Internacional
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El dedo, la luna y George W. Bush
Amador Fern�ndez-Savater
Diagonal
�Se est� tomando alguien la molestia de analizar en profundidad la fuerza del
fen�meno neoconservador en EEUU? La segunda victoria electoral de George
W. Bush dej� perpleja a la izquierda del planeta entero: "�c�mo es posible que
la gente haya votado masivamente a un candidato sostenido clar�simamente por
terribles mentiras que han sido desmontadas p�blicamente (Abu Ghraib, Michael
Moore, armas de destrucci�n masiva, etc.)?" La respuesta m�s obtusa: "los
americanos son tontos, miedosos, agresivos, no leen, no viajan, no sabr�an ni
se�alar d�nde est� Espa�a en un mapa". American way of life. Por tanto,
nada de lo que inquietarse en Europa (a pesar de Haider, Berlusconi-Fini, Le Pen,
etc.). La indignaci�n moral y el desprecio contra la "Am�rica media" (en los dos
sentidos) se comen el espacio de un an�lisis riguroso sobre la potencia del
imaginario cristiano fundamentalista y la decadencia imparable de la izquierda
para producir deseo y sentido en los tiempos estallados de la globalizaci�n.
Sin embargo, hay populismo de derechas para rato. La m�quina de guerra neocon
manipula como nadie los s�mbolos de comunidad en un �poca sin comunidad,
codifica todos los conflictos econ�micos y sociales entre ricos y pobres como
conflictos culturales entre progresistas y conservadores (las llamadas
cultural wars), sintoniza muy bien con los miedos de una "mayor�a
silenciosa" profundamente ambivalente, instrumentaliza el imaginario
populista norteamericano (rechazo instintivo de la burocracia federal,
�nfasis en la independencia, la propiedad descentralizada y los valores
comunitarios) y redirige c�nicamente el "resentimiento de clase" de millones de
hu�rfanos de la globalizaci�n contra el fantasma de una "nueva clase" de
"intelectuales elitistas de izquierdas" que, al erosionar supuestamente los
valores tradicionales y los lazos comunitarios (familia, vecindario, naci�n,
�tica del trabajo, etc.), han contribuido a producir pobreza, desempleo,
delincuencia, etc. Y en lugar de meditar seriamente c�mo es posible que el
Partido Republicano sea para tantas personas humildes el defensor de la "gente
com�n", gran parte de la izquierda se limita al juicio moral ("fascistas,
machistas, patrioteros, paletos, hom�fobos, etc."). Se dice que "cuando el dedo
se�ala la luna los idiotas miran el dedo". Pues bien, el dedo neonconservador
se�ala problemas reales que afectan a millones de personas (seguridad en las
calles, descomposici�n de las escuelas, barbarizaci�n del v�nculo social,
precariedad de la vida, violencia generalizada, evaporaci�n de toda cultura del
respeto, etc.), mientras los idiotas se quedan mirando el dedo (sus propuestas
represivas).
�Se parecen los neoconservadores a los viejos conservadores como De Bonald o De
Maistre? �En absoluto! Los neoconservadores tienen un proyecto imperial
de gobierno estadounidense del globo y un proyecto de remodelaci�n social
encaminado hacia lo que Bush llama ownership society (sociedad de
propietarios). Es decir: para ellos no se trata simplemente de "mantener la casa
bien ordenada", sino de dirigir el mundo entero. No se trata tan s�lo de
conservar la tradici�n, sino de fundar un nuevo lazo social y de
fabricar un nuevo tipo de ciudadano, el individuo propietario desvinculado
de cualquier trama social de obligaciones, responsabilidades y cuidados. La
izquierda se desga�ita contra esta fantas�a neocon y se�ala sus mimbres
podridos: desastre en Irak, endeudamiento permanente, c�lculos absurdos en los
planes para privatizar las pensiones, etc. Pero sus protestas tampoco funcionan.
Como explic� un alto funcionario de la administraci�n Bush al periodista Ron
Suskind en la TV: "usted pertenece a la comunidad que se basa en la realidad,
esto es, todos aquellos que creen que las soluciones surgen de un estudio
minucioso de la realidad apreciable. Pero el mundo ya no funciona as�. Ahora
somos un imperio, y cuando actuamos, creamos nuestra propia realidad. Y mientras
vosotros estudi�is la realidad, tan minuciosamente como quer�is, nosotros
volvemos a actuar, creando nuevas realidades, que pod�is seguir estudiando, y es
as� como saldr�n las cosas. Somos los actores de la historia... y todos vosotros
s�lo serv�s para estudiar lo que nosotros hacemos".
�Y en Espa�a? Por un lado, el gobierno del PP y su entorno medi�tico promovieron
y jalearon cualquier desregulaci�n econ�mica que disminuyera (a�n m�s) la
autonom�a de lo pol�tico frente al mercado. Por otro lado, trataron de
aprovechar la angustia que produce el vaciamiento de todas las formas de
pertenencia tradicionales insistiendo en el discurso nacionalista espa�ol.
Nacional-liberalismo. Pero nunca se atrevieron a llegar tan lejos como ahora
en la impugnaci�n de los mismos mecanismos procedimentales del sistema de
partidos: cuestionamiento de la victoria electoral del PSOE el 14 de marzo,
sospechas sobre su participaci�n en el mismo atentado, etc. Eso anima a algunos
a hablar de "neofranquismo" (fantasmas de guerra civil, etc.). �Es un t�rmino
adecuado para nombrar y describir la estrategia del PP, Libertad Digital, FAES,
etc.? Desde luego, la derecha est� manipulando con mucha eficacia el imaginario
victimista de las "dos Espa�as" (1936, el nacionalismo vasco, la crisis de la
familia, etc.). Pero, �hay alg�n aspecto nuevo en esta derecha (integrada, como
en el caso de los neocon, por numeros�simos ex-izquierdistas radicales)?
Por ejemplo, la manifestaci�n contra el matrimonio homosexual, �ha sido una
expresi�n activa del conservadurismo tradicional patrio o bien la producci�n de
un chivo expiatorio que condensa los miedos a la "crisis de los cuidados" y la
erosi�n contempor�nea del lazo social?
Cuando "todo lo que era s�lido se desvanece en el aire", la derecha neoliberal y
populista se mueve como pez en el agua. La izquierda oficial no puede hacerla
frente, porque carece de todo lo necesario para ello (arraigo social, ideales y
mitos, convicciones profundas, inteligencia, honestidad, etc.). Tampoco los
movimientos sociales pueden considerarse a s� mismos una respuesta total:
atraviesan el mismo desierto de lo real en el que pesca la derecha populista,
pero sus experimentaciones concretas y locales de lazo social, comunidad y
valores alternativos no pueden (ni deben, seg�n creo) tratar de hacerse cargo de
la hondura de su vac�o. Eso s�, en lugar de juzgar y moralizar tanto, se puede
tratar al menos de pensar con qui�n se comparte ese filo de navaja que es hoy en
d�a nuestro mundo.
* Amador Fern�ndez-Savater dirige la revista Archipi�lago, que prepara para
octubre de 2005 (en colaboraci�n con la Universidad Internacional de Andaluc�a)
un seminario sobre el ascenso global de la derecha neoliberal y populista.
� Amador Fern�ndez-Savater. Este texto, publicado por primera vez en el
peri�dico Diagonal, pueede reproducirse libremente por cualquier medio siempre y
cuando sea sin �nimo de lucro y esta nota se mantenga.