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Latinoamérica

Manual del perfecto difamador  

José Luis Roca  

  Quisiera, en esta nota, unirme a las voces de mis colegas columnistas Humberto Vacaflor y Mauricio Souza quienes han reaccionado con dignidad y patriotismo ante los disparates que dicen y los abusos que cometen ciertos comentaristas sobre nuestro país.
  Bolivia tiene muy mala prensa. Cada vez que entre nosotros ocurre alguna turbulencia social (con consecuencias mucho menores que los miles de automóviles incendiados en la culta, querida y próspera Francia) el mundo se nos viene encima para denigrarnos.
  Eso ha ocurrido con Carlos Alberto Montaner, un cubano apátrida residente en España y activista connotado de la gusanera anticastrista esparcida por el mundo. Pues bien, este personaje rechaza y maldice la posibilidad de que un indígena llegue a ser presidente de Bolivia con sus propias fuerzas.
  Montaner comienza imprecando contra "la catastrófica sociedad boliviana" y augura que, de triunfar, Evo Morales precipitará a un caos y traerá infinitas desgracias "al país más tercamente pobre de Sur América" el cual vive en un "pavoroso estancamiento".
  Hace unos años, el autor aquí glosado escribió junto a Vargas Llosa, hijo, y el colombiano Plinio Apuleyo Mendoza, un libro muy publicitado bajo el título de "Manual del perfecto idiota latinoamericano" en el que se  burlan, hasta hartarse, de la izquierda y de los nacionalistas.
  Según aquel inteligentísimo trío, estamos plagados de ilusos y mediocres que por ignorantes y despistados no aprecian las maravillas y grandezas que Estados Unidos ha hecho por América Latina, incluyendo sus benévolas y civilizadoras intervenciones militares.
  Montaner y sus acólitos, se explayan alabando y defendiendo todo lo que los pueblos detestan, como ser la globalización, el ALCA, las fórmulas fondomonetaristas y el conocido recetario que sacraliza la inversión extranjera con exclusión del Estado nacional.
  Toda esa vocinglería hiper reaccionaria se solaza ante cualquier contratiempo que sufre una sociedad dinámica y conflictiva como la boliviana sin admitir que ella no posee el monopolio de la rebeldía la cual caracteriza a todas las naciones del mundo.
  En la visión de Montaner, la  boliviana es una "historia fallida" y todo porque en las próximas elecciones puede fortalecerse el viraje hacia la izquierda que está ocurriendo en esta parte del mundo después del estruendoso fracaso de un modelo económico voraz y depredatrorio.
  El desafortunado artículo de Montaner se basa, según él mismo lo declara, en el análisis hecho por un  tal Myles Frechette quien como embajador de EE.UU. en Colombia despreció y pisoteó a ese hermano país con cuanta intriga e infamia estuvo a su alcance.
  Por qué, pregunto yo, estos seudo intelectuales que se meten a hurgar la entraña de una colectividad nacional no acuden a mejores fuentes de información histórica y sociológica que abunda entre los insignes bolivianistas de universidades internacionales.
  Y ya que se presenta la ocasión, es hora de recordar algunos nombres que gozan de una solvencia y respetabilidad que no poseen tipos como Frechette. Entre aquéllos cabe citar a James Dunkerley y Lawrence Whitehead de Oxford y James Malloy de Pittsburgh.
  La página web de Montaner se atribuye un volumen de 6.5 millones de lectores en seis idiomas distintos lo cual, de ser cierto, significa que el vituperio derramado por su autor llega a una elite pensante (la que navega en internet) predispuesta en contra de Bolivia.
  La caricatura de país que dibuja Montaner llega a ciertos extremos que por estúpidos se tornan jocosos como por ejemplo cuando muestra a Bolivia dependiendo de 30 mil hectáreas del "cultivo maldito" (la coca) y de un territorio sólo "repleto de minerales".
  Pero la cosa no termina ahí. Acosado por su fobia a todo lo que signifique dignidad nacionalista, el autor comentado pronostica que, de triunfar Evo Morales, los gobiernos afines de Cuba y Venezuela se aliarían con Bolivia para hacerle la guerra a Chile por el asunto marítimo. (Qué lindo sería, ¿verdad bolivianos?)   Y puesto que alguien debe frenar a Evo Morales, Montaner postula que Bolivia sea intervenida por Brasil y Argentina quienes "pueden enviar tropas para pacificar al país ante un proceso creciente de descomposición y anarquía". (Y luego, repartírselo.)   Gracias a los geniales aportes aquí glosados, tal vez ha llegado el momento de que las víctimas de esas personas con el alma dañada por el resentimiento contra sus propias patrias de origen, les respondamos escribiendo un "Manual para uso del perfecto difamador latinoamericano".
  En ese nuevo y atractivo volumen cabrían también las descripciones sicológicas y las motivaciones íntimas de ciertas personalidades bolivianas, entre ellas, columnistas fachos, troskoarrenpentidos que migraron al gonismo y presentadores de televisión gritones y gesticuladores que cotidianamenete se unen el coro de la antipatria encarnada en los Montaneres y los Varguitas. Todos extrapolan sus propias frustraciones para aplicarlas a las patrias que ellos mismos desprecian.