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Latinoamérica


"Presupuesto miserable, viajes de lujo"

Mensaje de la 36

El miércoles 12 el presidente progresista Doctor Tabaré Vázquez inicia una extensa gira por cuatro países de Europa.
Siete ministros de su gabinete se irán sumando en la recorrida por España, Alemania, Italia y Francia.
Vázquez participará de la XV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que finalizará el sábado 15.
Varios de sus ministros recibirán instrucción durante la participarán de un seminario en la Cámara de Comercio de Hamburgo.
Los participantes a este seminario serán los ministros de Relaciones Exteriores, Reinaldo Gargano, de Turismo, Héctor Lescano, de Economía, Danilo Astori, de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, de Industria, Energía y Minería, Jorge Lepra, de Ganadería Agricultura y Pesca, José Mujica, y de Salud Pública, María Julia Muñoz.
Ministros, asesores, los hombres "todo terreno" no son los únicos que acompañarán la delegación progresista. También acompañan al presidente los empresarios portuarios, los mismos que fueron beneficiados con la privatización del Puerto uruguayo durante el gobierno de Jorge Batlle.
En la sede de la Germanischer Lloyd con la participación del Señor Ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, y el presidente de la Administración Nacional de Puertos, doctor Fernando Puntigliano, la delegación privada ofrecerá a los empresarios alemanes las posibilidades de negocios en la principal terminal portuaria en manos privadas.
La delegación privada la componen, del Centro de navegación Mario Baubeta, Robin Cooper, Francisco Sago, Leticia Gallareta, Guillermo Mera y Roberto Mérola, por la Terminal Montecón, Eduardo Zabalza y Julio Arocena, empresarios portuarios Jimmy Rohr, Bernardo Duck, Jorge Fernández, Florian Schindler, de Gaspas, Fernando Gianoli y Ricardo Lemez Gapas y se unirá a la delegación en Alemania, Joris Kthys en representación de la terminal Cuenca del Plata.
 
¡Se van todos!
Con la tranquilidad que en el Parlamento no habrá ni un solo sobresalto, porque más allá, del "jugo político" que los nacionalistas le saquen a las contradicciones de los representantes progresistas, los votos a favor del "Ajuste presupuestal" sobrarían para prestarle a quien se le ocurriera crear una supuesta oposición.
 
Esta semana no se reunió la Mesa Política del Frente Amplio por el feriado o por las ausencias.
Mientras tanto el gobierno progresista continúa su acción favorable al capitalismo y contraria a los intereses del pueblo.
Algunos sectores aún reducidos de los frenteamplistas, comienzan a darse cuenta de cómo fueron inducidos en su buena fe, a la desmovilización y el acatamiento ciego a los dirigentes oficialistas.
Sin embargo, no debemos confundirnos con la nueva situación.
Las grandes mayorías que votaron el Encuentro Progresista indudablemente siguen estando equivocados en su buena fe admitiendo que el gobierno electo tiene la voluntad de realizar los cambios prometidos durante la campaña electoral.
Dado su engaño por sus dirigentes progresistas es necesario que cada uno de nosotros les expliquemos su error de forma paciente, una y otra vez de manera meticulosa, concepto por concepto y palabra por palabra.
Ustedes mismos compañeros que hasta ayer pensaban igual que ellos deben actuar ahora con comprensión y de manera perseverante los vínculos entre Astori y el Fondo Monetario Internacional, de Lepra con las grandes transnacionales del petróleo, Arana con las plantas de celulosa extranjeras, María Julia Muñoz con la salud privada, del capital con todas y cada una de las medidas que toma el gobierno neoliberal.
Y entonces así tratar de demostrarles que sin cambiar ese vínculo estrecho entre el capitalismo y los gobernantes, y el imperialismo y los dirigentes progresistas, los cambios sólo serán de palabra pero no de hecho.
 
Para lo cual es aconsejable en todo momento organizar la propaganda masiva y lo más amplia posible en todos los frentes de trabajo.
 
Más de un millón de uruguayos votaron por el cambio y pusieron en el sillón presidencial al Doctor Tabaré Vázquez y a una inmensa mayoría de dirigentes progresistas muchos de ellos desconocidos por el pueblo.
Esta es la principal situación del momento particular actual del Uruguay.
Un primer paso dado por la mayoría de los uruguayos en búsqueda de los cambios económicos, sociales y políticos. Una primera etapa que sin embargo, le volvieron a dar el poder a la burguesía porque los trabajadores y pobres carecen de organización y de conciencia organizada suficiente como para
imponerse a las elites preparadas durante años.
 
Nuestro trabajo no puede ser otro que intentar revertir esta situación sin tirarnos de los pelos o sentirnos defraudados.
 
