VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

¿Dónde están los bolivianos de Santa Cruz?

Arturo von Vacano
Rebelión

Cuando todo parece derivar hacia la partición de Bolivia promovida por la nueva rosca de SRZ [Santa Cruz] (un puñado de traidores asociados con extranjeros enemigos del país) todo parece depender de los bolivianos que viven en SRZ. ¿Dónde están?

Los últimos días ofrecen la increíble imagen de una ciudad de un millón de habitantes en poder de un grupo de ricachos y un frente fascista de choque (semillero de torturadores), grupos ambos que buscan el asesinato del país para entregar las riquezas bolivianas a los chilenos y a sus socios foráneos que sirven al Imperio.

Es verdad que SRZ devino desde 1952 en la Miami boliviana pero, ¿es posible que ese millón de bolivianos que vive y sufre las suerte de los desposeídos en SRZ haya sufrido tantos maltratos que opta hoy por un silencio servil cuando debe pronunciarse en defensa de sus hijos y su futuro? ¿Aceptarán sin un grito la partición de su patria?

¿Es posible que, después de tantos sacrificios y miles de muertes, todo termine en un tirano, un ejercito masacrador y la más larga noche de hambruna y miseria?

Sólo un grupo de valientes campesinos parece comprender lo que arriesgan esos nuevos rosqueros para apoderarse del petróleo y el gas bolivianos y malvenderlos una vez más.

Sólo una banda de muchachos ignorantes y otra banda de apátridas enriquecidos entre gallos y medianoche impide la voluntad soberana del pueblo boliviano empeñado en defender sus derechos.

Si la riqueza y el desarrollo de SRZ hubiera favorecido a todos, si los bolivianos de SRZ vivieran de algo más que de aire y esperanzas, el silencio suicida del pueblo de SRZ hallaría una explicación. Pero los bolivianos que viven en SRZ comparten con el pueblo boliviano su sed de justicia, su hambruna perenne, el abandono de sus hijos y una pobreza masiva que insulta su dignidad humana.

Males esos a los que habría que añadir una rosca local apátrida que ha manejado SRZ como una hacienda privada y abandonó a sus habitantes del campo y la ciudad en la etapa feudal boliviana.

Por cada edificio nuevo, SRZ exhibe miles de seres humanos que viven en chozas de paja y adobe sin agua potable, sin escuelas, sin trabajo, sin otra cosa que ese desprecio silente del rico que ve en los pobres poco más que animales de carga.

Cada parque y plaza presenta un anillo de desocupados de todas las edades, víctimas del desempleo evidente y masivo, hombres, mujeres y niños que intentan vivir del mendrugo diario que esperan de su perra suerte. La muerte y el abandono de nonatos y madres humildes en hospitales de baja reputación no es obra del Buen Dios, tiene su explicación en la pesadilla social de lujo e injusticia que vive SRZ.

¿Es que ese taxista que gana menos de un dólar por carrera continuará por siempre esa vida y ha decidido dejarla a su hijo sin un gesto de rebeldía? ¿Es que los bolivianos que viven en SRZ no sienten en las tripas y el corazón la bárbara realidad que ha creado esa banda de aventureros dueños de empresas, campos, haciendas y vidas humanas?

Porque los bolivianos que viven en SRZ son hijos y nietos de los mineros y los campesinos que lucharon y murieron en 1952 y porque es imposible para ellos el olvidar del todo esa gesta valiente y traicionada, no es posible perder toda esperanza cuando la patria necesita de esos bolivianos.

Si, pero ¿dónde están?

El pueblo, que va a pie y sin pan por los caminos agrestes de la patria, es una vez más el héroe sufrido, sacrificado, políticamente maduro y valiente, cuya voluntad debe cumplirse para recuperar la paz social y una esperanza de futuro.

Sólo SRZ calla, con lo que protege a la banda apátrida de ricachos y su brazo armado, ese montón de muchachos ignorantes y violentos, dispuestos a matar a Bolivia para malvender su riqueza a los enemigos de siempre. Y así, es posible preguntar una vez más, después de una crisis que pudo habernos dejado sin patria a todos: ¿dónde están los bolivianos que viven en SRZ?