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Carta de Jorge Zabalza a Eleuterio Fernández Huidobro
Discurso leído por Jorge Zabalza, el viernes 7 de octubre pasado en la noche, en la esquina de Carlos María Ramírez y Heredia --Plaza Raúl Sendic de Montevideo--, ante un grupo de Tupamaros y vecinos de esa zona que no revistan en el MLN. El acto fue en un "homenaje militante al Che, a los fusilados de Pando, a Rubén Sassano y a todos los caídos en el combate antiimperialista".
¿Pa’ qué diablos sobrevivimos, Ñato?
Decía el Che Guevara que en una revolución, cuando es verdadera, se triunfa o se
muere. ¡Y vaya si la tupamara fue verdadera! ¡Vaya si se daba la vida entera!
Pero nosotros ni triunfamos ni morimos, sobrevivimos a gatas y eso, en algunos
casos, ha sido una lástima, porque se podía haber quedado como recuerdo
entrañable y en cambio, al seguir viviendo, siempre se está a tiempo de mandarse
alguna gran macana.
Hay viejos tupas, ustedes entre ellos, que ya no hacen política tupamara, esto
es, política con un horizonte insurreccional, como el que alumbraron los soles
de los 60, pero también las lunas primaverales a la salida de la dictadura.
Clandestina o en la legalidad, con armas o sin ellas, en los 70 o en los 90,
juntos hicimos política en serio, política para transformarnos en mujeres y
hombres con valores e ideas revolucionarias, para transformar la sociedad actual
en otra, sin clases y sin Estado.
Después, al perder el horizonte revolucionario, ustedes se han vuelto
"operadores políticos". Hacen política sin horizonte transformador, política
para medrar en el sistema. Aceptan como algo inevitable –"es lo que hay, Valor"–
la dominación de clases y la explotación capitalista. Aceptan vergonzosamente,
la dependencia del imperio en lo económico y militar. Anoche mismo ¡Votaron la
operación UNITAS y el refuerzo de las tropas en Haití! ¿Votarán ahora el Tratado
Bilateral de Inversiones?
¿Para qué sobrevivimos, entonces? ¿Para hacer política virtual en la televisión?
Política mediática que ni siquiera roza la estructura del poder económico. Es la
política de "como te digo una cosa, te digo la otra". Como aseguro en un 99,99
por ciento que es cierto que los restos de María Claudia están en el 14, a los
pocos días afirmo que esos informes, a cuya veracidad me jugué, no son los
definitivos y me vuelco, iracundo, contra los informantes, a quienes debía haber
supuesto mentirosos.
Mentían cuando negaban que en Uruguay hubiera presos políticos y desaparecidos.
Mintieron en el asesinato del chileno Berríos. Mienten y siguen impunes los
asesinos de Morroni y Facal. Mintieron en la Comisión para la Paz y mientras
sigan encontrando crédulos bobalicones... ¿por qué habrían de dejar de mentir
ahora?
Política virtual y mediática donde viejos revolucionarios tupamaros aparecen
como garantía de las viejas instituciones del sistema sin percibir que, al ser
incapaz, no digo de eliminar, sino al menos achicar, la brecha de desigualdad e
injusticia sociales, esta democracia se va agotando por sí misma. De puro
inoperante, nomás.
Y ustedes le están saliendo de garantía a eso, a una democracia chueca, sin
contenido de pueblo asalariado, que sólo es instrumento para profundizar la
dependencia de los organismos financieros internacionales.
El FMI y los acreedores definen la política económica, el presupuesto nacional
y, en definitiva, hasta el proyecto de país que lleva adelante el gobierno
progresista. El mismo modelo que todo un pueblo rechazó el 31 de octubre de
2004. No sólo en el tema del agua están desconociendo la voluntad popular. ¿Qué
clase de democracia es ésta?
¿Soberanía nacional? ¿Uruguay productivo? ¿Por qué no han tenido voluntad
suficiente para impulsar el proyecto de independencia económica y política? Por
lo menos algo parecido a lo de Venezuela. Déjense de prometer cosas que no van a
cumplir y de hacer demagogia al peor estilo del Uruguay Batllista del siglo XX.
Están haciendo exactamente lo mismo que hacían aquellos políticos burgueses, los
que despertaron la indignación de Raúl Sendic y los tupamaros primigenios
En materia de derechos humanos, los tantos van quedando claros y también el
papel tuyo en la jugada. El Pepe se abraza con el botón que lo baleó, y eso es
grave, pero es peor aún lo tuyo y lo del Ratón Rosadilla al abrir los brazos a
cuanto uniforme se les cruza, se están abrazando, seguramente, con algunos de
los asesinos de compañeros y compañeras.
En lugar de avanzar hacia la justicia se dan pasos que consolidan la impunidad.
Se votan ascensos, como el de Dalmao, que no se consentían antes, cuando se era
oposición parlamentaria. Se mantiene en los mandos policiales a gente como Rolán
y Navas. Se soporta que Moller, un fiscal comprometido con la impunidad, frene
impunemente las investigaciones en marcha. Hay que destituirlo, como a Bonelli
del comando de la fuerza aérea, confeso culpable de ser copiloto en el primer
vuelo de Orletti y sospechoso de haber piloteado algún otro vuelo de la muerte.
Hay que anular la ley de caducidad para que la investigación se realice de forma
independiente, bajo control de las organizaciones que luchan por los derechos
humanos o, por la vía de los hechos se está consintiendo la instalación de una
nueva mentira, que "sobrevuela o subyace" al jueguito de la mosqueta que la
gente está siguiendo por la televisión.