Debemos intentar con todas nuestras fuerzas organizadas cambiar este estado de cosas y dar la lucha interna por poner en manos de los trabajadores, productores del campo arruinados, y sectores populares todo el poder que les corresponde por el lugar que ellos ocupan en la producción social.
 
Contamos con una situación favorable en cuanto existe un ámbito de gran legalidad donde debemos suponer que no existirá por el momento violencia contra los sectores populares y una confianza inconsciente de estos grupos en el gobierno capitalista de los progresistas.
 
Este aspecto particular y peculiar de la lucha debemos explicarlo bien y comprenderlo mejor entre los militantes de izquierda porque no exige una gran capacidad de adaptación a las nuevas condiciones específicas entre los miles de uruguayos que ahora están despertando a la vida política y sindical.
 
Recién entonces nosotros podremos explicar con ciertas garantías de éxito la consigna de no prestar al gobierno del astorismo ni el menor apoyo. Pero deberemos demostrar previamente la falsedad total de sus promesas principalmente las del cambio social, el país productivo, la justicia social y los derechos humanos.
 
Deberemos desenmascarar a este gobierno que es un gobierno progresista capitalista, en lugar de exigir que cumpla cada una de las promesas por separado con los jubilados, con los trabajadores de la salud, de la enseñanza, de los asalariados públicos y privados.
Cada protesta por separado que genera una reunión de diálogo bilateral gremio a gremio, sector a sector, solo ayuda a despertar falsas ilusiones y continuar dividiendo las escasas fuerzas.
 
Hay que reconocer honestamente una realidad no menos importante se trata de estas ideas siguen estando en minoría y hasta el momento en una pequeña minoría en relación al bloque mayoritario de todos los sectores políticos progresistas. Sometidos a la influencia de la burguesía y que llevan dicha influencia a la mayoría de la dirección del movimiento de los trabajadores.
 
Esta es la razón principal por la que debemos explicar a los sectores populares que no debemos abandonar ni permitir el boicot a los Comités de Base y los sindicatos, que son las únicas manifestaciones organizadas para revertir esta situación, mientras este gobierno siga bajo el sometimiento de la burguesía y la continuidad de los gobiernos anteriores.
Y por tanto debemos asumir la responsabilidad de explicar a la gente los errores graves de esta táctica de manera paciente y convincente, de manera comprensible a todos los sectores de la población.
 
Por mucho tiempo más seguiremos en minoría y no hay que pensar que porque ahora no estamos tan solos, ya se alcanzaron los objetivos de esclarecimiento generalizado.
Seguiremos en minoría por mucho tiempo más, por lo que la labor de crítica y señalamiento de cada uno de los errores, deberá persistir al mismo tiempo que debemos reclamar que se celebren elecciones internas en el Frente Amplio, para revitalizar los Comités de Base, y en los sindicatos, para que sobre su experiencia, control, aporte y experiencia el pueblo ayude a corregir los errores del gobierno.
 
El Gobierno progresista tal como va hasta ahora, no puede pensarse que existe posibilidad alguna de cambios trascendentes partiendo del Parlamento, que como ha demostrado en cada oportunidad -el martes y miércoles- será una de ellas, no ofrecerá ninguna posibilidad de cambio por tratarse de representantes "con mano de yeso".
Los únicos que en la actualidad están en capacidad de ejercer los verdaderos cambios económicos, sociales y políticos son los Comités de Base, de amas de casa, jóvenes, jubilados, trabajadores, desocupados, productores y comerciantes arruinados de todo el país.
Son los que sirvieron para conseguir los votos y llevar al Frente al poder.
Por eso hay que estar claro que mientras desde el gobierno progresista se trata de eliminar los Comités de Base, cosa que se fue concretando en el tiempo, y ahora se apunta a eliminar la Mesa Política sustituyéndola por una Secretaría, electa a dedo y de unos pocos.
 
Hay que señalar con claridad y transparencia que no estamos hablando o imaginando en esta etapa la implantación de un régimen como el de Chávez en Venezuela, o el de Fidel Castro en Cuba o el socialismo a la uruguaya siquiera.
Nuestras propuestas son constitucionales y un control sobre la producción social y de la justa distribución entre todos los hijos de esta patria por igual.
 
En grandes pincelazos debemos comenzar diciendo que los funcionarios electos y removidos, si no cumplen dignamente con su mandato deben percibir salarios, que tengan que ver los salarios que ellos mismos votan para los trabajadores calificados y no de treinta cuarenta o de ochenta mil pesos.
No está bien que el propio Presidente de la República perciba más de trescientos mil pesos mensuales por sus varios empleos y un salario mínimo ande por los dos mil quinientos pesos.
Un pequeño país en crisis no puede darse el lujo de tener entre cincuenta y sesenta mil efectivos, como si estuviéramos en guerra.
En nuestro país el problema seguirá siendo el de la tierra, y mientras no se realice una reforma agraria, no existirá un país productivo, donde la tierra deje de ser el problema y se convierta en la solución del país.
El otro gran problema de la crisis uruguaya está en los bancos, la usura, el blanqueo de capitales, el secreto bancario, el país financiero que da origen al sistema monetarista de Astori.
 
