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Latinoamérica


 

A 5 años de la toma militar de la Unam
¡Tenemos mucho por que luchar!

CGH-Ho Chi Minh

Convocatoria al pueblo de México a asistir a la marcha del 9 de febrero de 2005, del Angel de la Independencia al Zócalo, en repudio a la entrada de la PFP a la Universidad Nacional Autónoma de México y el encarcelamiento de más de mil estudiantes, hace 5 años.

Las autoridades y el gobierno quieren que olvidemos, y han hecho todo lo que han podido para lograrlo. El deber de todos nosotros es mantener en la memoria histórica la ocupación militar de la UNAM para que no vuelva a ocurrir nunca más:

El 6 de febrero del año 2000, más de 2.500 militares de la PFP asaltaron la Universidad. Varios helicópteros y decenas de camiones llenos de militares llegaron a Ciudad Universitaria, para ocuparlo todo: aulas, auditorios, canchas, pasillos y bibliotecas.

Todos los murales, algunos de ellos verdaderas obras de arte realizados por cientos de universitarios después de meses de arduo trabajo, fueron simplemente tapados con pintura gris.

El Estado y las autoridades universitarias, terminaron así con la huelga estudiantil en la que, durante 9 meses y medio, decenas de miles de estudiantes resistieron firmemente la embestida neoliberal que pretendía privatizar la Universidad Nacional Autónoma de México, la más grande e importante de América Latina.

Bajo un operativo sin precedentes del gobierno y sus medios de comunicación, más de mil universitarios fueron detenidos y encarcelados, con cargos absurdos y descomunales: terrorismo, sabotaje, asociación delictuosa, motín, despojo, daño en propiedad ajena, robo agravado, lesiones agravadas, y como la cereza del pastel, 'peligrosidad social'. Con ello quisieron dar un castigo ejemplar, para todos los que se atrevieran a luchar por defender sus derechos, pero no lo consiguieron.

Ahora, a las autoridades les urge que esta fecha quede en el olvido. El rector carcelero, Juan Ramón de la Fuente, que mantuvo en la cárcel hasta por 4 meses a los estudiantes y que ahora se dice 'defensor de la educación pública y gratuita', pretende borrar de nuestra conciencia este día. El lodo que se echó él mismo encima (y que lo manchó de por vida) le va mal con su nuevo look de rector humanista y democrático, ¡qué hipócrita!

Del otro lado estamos los estudiantes de ayer y de hoy, que a cinco años no olvidamos, y no olvidaremos nunca. Durante todo este tiempo el movimiento estudiantil ha mantenido una pelea constante para que ese 6 de febrero sea recordado siempre como un día de agravio al pueblo, a sus estudiantes y a su Universidad.

Quienes defendieron a la educación como un derecho para todos fueron reprimidos. A falta de argumentos, el terror y la cárcel fue la salida que el gobierno utilizó para derrotarlos. Sin embargo, al final los derrotados fueron ellos. Esos que pretendieron arrebatarle la universidad al pueblo y ponerla al servicio de los ricos, perdieron. Hoy la UNAM continúa con las puertas abiertas para los hijos del pueblo, sigue siendo pública y gratuita, y no sólo por la victoria de la huelga, sino por la defensa constante de la Universidad, que sus estudiantes han hecho todo este tiempo con su organización y lucha.

Tres días después de la toma militar de la UNAM, el pueblo tomó las calles. Cientos de miles de estudiantes, padres de familia, trabajadores y organizaciones populares marcharon para repudiar la brutalidad del gobierno, exigir la libertad de los universitarios y cumplir sus demandas. Ahora tenemos mucho por qué seguir luchando, muchos motivos por qué revivir aquel 9 de febrero de protesta. Este debe ser un día en que esa indignación se convierta en lucha, dentro y fuera de la universidad.

Porque no podemos cantar victoria, pues las autoridades no cesan en su intento por avanzar y privatizar la máxima casa de estudios. Donde la organización estudiantil es débil, no lo piensan dos veces para imponer sus cobros ilegales, para intentar revivir mediante engaños las Reformas del 97 (que restringen la permanencia en la UNAM y el pase automático del bachillerato a la licenciatura), entre otros atropellos.

Por todo esto hoy es momento de organizarnos y luchar. Para revertir todas las imposiciones en que las autoridades han avanzado desde la ruptura de la huelga, para decirle a la rectoría y al gobierno que no permitiremos nunca más que la bota militar pise nuestra Universidad, y para que sepan que los estudiantes seguimos en pie de lucha, con la mirada y el puño en alto.

Convocamos a todo el pueblo trabajador, y a los estudiantes universitarios, a asistir a la Marcha contra el olvido, el próximo miércoles 9 de febrero a las 4 de la tarde del Angel al Zócalo de la Ciudad de México. No nos han vencido, y no lo harán.