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Argentina: La lucha continúa

Del capricho al derecho

Prof. Juan Carlos Sánchez

La movilización del viernes 9 en repudio a la presencia del Emperador Georges W. Bush en nuestro país, por parte de piqueteros, partidos de izquierda y organismos de Derechos Humanos, tuvo la sombra del corralito policial que se intentó materializar al querer obligar el acceso por la Diagonal Sur, en lugar de la tradicional Avenida de Mayo.
 
Si bien primó la cordura de los líderes de la marcha, el Gobierno Nacional volvió a hacer gala de su enano fascista para intentar demostrar, junto a los multimedios, que esta expresión popular carece de importancia y que son esos ceros a la izquierda del escrutinio electoral, como también señalar su inclinación a la violencia.
 
Las declaraciones del Ministro del Interior, Dr. Aníbal Fernández, en el intento de explicar la estrategia oficial frente a la marcha, y luego de fracasar en su intento de prohibir el acceso a la histórica Plaza, resultan una renovada explicitación de su verdadera faz: la derechista, la mussoliniana que lleva consigo el justicialismo desde sus viejos orígenes peronistas en el `45.
 
Nuevamente, y en un acto que ni siquiera osó realizar la dictadura militar del `76, se pretende cercenar el público rechazo a una presencia indeseable que, como sabemos, sigue matando en Irak y ahora, asesina en su propio país luego de su propio Cromagnon, producto del Katrina.
 
Tradicionalmente, las protestas populares siempre hicieron ingreso por la Avenida 9 de Julio para ingresar por la Avenida de Mayo pero ahora pareciera que es más importante garantizar los derechos del medio pelo argentino que los de las grandes mayorías, los del poder económico antes que la abultada deuda interna.
 
Del capricho al derecho, podemos entender que nuevamente se intenta desnaturalizar el derecho a peticionar ante las autoridades establecido en el art. 14 de nuestra Constitución Nacional pues, y debemos recordarlo, esta marcha fue anunciada con la suficiente antelación para que quienes tuviesen que transitar por las adyacencias de la Plaza buscasen las alternativas para cumplir con sus fines. Entonces, ¿cuál derecho se cercenó o lesionó? ¿qué otro derecho está en juego?. Sin dudas, luego del capricho del Gobierno se lesionó la libertad de manifestarse porque se intentó manipular esta expresión popular con el fin de dar otra imagen más favorable a los intereses electoralistas, los orientados a buscar el voto del medio pelo que, como es costumbre, sigue en el andarivel de la derecha y por otro lado, resulta evidente que la libertad y la democracia está en peligro por cuanto las actitudes y las decisiones del Gobierno Nacional tienden más a instaurar una dictadura que a res petar la Constitución Nacional; peor aún, se basan para justificar su capricho, en un Código Contravencional que contiene las bases necesarias para la criminalización de la protesta social...
 
El viernes 16 se realizará una marcha de carácter multisectorial que intentará hacer escuchar su voz ante los reclamos populares largamente incumplidos, ante las necesidades de las Barbaritas, de las personas con discapacidad y de nuestros mayores, lo cual marcará el verdadero sentir popular a casi un mes de las elecciones pese a la contínua sensación que se intenta establecer que son un cero a la izquierda para ellas.
 
Y entonces, ¿volverá el mismo capricho de Fernández? ¿el Gobierno Nacional seguirá encaprichado con seguir sus posturas fascistas en pos de la criminalización de la protesta social?. Sin dudas, es posible que vuelva y siga ese accionar represivo cercano a Videla pero no cabe duda que, más tarde que temprano, marcará una clara divisoria de aguas, una fractura política y social que se sumará al ausentismo y al voto bronca elevado del 23 de octubre que llevará a un desgaste prematuro de un gobierno acosado por las transnacionales, la banca internacional y las necesidades insatisfechas de su pueblo.
 
Tal vez, comenzará la hora de comenzar a plantear el capricho de una sociedad y de una Argentina más justa y solidaria para esa legión de excluídos que sigue buscando su destino y a la que se sigue reprimiendo, en forma abierta o en oscuros callejones, en pos de seguir sustentando los beneficios de clase para los políticos y el poder económico.
 
Del capricho al derecho, se ha iniciado un nuevo camino que puede llevar, en forma paulatina, a la construcción de un nuevo Estado en el cual los Derechos Humanos sean una realidad plausible y no, una mera utopía y un simple slogan de campaña...

Prof. Juan Carlos Sánchez
Cs. Jurídicas, Políticas y Sociales
(I. S. P. "Dr. Joaquín V. González")