VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica


 

El hambre de los Guaraníes es consecuencia de la falta de tierras

Priscila Carvalho*
Adital

La situación de confinamiento de los indígenas Guaraní-Kaiowá en pequeñas tierras, en Mato Grosso do Sul, es señalada por antropólogos e historiadores que trabajan con este pueblo como siendo la principal causa del contexto de violencia y de falta de recursos económicos en que los Kaiowá están insertados.
Los suicidios, que convirtieron a este pueblo en nacionalmente conocido en la década de 1990, así como los recientes casos de desnutrición, que ya se llevaron por lo menos a cinco niños a la muerte en 2005, están directamente relacionados con el reducido tamaño de las tierras que los Guaraníes ocupan.
En la tierra indígena Dourados, donde están concentrados los casos de muertes por desnutrición, viven cerca de 11 mil indígenas en 3.500 hectáreas.
Sin embargo, la cuestión de la tierra todavía no fue abordada por las medidas anunciadas por el gobierno federal para combatir la mortalidad infantil en Dourados. Las acciones anunciadas hasta hoy (1/03) tienen que ver directamente con la cuestión de la alimentación y de la asistencia social y se concentran principalmente en la actuación de la Fundación Nacional de Salud, la Funasa.
En nota divulgada el 28 de febrero, la Relatoría Nacional para los Derechos a la Alimentación Adecuada, Agua y Tierra Rural cuestiona la falta de acciones integradas para el enfrentamiento de la cuestión de la Inseguridad Alimentaria y Nutricional de los pueblos indígenas. "El área de la salud, por más efectiva que sea su actuación, no conseguirá, en forma aislada, resolver un problema que exige atención articulada de todos los sectores gubernamentales involucrados en la elaboración e implementación de políticas públicas relativas a los pueblos indígenas, comenzando por la cuestión de la demarcación y homologación de las tierras indígenas, primera condición para el ejercicio del derecho humano a la alimentación adecuada", afirma la nota.
"Una aldea como Dourados no ofrece ninguna condición para la organización social indígena", afirma Antonio Brand, historiador que coordina el programa Kaiowá/Guaraní de la Universidad Católica Don Bosco, en Campo Grande. Según el investigador, la falta de tierras genera dificultades para la producción de alimentos en áreas ya degradadas, y la falta de políticas públicas de apoyo a la producción genera dificultades para el aprovechamiento de las pocas tierras disponibles. Brand identifica, en los últimos años, la profundización de políticas de asistencia en detrimento de las políticas que contribuyan a la reestructuración de la actividad económica de los Guaraní-Kaiowá.
En relación con las administraciones estatal y federal, él afirma que "el gobierno nunca invirtió tanto en políticas de asistencia para el área indígena, pero estas políticas, aisladas, pueden agravar el cuadro por llevar a una disminución todavía mayor de la producción. No hay una discusión sistemática para la construcción de alternativas. Existe ingestión de recursos sin debates sobre la absorción de los programas por las comunidades".
El confinamiento se agrava incluso a partir de la década de 1970, cuando entra en Mato Grosso do Sul la soja, que aumenta el cerco sobre las tierras indígenas. Con la mecanización de los cultivos, no queda ningún espacio sin ocupar. Hay mayor compromiso de los recursos naturales en toda la región.
Algunas de las tierras indígenas fueron demarcadas con tamaños reducidos en 1928 pero, según Brand, hasta los años 70 todavía había áreas de refugio para los indígenas en las proximidades de las áreas, que suavizaban el problema del tamaño de las tierras.
"Eran los fondos de la hacienda, rodeadas de floresta, matas filiares, donde el Guaraní andaba, cazaba, extraía remedios. En la década de los 80 no sólo el confinamiento físico crece, sino que ellos son realmente empujados porque la mecanización de los cultivos hace que la mano de obra Guaraní deje de ser usada en las plantaciones", cuenta.
El confinamiento tiene un significado especial en una cultura como la Guaraní. Tradicionalmente, los indígenas de este pueblo se organizaban en grupos que caminaban por un territorio que abarcaba toda la región sur de la actual América del Sur. Para este pueblo, la tierra donde viven - llamada de Tekoha - significa "el lugar donde realizamos nuestro modo de ser". Las deambulaciones de los Guaraníes por su territorio estaban marcadas por la búsqueda del mejor lugar para la reproducción de su organización social y era, también, una forma pacífica de resolver conflictos entre los indígenas miembros de aquel pueblo.
"En las aldeas de Dourados, es imposible que haya traslados, lo que crea una imposibilidad de distanciamiento. Sin ese mecanismo de solución de tensiones, los Kaiowá recurren a otros mecanismos. Alcohol, violencia interna y drogas están entre ellos", afirma el investigador. Sin perspectivas de vida, crece el alcoholismo y, a partir de los años 90, aumentan también las tasas de suicidio. La Funasa registró 41 casos de suicidio en 2001, 55 en 2002, 53 en 2003 y 20 suicidios en 2004 (estos últimos datos todavía están sujetos a modificaciones).
LOS SUB-GRUPOS GUARANÍES En Brasil, el pueblo Guaraní está dividido en cuatro sub-grupos, los Guaraní Mbya, Guaraní Xiripá, Guaraní-Kaiowá y Guaraní Nhandeva. En Mato Grosso do Sul, donde la población Guaraní es de 27.500 personas, viven los Guaraní Nhandeva, en general identificados sólo como Guaraní, y los Guaraní-Kaiowá, que generalmente son chamados de Kaiowá o Kaiowá-Guaraní.
Los Guaraní Mbya viven principalmente en los estados del sur y del sudeste de Brasil, como San Pablo, Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul. Hay también un grupo de Guaraní Xiripá que vive actualmente en el estado de Pará. Dentro de estos procesos de búsqueda por territorios para la supervivencia y reproducción cultural, el pueblo Guaraní mantiene su característica de caminar por los territorios "en la búsqueda de la tierra sin males".
Desde el principio de la ocupación de los territorios hoy conocidos como el estado de Mato Grosso do Sul, los Kaiowá eran identificados como un pueblo pacífico y amigable que, para evitar el contacto, se refugiaba en regiones de floresta y que practicaba la agricultura.
- * Priscila Carvalho integra el Consejo Indigenista Misionero Traducción: Daniel Barrantes