Para la mayoría de los dirigentes progresistas después de haber ganado un lugar en el gobierno como sea, con quien sea, y ahora nosotros deberíamos agregar y gracias a quien sea, poco les importa las consecuencias antipopulares de su gestión.
Mientras que para la oposición de derecha con sus políticos burgueses por nuevos que estos sean, aprovecharán ocasiones como las de UNITAS o el Presupuesto, para pronunciar frases sonoras, que nada dicen ni les obligan a nada, pero que les reditúan un valor político para su molino.
Otros sectores pequeños burgueses que simpatizan de palabra con el proletariado pero dependen del sueldo de la burguesía, muchas veces no saben y en otras no quieren entender que el único camino que conduce a liberarse del imperialismo es el cambio del régimen capitalista por otro.
Por eso, en una segunda etapa, recién podremos trabajar en otra dirección verdaderamente revolucionaria, para que todos estos sectores comprendan de una buena vez que deben unirse a los obreros con conciencia de clase y junto a su marcha gradual pero firme y reflexiva hacia el socialismo.
Como lo señalara Lenin cuando declaraba que "fuera del Socialismo no hay para la humanidad salvación de las guerras, del hambre, de la ruina de millones y millones de hombres".
 
En el último debate por las maniobras UNITAS volvieron a cobrar fuerza las viejas contradicciones de la revolución de 1848, cuando el socialista francés Luis Blanc conquistó celebridad al sustituir la posición de lucha de clases por la posición de las ilusiones de la colaboración de los burgueses, que podían ayudar a los trabajadores a la "organización del trabajo".
Ante los problemas de las maniobras de las UNITAS, como los de la Ocupación de Haití, como ante los problemas fundamentales de la vida política actual deben verse como un problema de clase.

 
Y lo que debe caracterizar la posición de izquierda ante este punto es la clara definición de la guerra y la preparación para la guerra imperialista como un fenómeno de clase. Y toda guerra imperialista con la participación de países capitalistas, será siempre librada por el reparto de algún botín capitalista se trate de petróleo o de otras riquezas.
Los burgueses justifican la guerra abierta y le llaman defensa de la democracia, contra el terrorismo, y en defensa de sus intereses de sus propios capitalistas, del derecho a las anexiones.
En cambio el otro día en relación a la participación de las UNITAS, vimos como los legisladores progresistas renunciaban a las invasiones y guerras anexionistas imperialistas. Limitándose a que "era por esta vez", o a bondadosas, inofensivas y vacías declaraciones.
Pero ahora podemos preguntar que "los frenteamplistas adultos" ¿pueden conformarse con lo que dicen los legisladores que piensan de sí mismos, sin confrontarlo con lo que los dirigentes hacen?
Por favor, compañeros frenteamplistas.
 
Las maniobras militares, el voto en las Naciones Unidas o el Banco Mundial, la participación en la ocupación de Haití se mantienen por los vínculos del capital financiero, bancario imperialista.
En esto y no en otra cosa consiste la base económica contemporánea de las maniobras militares, las bases militares de Estados Unidos en la región, las amenazas contra Venezuela y Cuba y la guerra en Colombia.
En todo caso las maniobras y la participación de la ocupación de Haití son la garantía política del beneficio de miles de millones de dólares de capital invertido en miles de empresas establecidas en los países anexados al imperialismo.
 
Por eso, ni aún teniendo las mejores intenciones es posible renunciar a participar en las UNITAS, ir a Haití o mantener sesenta mil hombres armados en un pequeño país sin dar pasos decisivos para desembarazarse del yugo de los capitalistas.
Votar el decreto por el agua a favor de las transnacionales, votar el Presupuesto, votar el Tratado de Inversiones, votar la Carta Intención con el FMI, votar al astorismo, obliga consecuentemente ha aceptar el mando militar imperialista.
Todo lo demás son frases idealistas, muy bonitas como fantasiosas, porque intentan sustituir la lucha de clases por las buenas intenciones de los burgueses.
 
Ahora es preciso emprender acciones verdaderas de unidad y movilización organizada para sustituir el astorismo y con ello frenar al capitalismo.
Y debemos hacerlo hábilmente con los trabajadores más conscientes, apoyándonos en los trabajadores desocupados, los asalariados, los campesinos pobres, los endeudados, los estudiantes.
 
Y para ello tenemos todavía algunos pocos Comités de Base y hay que ponerse a crear muchos más.
¡Y ESTE MOVIMIENTO HAY QUE EMPRENDERLO YA!