Latinoamérica
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Tras el asesinato de Filiberto Ojeda Ríos
Reconstruyendo la izquierda puertorriqueña
Padre Luis Barrios
El diario -La prensa
El asesinato del compañero Comandante Filiberto Ojeda Ríos líder del Ejercito Popular Boricua-Macheteros, ha despertado una evolución positiva en el movimiento descolonizador e independentista Boricua. El mensaje del Comandante Filiberto ese mismo día que la policía federal del imperio, FBI, lo fusiló- el 23 de septiembre, Grito de Lares- fue uno de carácter profético en el cual nos llamó a la unidad patriótica.
Filiberto Ojeda Ríos
De frente a esta realidad me parece importantísimo el poder elaborar unas
reflexiones las cuales humildemente quiero compartir con ustedes. Primeramente,
corríjanme si estoy equivocado, pero tengo entendido que la organización mas
grande que agrupa al independentismo puertorriqueño lo es el de la gente no
afiliada. Por lo tanto, cualquier llamado a la unidad debe de partir de esta
realidad.
Ahora bien, ¿cuales son algunas de las realidades que impiden nuestra unidad
patriótica?
A mi me parece, y puedo estar equivocado, que las diferentes estrategias de
descolonización e independencia para Puerto Rico como lo son por ejemplo: el
poder votar en las elecciones nacionales; la celebración de un asamblea
constituyente (por partidos políticos o por voto directo del pueblo); el
solicitarle al Congreso de Estados Unidos nuestra independencia; el solicitarle
a las Naciones Unidas que tome responsabilidad en declarar nuestra
independencia; el que recurramos a la lucha armada o el que seamos socialistas,
comunistas o nacionalistas, mas allá de ser lo que son, estas diferentes
estrategias son más una excusa de quienes militamos en ellas para no construir
un movimiento de liberación para nuestra patria.
Si partimos de la realidad de reconocer que estas luchas son complementarias y
no antagónicas, podemos darnos cuenta que es posible el poder crear una unidad
en diversidad.
Esta unidad en diversidad tiene por desgracia una serie de enemigos entre los
cuales se distinguen los siguientes.
Por un lado el dogmatismo el cual no permite el cuestionamiento negando la idea
de la variabilidad.
A esto se suma inmediatamente el sectarismo caracterizado por el fanatismo y la
intransigencia de verlo todo por un solo lado.
Otro enemigo de esta unidad en diversidad lo es el caudillismo que profesamos y
a través del cual idolatramos a una persona y si esta no fue quien dijo lo que
se está diciendo, entonces no es aceptable.
No quiero pasar por alto el protagonismo en el cual se desarrolla una especie de
teatro patriótico en donde yo tengo que ser el personaje principal de la obra,
de lo contrario, no participo. Este culto de adoración al ego no me permite
estar en donde no se me da una oportunidad para hablar o el que pueda ser
reconocido.
Súmenle a todo esto lo que podemos identificar como la calumnia basada en un
chisme con la intención de eliminar, desacreditar o menospreciar cualidades
patrióticas las cuales erróneamente considero rivales.
De aquí el que se arrastre rencillas viejas como excusas para que no trabajemos
juntas y sigamos en la enfermedad del izquierdismo, o sea, una actitud que como
resultado del dogmatismo, sectarismo, caudillismo, protagonismo y la calumnia,
se vierte en posiciones ineficaces o aberrantes.
Por lo tanto, la unidad no puede ser una nostalgia filibertista o una melancolía
machetear. Eso seria faltarle al respeto al hermano Comandante Filiberto.
Aquí en la ciudad de Nueva York hemos comenzado a trabajar en este asunto. Viva
Puerto Rico libre y paz con justicia.