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Los movimientos sociales se radicalizan: ahora la consigna es la nacionalización de los hidrocarburos sin indemnización, el cierre del Parlamento y la renuncia de Mesa
Miguel Lora Fuentes
Bolpress
El Presidente Carlos Mesa tiene que decidirse y dar un giro real a su
política si es que no quiere caerse de la silla y contribuir a la radicalización
del movimiento social, que, según las señales, ingresa a una nueva etapa pre
insurreccional. En la práctica se confirmó que los efectismos ya no funcionan;
recuérdese la doble amenaza de renuncia a medias, la alianza frustrada con la
derecha y la reciente convocatoria al diálogo.
Se prevé que la movilización que comienza el lunes tendrá un carácter
particular. La consigna y demanda principal de los sindicatos ya no es el 50% de
la renta petrolera solamente, sino el 100%, es decir la nacionalización sin
indemnización.
El llamado 'Pacto de Unidad' -que aglutina al 'Bloque Oriente', CSUTCB y CONAMAQ,
a las centrales de pueblos indígenas de Beni, Santa Cruz, la Federación de
Mujeres Campesinas Bartolina Sisa, el Movimiento Sin Tierra, la Asamblea del
Pueblo Guaraní, la Confederación de Organizaciones Económicas Campesinas, la
FEJUVE de El Alto y la Coordinadora de Defensa del Agua de Cochabamba- comenzó
defendiendo el 50% de regalías petroleras y ahora plantea la nacionalización
inmediata de los hidrocarburos y la convocatoria a Asamblea Constituyente antes
que el referéndum sobre autonomías.
Las vacilaciones del Parlamento y del Ejecutivo en el tratamiento de una Ley de
Hidrocarburos que preserve el derecho nacional han creado las condiciones para
la creciente radicalización de los movimientos sociales. Además, la confirmada
nulidad de los contratos petroleros por parte del Tribunal Constitucional
permitió al MAS iniciar un juicio de responsabilidades en contra los ex
presidentes Jorge Quiroga y Gonzalo Sánchez de Lozada por haber ejecutado 76
contratos inconstitucionales.
El razonamiento de los movimientos de base es simple: si los contratos son
nulos, las petroleras deben irse y el Estado tiene que hacerse cargo del negocio
energético. Lo único que se puede objetar en dicho planteamiento es la falta de
atención a un factor que en política es decisivo y que se llama 'correlación de
fuerzas': ¿Tienen los movimientos sociales la suficiente claridad, cohesión,
organización, amplitud y capacidad de propuesta como para encarar semejante
'batalla final'? Si no es el caso, la radicalización puede llevarlos a una nueva
derrota, opina el Centro de Documentación e Información (Cedib).
Organizados o no, lo cierto es que el movimiento de masas adquiere dimensiones
insospechadas al punto que las Fueras Armadas se han declarado en 'alerta
amarilla'. Las fueras de seguridad del Estado están preocupadas porque entre las
bases se comenta que esta vez la marcha programada para lunes tiene el objetivo
de cerrar el Parlamento.
La marcha por la nacionalización de los hidrocarburos del lunes partirá a las
10:00 de la mañana desde El Alto con rumbo a la sede de gobierno. El ejecutivo
de la COB, Jaime Solares, no quiso adelantar nada, pero comentó que 'vamos a
tener sorpresas en todas partes del país'.
Radicalización política
En los sectores políticos también se nota la radicalización. Roberto de la Cruz,
jefe del Movimiento 17 de Octubre (M-17) y presidente del Concejo municipal de
El Alto, entregó en Palacio un pliego cuya demanda principal es la
nacionalización de los recursos energéticos. 'Que el gobierno tome una decisión
patriótica y elabore una nueva Ley de Hidrocarburos para recuperar el cien por
ciento de los hidrocarburos', demandó De la Cruz y advirtió que si hasta el
lunes no hay solución, así como quiere el pueblo boliviano, particularmente El
Alto, 'nos veremos obligados desde las calles a derrotar a esta Ley de
Hidrocarburos que sólo favorece a las petroleras'.
Un diputado del MNR, el partido que trajo a Bolivia al neoliberalismo y a las
transnacionales, les dijo a las petroleras: 'Dejen de amenazarnos y tomen sus
maletas si no aceptan las reglas del juego. Váyanse y dejen de hacernos pelear
entre bolivianos. Ya estamos cabreados de esa situación, de que ustedes se
forren de planta y a nosotros nos den las migajas'.