Mientras se continúe investigando en el marco de la ley de impunidad y en base a
las mentiras de los criminales, descubrir la verdad sería otra que un milagro.
La confianza en que los culpables contribuirán en el proceso de investigación...
sólo puede ser producto de una ingenuidad mayúscula o de una maldad
imperdonable. No es cuestión de perdonar, Ñato. ¿Quién puede ser tan temerario
de arrogarse la potestad de perdonar desapariciones forzosas, violaciones y
torturas?
Tampoco es cuestión de desligarse de toda responsabilidad y hacer caer sobre las
endebles espaldas de los familiares de desaparecidos el peso de la lucha por
verdad y justicia. Hay que ser muy caradura para pasarles a los familiares
semejante tarea. Caradura y tener el corazón ganado por la impunidad. Caradura y
tener la voluntad quebrada por el temor. Sería la salida más pragmática y
facilonga para dejar todo como está.
Simplemente es cuestión de justicia. Y nada más que justicia. Cada día más,
mentira a mentira, crece la necesidad de castigo. Claro que inválido, castrado y
amarillo, el Poder Judicial administra la impunidad de los militares en lugar de
hacer justicia. Pero vos bien sabés, Ñato, que los pueblos oprimidos no olvidan
ni perdonan. Que la historia enseña como, a la corta o a larga, habrá justicia
para todos, sea de la manera que fuere, porque no hay punto final en una
sociedad de clases y la página que se quiere cerrar, más tarde o más temprano,
siempre volverá a abrirse.
Consintiendo la impunidad... ¿en qué filosofía política están educando a la
juventud?, ¿En creer que la mentira es un ingrediente natural de la vida
política y social?, ¿en la lógica de la existencia de dos justicias, una para la
guardia pretoriana y otra para los plebeyos? Dejar a hijos y nietos un Uruguay
santuario de criminales, es traspasarles la responsabilidad de dar la batalla
que no estás dando y es, además, una cobardía mayúscula que reniega de la
historia heroica de las compañeras y compañeros. Es peor que la maldición de
Malinche.
Además, vos sabés que el obvio objetivo que sustenta la Impunidad, es mantener
el brazo armado en condiciones de amedrentar y disuadir. Al consentirlo hay
viejos guerrilleros que están contribuyendo a crear esa subjetividad de temores
que abre las puertas a la tutela, nuevos desmanes militares y la dictadura.
No olvidar que, ayer como hoy, la doctrina de guerra de las FFAA no es la
defensa del territorio nacional a las órdenes del presidente de la república. Su
verdadero comandante en jefe es el Pentágono, que las emplea para la estrategia
de dominación mundial, destinándolas al Congo y Haití para liberar los "marines"
que necesita en Afganistán e Irak.
A no equivocarse. A no repetir la película de Salvador Allende pidiendo apoyo a
Pinochet para derrotar el golpe de Estado. Las Fuerzas Armadas aquí, y donde
sea, siguen siendo la columna vertebral del poder económico y político de los
dueños del capital y del imperialismo. Son tan ajenas al pueblo asalariado como
lo fueron en los años setenta, cuando secuestraban niños y desaparecían gente.
¡Cómo quebraste la vieja fraternidad, Ñato!... Pensar que en aquellos años no
fuiste tan pragmático como en los actuales, que sabías de concepciones y
estrategias revolucionarias; que, vos y los otros viejos nos convocaron a dar
vuelta la tortilla, no a esta miseria política que hoy protagonizás. ¿Te acordás
cómo te escribiste los documentos históricos del MLN, los que inflamaban
corazones e impulsaban a emprender grandes hazañas? ¿Te acordás cuando hiciste
el Plan Cacao? ¿Y el Satán? ¡Cuántos estábamos dispuestos a dar la vida para
preservar la tuya y la de los viejos!
¿Se dan cuenta del montón de los convocados, que tomaron los fierros para
ofrendar la vida? ¿Olvidaron a Carlitos Rodríguez Ducós?, ¿al Percherón
Clavijo?, ¿y al Hugo Candán y al Caudillo Lerena? ¿y a los caídos en Pando?
¿Ustedes creen que se jugaron para que el pueblo uruguayo recibiera los
mendrugos que quedan después de pagar los servicios de la Deuda Externa?
Podrán convencer a los televidentes de la política que este Uruguay progresista
tiene algo que ver con aquella patria para todos o para nadie de los tupamaros.
Pero a nosotros, no. Los viejos testigos de los años tupamaros, los que no
perdimos el horizonte insurreccional, seguimos sintiendo la responsabilidad de
continuar aquella lucha por un poder revolucionario del pueblo, por una
producción gestionada por los productores libremente asociados y un país
independiente de toda dependencia. Algún día, estoy seguro compañeros, ¡habrá
patria para todos o para nadie!
Tambero
8 de octubre de 2005
Adhirieron a esta carta:
Adhieren: Jessie Macchi, Marx Menéndez, Carlos Casares, Irma
Leites, Jorge Zabalza, Grauert Lezama, Sigifredo Guridi, Juan Carlos Hornos,
Julio Dewily, Eliberto Perdomo, Pascual Quartiani, Ruben Aquino, Washington
Muniz, Carmen Améndola, Margarita Gómez, Gabriel Carbajales, Francisco Quito
Martínez, María Postiglioni, Perlita Ferreira, Ruben Hornos, Néstor Reboledo y
siguen más firmas.-