planes intervencionistas.

Aprovechando la complicidad de las oligarquías vendepatrias que desde tiempos de Bolívar traicionaron los intereses del pueblo, o por la fuerza de su poderío militar, los Estados Unidos han sembrado la América Nuestra de miseria y desolación. Unas veces de manera velada y abiertamente en la mayoría de los casos, el amo imperialista ha dictado a los gobiernos de turno sus recetas económicas y políticas.

En la actualidad la receta son el ALCA y los TLC. En el primer caso se trata de un proyecto de área de comercio común, que en el fondo lo que busca es convertir al continente en una gran plaza de mercado, donde compiten con grandes ventajas los productos de la industria estadounidense. Los TLC son la variante táctica que busca burlar la resistencia de los pueblos al plan anexionista.

Esa resistencia popular que se expresa de variadas formas, es reprimida a través del terrorismo de Estado y de planes de guerra como el Plan Puebla Panamá, el Plan Colombia, la Iniciativa regional Andina, el Plan Patriota etc, diseñados desde el Pentágono y dirigidos directamente por el Comando Sur.

La Coordinación de esfuerzos y la Unidad para el combate.

En la tradición de lucha de los pueblos del continente está el principal punto de encuentro para el combate al neocolonialismo y la agresión. Hablamos en este caso no sólo de las luchas de liberación libradas hace casi dos siglos contra el imperio español, sino también de luchas recientes y actuales, inspiradas en la búsqueda de garantías sociales negadas por los gobiernos apátridas.

Compartimos la idea de que la vigencia del ideario del libertador Simón Bolívar radica en la necesidad de alcanzar los derechos que su espada no logró conquistar o en los que posteriormente fueron arrebatados por la mezquindad de las oligarquías a las mayorías marginadas y empobrecidas. Repetimos con

Martí: "lo que él no dejó hecho sin hacer está hoy, porque bolivar tiene mucho que hacer en América todavía".

La situación que a lo largo de este escrito hemos querido plantear, no merece una actitud contemplativa, mucho menos pesimista; requiere por el contrario, como en la práctica lo vienen enseñando los pueblos, de la acción combativa y revolucionaria que vincule el acerbo histórico heredado de quienes nos dieron la primera independencia, con el pensamiento político y filosófico más avanzado de nuestra época, el marxismo.

Lo que ha demostrado la historia, con respecto al capitalismo, no es el triunfo de las ideas que pregonaron el fin de la historia de la lucha de clases, ni el triunfo de un modelo que se ha pretendido absoluto, hegemónico y eterno; por el contrario, lo que desnuda la historia, es el fracaso de este sistema injusto que en lo único que ha triunfado es en el empobrecimiento de millones de seres humanos que hoy mueren de hambre, o de enfermedades cuya cura se conoce desde hace un siglo.

Los Bolivarianos afrontamos el compromiso histórico de luchar por un proyecto de sociedad que brinde al pueblo la mayor suma de felicidad posible. En nuestros días ese proyecto es el socialismo. Socialismo e ideario bolivariano, por el carácter humanista y antiimperialista que ambos contienen; por privilegiar el disfrute de las garantías sociales por las mayorías, son los mejores pertrechos en la búsqueda de la justicia social.

*Ponencia presentada por el Colectivo Cátedra Bolivariana, a la etapa preparatoria

1er. Congreso Continental Bolivariano Por Nuestra América

Caracas, República Bolivariana de Venezuela

Mayo de 2005