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Latinoamérica


 

Los ejércitos de los seis países miembros
continúan intercambiando listas de "insurgentes"

"Plan Cóndor" acordó que cada país tuviera su archivo de "subversivos"

La República

El acta de fundación del Plan Cóndor preveía que cada una de las dictaduras partícipes creara y mantuviera un archivo propio de "subversivos" con listas que luego serían intercambiadas en 1999 y 2002 durante las llamadas Conferencias de Ejércitos Americanos.

"El Plan Cóndor acordado en Santiago de Chile por seis paises de la región entre fines de noviembre y comienzos de diciembre de 1975, llegó a globalizar el terrorismo de Estado; fue un pacto militar criminal en el que la Policía hacía el trabajo sucio; pero lo más peligroso es que el Cóndor sigue volando a través de las Conferencias de Ejércitos Americanos", dijo a LA REPUBLICA Martín Almada, Premio Nobel Alternativo 2002, y miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación Americana de Juristas.
El primer intercambio de listas de "subversivos", ya en democracia, se realizó en La Paz, Bolivia, en 1999 en la penúltima conferencia militar, y el segundo intercambio fue en Santiago de Chile en 2002 durante la última de las conferencias realizadas. El doctor Almada partió esta mañana del Aeropuerto internacional de Carrasco luego de permanecer unos días en Uruguay para asesorar en el rodaje del contenido de una película titulada "Cóndor", que revelará la coordinación militar represiva instaurada por las dictaduras de Argentina, Chile, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay para el exterminio de sus respectivos opositores políticos. El abogado paraguayo Almada fue además el primer opositor en tener conocimiento de la existencia del "Plan Cóndor", siete meses antes que se realizara su reunión de fundación. Había sido detenido, secuestrado y torturado a partir de noviembre de 1974 antes de ser sometido a un tribunal militar por dirigir una escuela que aplicaba los métodos del pedagogo brasileño Paulo Freire. Le tipificaron tres años de cárcel por "un delito intelectual" por una tesis de maestría en la que demostró cómo el sistema educativo de su país favorecía a las clases dominantes. Fue torturado por un coronel aviador chileno, un comisario argentino, y el agregado militar uruguayo en Paraguay a fines de 1974. Almada siguió la pista que descubrió durante su arresto ilegal y tras su liberación investigó durante quince años hasta que logró encontrar pruebas documentales que probaban la existencia del "Plan Cóndor", así como revelaban sus objetivos y métodos de coordinación en cada uno de los países que intercambiaron información para detener opositores en cualquiera de los Estados miembros.
La invitación a crear el "Plan Cóndor", y su acta de fundación -una documentación que ayer fue exhibida a LA REPUBLICA por el doctor Almada- indica que el dictador chileno Augusto Pinochet había declarado su intención de coordinar los aparatos represivos para "salvar la civilización occidental y cristiana". La primera reunión contó con una conferencia de un "experto" de la CIA, la central de inteligencia de Estados Unidos para asuntos en el exterior, que versó sobre "Indentificación de documentaciones falsas en uso por bandas subversivas". El "Plan Cóndor", señalan los documentos, acordó que sus agentes operativos deberían gozar siempre de total inmunidad diplomática al punto de tener más poder que los propios embajadores en cuanto al cruce de fronteras, traslado de personas, y manejo de armas y dinero, según destacó el doctor Almada en base a la documentación que servirá de base a los muchos juicios que se vienen desarrollando por violaciones a los Derechos Humanos.
De acuerdo a los documentos recabados por las investigaciones de Almada, los actores principales de la instrumentación del "Plan Cóndor", en lo que se llamó la "Operación Cóndor", fue, en primer término, el general chileno César Augusto Pinochet, y el jefe de su policía secreta el coronel Manuel Contreras. En segundo lugar aparece el dictador argentino Rafael Videla. Un tercero sería el dictador brasileño Joao Baptista de Oliveira Figueredo. El cuarto sería el dictador boliviano Hugo Banzer. El quinto sería el dictador paraguayo Alfredo Stroessner. El sexto sería el dictador uruguayo Gregorio Alvarez, secundado por quien fuera su comandante en Jefe del Ejército Nacional, el recientemente fallecido teniente general Julio César Vadora. No obstante, el doctor Almada advirtió que el "Plan Cóndor" sería sólo "un primer anillo". "Investigando un poco más", explicó, "encontramos como un segundo anillo al ejército brasileño, cuyos sistemas de comunicación cifrado y codificado fue utilizado por todo el Cóndor; y como tercer anillo descubrimos a Estados Unidos, siempre presente, personificado en la figura de Henry Kissinger". Sin pretender inmiscuirse en los asuntos internos de Uruguay, Almada culminó el breve diálogo que mantuvo anoche con LA REPUBLICA, pocas horas antes de partir, alertando una vez más sobre la continuidad del "Cóndor" a través de las conferencias militares que se realizan con poco conocimiento de la prensa y del sistema político. "Yo insto, humildemente, a que los futuros parlamentarios uruguayos averigüen si sus militares compatriotas siguen intercambiando entre sí listas con las personas que consideran sospechosas, como sabemos que lo hicieron en 1999 y en 2002, y que se aboquen a conocer con más precisión qué temas son los que vienen siendo tratados en las conferencias de ejércitos americanos".