Cayetano Llobet, uno de los periodistas rentados en los años 90 para hacer
potable la capitalización/privatización de las empresas públicas, opina que la
solución a la crisis es el alejamiento de Mesa. 'El destrabamiento de esta
situación política en Bolivia, cualquiera que sea su salida, la salida por la
vía de la confrontación, la salida por la elección anticipada, la salida por la
sucesión constitucional, la salida de helicóptero, por decirlo gráficamente,
cualquiera de esas salidas, a mi modo de ver, (pasa) por la salida de Carlos
Mesa, así de simple'.
'Si usted no toma una decisión, corremos el riesgo de quedar con la anterior Ley
de manera indefinida y por mucho tiempo. Por lo tanto, Presidente, este domingo
de una buena noticia, por lo menos tome una decisión en casi tres años de
gobierno que tiene. Señor Presidente divida la ganancia 50 por ciento para los
inversores extranjeros y 50 por ciento para Bolivia. Si no decide usted
Presiente, la cosa se volcará contra usted. No le prive a Bolivia de tener
recursos, ese es el tema de fondo Presidente, recursos para nuestra economía',
dijo Oscar Eid Franco, operador del MIR, un partido político de derecha co
responsable de la vigencia del neoliberalismo en Bolivia.
Hasta el momento, sugirieron adelantar elecciones para resolver la aguda crisis
el empresario y jefe de Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina; el líder del
MAS, Evo Morales, y el jefe de ADN, Mauro Bertero.
Pese a la evidente radicalización política, el Presidente y sus allegados
insisten en mantener una posición tibia: 'Hay movilizaciones de toda naturaleza,
aquí todo el mundo pide muchas cosas, habrá que preguntarle a Santa Cruz, a
Tarija, a Chuquisaca, a Cochabamba. Vamos a ponerlo en contexto: un sector
pequeño de la comunidad en La Paz toma una decisión, primero querían el veto,
después la nacionalización, luego la promulgación; hay un conjunto de puntos de
vista muy contrarios', declaró Mesa. En la misma línea, su viceministro de
Coordinación Gubernamental, Carlos Agreda, declaró que son pequeños sectores
radicales los que plantean la nacionalización total de los hidrocarburos.
Sin embargo, los hechos indican lo contrario. El viernes pasado el Presidente
Mesa caminó desde Palacio de Gobierno hasta Plaza San Francisco, en pleno centro
paceño, en un intento de calibrar el grado de efervescencia social. Fue
aplaudido y recibió el cariño de muchas personas, pero otro grupo, también
numeroso, le abucheó con dureza. Caminó con cierta tranquilidad hasta que llegó
a la plaza Pérez Velasco, donde las personas que transitaban por el lugar lo
recibieron con gritos de 'nacionalización, nacionalización'.
Los analistas, de izquierda y derecha, coinciden en que la crisis social y
política podría terminar en el despeñadero, sobre todo después del fracaso del
encuentro por la Unidad de Bolivia. Creen que al Presidente le queda gobernar y
tomar decisiones, aunque también consideran que sus desaciertos y el
fortalecimiento de dos polos opuestos en el país estimularían una probable
guerra civil. Los medios impresos bolivianos titularon sus ediciones del sábado
afirmando que Mesa perdió el rumbo luego del fracaso del diálogo.
Una reunión de los productores de coca de los Yungas coordinó fecha y hora para
sumarse a las movilizaciones y bloqueos contra la Ley pro petrolera y la
autonomía digitada por la burguesía cruceña. Los marchistas que partieron de
Patacamaya hacia La Paz llegarán a Achica Arriba este domingo por la noche y al
mediodía del lunes estarán en la sede del gobierno. Al grupo de trabajadores,
sindicalistas y vecinos que protagoniza la marcha por la nacionalización de los
hidrocarburos y el cierre del Parlamento, se sumará el magisterio urbano de La
Paz.
Las federaciones campesinas de las 20 provincias de la ciudad de La Paz
iniciarán el bloqueo de caminos y de productos agrícolas del campo a la ciudad a
partir de las cero horas de este lunes. El dirigente Gualberto Choque señaló que
los campesinos jugarán el mismo juego del Presidente Mesa, que no demuestra
seriedad en el manejo de la política energética y en el cumplimiento de la
agenda de octubre.
Los trabajadores de El Alto sugirieron a la ciudadanía aprovisionarse de
comestibles y conminaron a concejales y diputados que dicen defender los
hidrocarburos a iniciar a una huelga de hambre. Decidieron ocupar físicamente
los predios de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) de la Zona de
Senkhata, en a carretera a Oruro, y bloquear permanentemente el Aeropuerto
Internacional de El Alto.