El libreto de la emergencia nacional fue anunciado por Abdalá Bucaram, la semana pasada, cuando comenzaron las manifestaciones en Quito. Sugirió públicamente al presidente Lucio Gutiérrez que declare la medida como primer paso para frenar a la oposición en las calles.
La segunda medida debía ser la disolución del Congreso en caso de que los diputados intentaran, mediante una resolución, destituir a la Corte. La tercera estrategia, en su opinión, debía ser ordenar la detención de los involucrados en ³el golpe de Estado².
Bucaram negó ayer que el Presidente siga el guión que él esbozó, al señalar que estamos ante ³un escenario nuevo que a todos nos ha tomado por sorpresa². Pero está convencido de que en Gutiérrez influye lo que vivió Bucaram cuando ³la oligarquía quiteña lo echó del poder... Gutiérrez está tomando sus decisiones, con sus FF.AA... Cada Presidente se defiende a su manera², dijo.
Sugirió que el segundo paso -la disolución del Parlamento- debe adoptarse si los diputados pretenden reformar la Corte y derogar lo actuado mediante una sola resolución.
Bucaram no consideró que disolver la Corte haya sido ilegal, aunque lo califica de equivocado, pues dejó a la justicia en acefalía. No sabe, por ejemplo, si Castro Dáger sigue siendo presidente de la Corte, y considera que el Presidente debió dejarlo en funciones prorrogadas.
Defendió la decisión del Jefe de Estado al señalar que el decreto tiene la virtud de permitir que el Congreso tramite la reforma a la Ley Orgánica de la Función Judicial, y organice una consulta para reafirmar lo actuado por el Congreso, y por el ³colegislador que es Gutiérrez².