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Las elecciones parlamentarias del domingo: Venezuela en una nueva encrucijada
Ernesto Carmona
EEUU culminó una cuidada arremetida buscando deslegitimar una vez más
al gobierno de Venezuela con el retiro de casi todas las fuerzas políticas
opositoras que participarían en las elecciones legislativas a realizarse este
domingo.
El bloque regional "Zulianidad", del gobernador de Maracaibo Manuel Rosales, con
15 aspirantes a diputados, fue el último en imitar a los partidos Acción
Democrática, Socialcristiano COPEI, Proyecto Venezuela y Primero Justicia, todos
de escasa significación electoral. La única organización opositora que
hasta el viernes seguía en la contienda era el Movimiento al Socialismo (MAS).
La nueva estrategia opositora, improvisada a pocas horas de los comicios, apunta
a demostrar que las elecciones no ofrecen garantías porque el gobierno de Hugo
Chávez sería una dictadura que maneja a su antojo el organismo electoral del
Estado. Dejar al Movimiento V República (MVR) compitiendo solo
engendraría, además, una Asamblea Nacional de "partido único, como en Cuba".
Los medios de comunicación internacionales se están encargando rápidamente de
dibujar a una democracia en crisis terminal. Por ejemplo, todos los
diarios latinoamericanos reproducen hoy a la agencia de noticias Associated
Press, de EEUU, "informando" desde Caracas que el retiro "provocó una crisis
política por poner en tela de juicio al poder electoral y dejar a la democracia,
por primera vez en 46 años, sin contrapeso de oposición en unos comicios".
"La historia vuelve a repetirse"...
Precisamente, ése mismo modelo estadounidense fue aplicado en la Nicaragua
sandinista de los años 80, donde el siguiente paso fue iniciar la guerra sucia
que financió el gobierno de Ronald Reagan con las operaciones ilegales del
episodio "Iran-Contras" del coronel Oliver North.
Hace apenas dos años, la estrategia de crear vacíos de poder y crisis políticas
artificiales justificó la invasión de Haití. El trabajo sucio de las
bandas armadas desestabilizadoras del gobierno de Jean Bertrand Aristide fue
pagado por la NED, el fondo nacional de dineros públicos estadounidenses de
"fomento" a la "democracia" en todo el continente y financia a la oposición en
Venezuela.
Una diferencia importante radica en que las fuerzas armadas de Venezuela apoyan
sólidamente al gobierno, en un país estable, donde no existe la "oferta de mano
de obra" para integrar grupos armados que abunda en otros lados.
Y antes fracasaron los experimentos de importar paramilitares colombianos
desempleados, como el grupo de 130 hombres disfrazados de militares venezolanos
descubierto en mayo 2004, cuando se aprestaba a asaltar la residencia
presidencial.
Estrategia de EEUU EEUU ya no cultiva "acciones encubiertas", sino descaradas y
a la luz del día, como en Iraq y Haití. Basta leer entre líneas lo que
dice la gran prensa, a la vez que abundan los documentos secretos
desclasificados sobre nuevas técnicas imperiales de injerencia en todas partes
del mundo, no solo en la región latinoamericana.
El imperio ya no desea que la oposición en Venezuela se resigne a desempeñar su
rol en democracia, participando en comicios, porque el electorado la adversa,
según las encuestas y los resultados de todas las elecciones de los últimos
siete años. Por otra parte, tampoco prosperaron el golpe de estado de 2002
ni la huelga patronal- petrolera de 2003 o la llamada "guarimba" de 2004.
La globalización de la política imperial para la región latinoamericana, con
líderes locales pagados por la NED, convirtió a la mayoría de la clase política
venezolana en simples marionetas de Washington. Hoy adoptaron la técnica
del harakiri, o en el "auto-suicidio", como decía un ex mandatario poco letrado,
a sabiendas que también perderán legitimidad ante sus seguidores, en detrimento
del poco caudal electoral que todavía conservan.
La estrategia 2005 polariza más a la sociedad, agrede abiertamente a la mayoría
pobre de la población que eligió y apoya al gobierno de Hugo Chávez, no sólo
porque está recibiendo --por primera vez-- beneficios del Estado
--descalificados como "populismo"-- y, en el fondo, EEUU fomenta y exacerba la
lucha de clases. Y todo eso, ¿para qué? Probablemente para tirar sobre el
tapete la última carta del magnicidio, el asesinato de Hugo Chávez, más que una
posible invasión "para restablecer la democracia" al estilo Iraq.
Nuevos peligros, nuevos desafíos El retiro masivo de las elecciones no puede
verse sólo como un gesto desesperado de soberbia de los ex dueños del país, de
las cúpulas de los partidos políticos que controlaron el poder desde la caída
del dictador Marcos Pérez Jiménez, entre 1958 y 1998.
Probablemente, éste es el preludio de una etapa superior de intervencionismo y
desestabilización, aunque esos partidos carezcan de apoyo popular. La
política imperial del siglo 21 se fabrica en las cúpulas políticas y en los
desodorizados centros de control del Pentágono, mientras la juventud empobrecida
de EEUU y de aliados como Polonia y El Salvador aportan la carne de cañón para
las guerras.
La victoria aplastante del chavismo en las elecciones del domingo será utilizada
por EEUU, los grandes medios y la clase política local para "demostrar" que
existe un parlamento ilegítimo, surgido de unas elecciones sin competencia en el
contexto probable de una abstención significativa, para alimentar así nuevas
campañas mediáticas e ideológicas desestabilizadoras, a nivel interno y
continental.
"Ahora se jodieron", dijo el vicepresidente José Vicente Rangel al comentar la
decisión de retirarse de la competencia. Llamó a la oposición "tribu de
salvajes" y "cadáver insepulto", aseguró que el chavismo obtendrá una "victoria
aplastante" y señaló con lucidez que el único enemigo "es la abstención".
Mientras los medios de comunicación de la oposición hacen "propaganda
informativa" para que este domingo los fieles vayan masivamente a rezar a las
iglesias, en vez de concurrir a los centros de votación, los grandes medios
internacionales hablan de "caos político", "peligroso adiós opositor a las
urnas", "se agrava conflicto político", "boicot electoral opositor" y otras
frases alarmantes que preparan los estados de ánimo para una injerencia futura
de mayor envergadura.
La nueva estrategia también apunta hacia la contradictoria debilidad del entorno
del sólido liderazgo de Hugo Chávez. El líder está en simbiosis permanente
con su pueblo pero ambos deben atravesar el escudo de una nueva clase política
chavista que luce más preocupada de fortalecer su propio poder en los cargos
públicos que consolidar al MVR como una sólida organización democrática de
masas, capaz de formar cuadros que garanticen el desarrollo futuro de la
revolución bolivariana a la par con el "partido militar" que muchos perciben en
el sector castrense.
Después de la incursión de los paramilitares colombianos, Venezuela adoptó
medidas militares para contrarrestar probables invasiones estableciendo un
sistema masivo de reservistas, preparado para funcionar como reloj ante una
amenaza externa pero todavía hay vacíos civiles. Por ejemplo, aún falta
consolidar una organización política real del pueblo, aunque hoy existen
inmejorables condiciones para conducir al "populismo" de la distribución de
beneficios sociales del Estado -- alimentación, salud, educación-- a una etapa
superior de conciencia y militancia política seriamente organizada con la
diversidad de sectores que apoyan el proceso bolivariano. Por lo menos
para derrotar a la abstención que se hace presente en todas las elecciones no-
presidenciales.
- Ernesto Carmona es un periodista y escritor chileno-venezolano.