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Latinoamérica


 

Después de seis meses el incendio criminal permanece impune
 

Jakuéke

Transcurridos seis meses del siniestro que dejó casi 400 personas muertas en el supermercado Ycua Bolaños, en Asunción, Paraguay, los familiares de las víctimas siguen pediendo justicia y la punición de las autoridades municipales responsables por el cumplimiento del sistema de prevención de incendios. Como forma de protesta, fue inaugurado el 1º pasado, el "Memorial del Dolor, la Tristeza y la Esperanza", en el mismo predio donde funcionaba el establecimiento.
En el espacio hay objetos de las víctimas, fotografía de la construcción del Memorial, hierros retorcidos, además de un mural con la lista de los fallecidos, con informaciones sobre la edad y ocupación. El tono de protesta sigue con la exposición "Causas y Efectos de la Tragedia", que tiene el objetivo de difundir las falencias que tenía el edificio.
La apertura del Memorial fue celebrada con las palabras del padre José Caravias. Él afirmó que la iniciativa de crear un memorial es llamar la atención de las autoridades y de la población en general para que "cosas tan malas no vuelvan a ocurrir".
Representantes de la Asociación de Víctimas del Ycua Bolaños no amenizaron críticas a las autoridades municipales, ni a la Fiscalía que, después de tanto tiempo, aun no definió el procesamiento o no del intendente, Enrique Riera.
En la prensa local, el miembro de la Asociación Roberto Almiró afirmó que "el intendente actual solo se interesa en cobrar más impuestos antes que atender a las necesidades de los ciudadanos; se interesa nada más en juntar recursos para que todo sigua igual".
El padre Caravias agregó que es evidente que el edificio fue construido sin tener en cuenta el sistema de seguridad en materia de incendios y que el municipio tenía obligación de hacer la debida averiguación.
Sin embargo, para la Fiscalía el asunto ya está resuelto. El día 30 de diciembre de 2004, fue presentada la imputación en contra de los propietarios del ex centro comercial, Juan Pió Paiva y su hijo, Víctor Daniel. El proceso de la imputación está en tramitación.
El incendio ocurrió el 1º de agosto de 2004. Bajo las órdenes de los propietarios del establecimiento, los empleados bajaran las puertas del supermercado impidiendo que las personas escapasen del fuego.