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Latinoamérica


 

Cordero faltó a la cita

Comcosur

En el día de ayer, el coronel retirado Manuel Cordero (prófugo de las justicias argentina y uruguaya), no concurrió a la sede de la Policía Federal brasileña en Santana do Livramento a hacer efectivo su pedido de asilo político. Aduciendo "motivos de salud", en su lugar envió a su abogado defensor, Julio Favero, y a su apoderado, Simón Moreira.
Cordero está requerido por la justicia uruguaya por el delito menor de "desacato por ofensa", por negarse a declarar y ausentarse del país en un juicio que se le sigue por haber defendido públicamente el uso de la tortura y la ejecución extrajudicial en las "guerras irregulares".
En Argentina, en cambio, el ahora temeroso militar está requerido por las torturas, las desapariciones, las apropiaciones de bebés y los asesinatos que cometió en ese país en la década del 70, cuando integraba el plantel uruguayo del Plan Cóndor. Por esos delitos, el juez federal argentino Guillermo Montenegro libró a su nombre una orden de detención con fines de extradición, la que -curiosamente- fue devuelta por el gobierno brasileño debido a que estaba escrita en un ininteligible idioma conocido como "castellano".
Mientras Itamaratí espera que Montenegro traduzca su pedido al portugués, el abogado de Cordero está gestionando su asilo político ante la ONU y el gobierno de Brasil, tramitando su residencia permanente en ese país ya que la transitoria vence el próximo 20 de marzo, y ha presentado un recurso de habeas corpus. Cordero afirma que su integridad física estaría en riesgo si vuelve a Uruguay, y como ejemplo dijo que le habían llenado de basura su jardín y le habían envenenado dos perros...
Consultado por la prensa a la salida de la comisaría, su abogado explicó que "El señor Cordero está requerido en su país, por un delito menor, que caduca a los 18 meses, creo que es una buena persona, y como tal, mi tarea es representarlo de la mejor forma posible". Cuando los periodistas le preguntaron si realmente tenía idea de lo que había hecho en el pasado su defendido, el ingenuo (o hipócrita) Julio Favero contestó: "Se le acusa de muchas cosas que no se han podido probar, y a mí no me importa lo que hizo en el pasado".
Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de que Cordero fuera extraditado a Argentina, Favero demostró que o está muy mal informado o tiene un rostro muy duro. Dijo: "Yo no se cuánto le puede importar a la Argentina algo que ocurrió en el Uruguay, pero además, el coronel (r) Cordero, recibió un indulto del ex presidente Menem, por lo que es muy difícil que la solicitud de detención y posterior extradición prospere".
Es que -por un lado- el juez Montenegro no está requiriendo a Cordero por lo que hizo en Uruguay sino por lo que hizo en Argentina; y -por otro lado- los indultos que el ex presidente Carlos Menem concedió a los represores que asolaron el cono sur en los años del Cóndor, ya han sido derogados.
Pero no fue Cordero el único que faltó a la cita el día de ayer. Dinarte Silveira, el comisario de Santana do Livramento, tampoco se hizo presente en el lugar. Será él quien deba fijar una nueva fecha para la comparecencia de Cordero, luego que supere el "delicado estado de salud" que -como dijo su abogado- fue el motivo de su ausencia, ya que "no le permitiría hacer frente a tantas emociones".