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Latinoamérica


 

Cordero suelto, justicia atada

Caras y Caretas
Concosur

La revista uruguaya CARAS Y CARETAS, denunció el pasado jueves que el represor Manuel Cordero vive en la ciudad brasileña de Santana do Livramento, localidad gemela de la uruguaya Rivera. El torturador está requerido por la justicia de nuestro país por el delito menor de "desacato por ofensa", al no presentarse a declarar en un juicio que se le sigue por defender el uso de la tortura, y ausentarse del país sin permiso.
El coronel retirado integró el Organismo Coordinador de Actividades Antisubversivas (OCOA) la sucursal uruguaya del Plan Cóndor que operó ilegítimamente en Uruguay y Argentina antes y durante los años de la dictadura, secuestrando, torturando y desapareciendo a centenares de presos.
Por los delitos que cometió en la República Argentina pesa sobre Cordero una orden internacional de captura dispuesta por un Juzgado Federal. Su extradición (junto con la de José Gavazzo y Jorge Silveira) fue denegada por el gobierno del Presidente Jorge Batlle, al considerar que los delitos cometidos por estos represores están amparados en la Ley de Impunidad.
Según informa hoy el diario LA REPÚBLICA de Montevideo, el Consulado uruguayo en Santana do Livramento ya había detectado la presencia de Cordero en esa ciudad el pasado mes de enero, y comunicó dicha circunstancia a las justicias uruguaya y argentina. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición ni una ni otra han tomado alguna medida al respecto. Cordero no puede ser extraditado a Uruguay debido a que el delito del que se le acusa no lo amerita por ser de poca monta. Podría sí ser extraditado a Argentina, si es que el juez a cargo de su causa despierta antes de que Cordero termine el trámite que está realizando para convertirse en ciudadano brasileño.
CARAS Y CARETAS también afirma que el represor atraviesa la frontera y entra a nuestro país sin que nadie se entere, cada vez que lo necesita. Consultado al respecto por radio EL ESPECTADOR, el jefe de Policía de Rivera, Eduardo Olivera Montes, dijo que tiene la orden de detener a Cordero si cruza la frontera, pero no lo ha hecho porque "es imposible" controlar quién ingresa a través de la frontera seca, ya que Rivera y Santana do Livramento son prácticamente una única ciudad. "Si no lo encuentra un policía, o una persona que lo conozca, es prácticamente imposible, porque no se controla el paso de frontera ni a brasileños ni a uruguayos; es un paso libre. Allí no hay puestos de control", explicó el policía.
Por su parte, el director de Interpol Uruguay, el inspector Héctor De León dijo a la mencionada emisora que a mediados del mes de enero la Cancillería le informó que Cordero estaba viviendo en Santana do Livramento, y que su repartición dio inmediatamente cuenta de la situaciòn al juez de feria, Pablo Eguren, quien dispuso medidas de orden, comunicando la novedad a las autoridades que requieren al militar desde Argentina, las que hasta el momento no han dado señales de vida. El problema parece ser que la Justicia de Brasil no otorga la extradición de personas que tengan vínculos matrimoniales con ciudadanos o ciudadanas de ese país, y Cordero está casado desde hace 35 años con una brasileña.