Argentina: La lucha continúa
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Quejoso reclamo de la Sociedad Rural por el supuesto ataque a la propiedad privada de la tierra. Grotesca exposición de las fuerzas represivas en la ciudad. Impresionante vallado de la Plaza de Mayo.
Represión a manifestantes en el predio de la Sociedad R
Celeste Neyra
Red Eco Alternativo
Ciudad de Buenos Aires- Sólo un día antes de la represión a manifestantes que se
preparaban para escrachar al ministro de Economía, la Sociedad Rural Argentina
expuso su preocupación por los "ataques contra propiedades privada rurales". Al
día siguiente, la Plaza de Mayo amaneció cercada por completo y el Puente
Pueyrredón copado por un gigante operativo compuesto de cientos de policías,
gendarmería y prefectura, carros hidrantes y gases lacrimógenos.
También un día antes el ministro del Interior, Aníbal Fernández, había declarado
públicamente que "aquél que crea que se pueda pasar de la raya seguramente será
detenido, no tenga duda".
Qué certeza. Dieciséis detenidos bajo los cargos de daños, lesiones y
resistencia a la autoridad, por haber manifestado en reclamo de mejoras para los
trabajadores de supermercados y con vistas a escrachar a Roberto Lavagna, quien
nunca llegó al predio de la Sociedad Rural, donde se llevaba a cabo una
convención de supermercadistas.
Mediante un comunicado de prensa la Sociedad Rural expuso su temor por "los
distintos ataques que se vienen registrando en los últimos tiempos contra
propiedades privadas rurales" y cuestionó que "ni las autoridades ni la justicia
de la provincia de Buenos Aires hayan reaccionado en defensa de propietarios
legítimos" ante usurpaciones u ocupaciones de tierras. En el texto la Sociedad
se queja de la "intención conservacionista" que en algunas ocasiones "abusan de
la justa medida para preservar ambientes naturales".
Mientras tanto, la Plaza de Mayo amaneció vallada en todos sus accesos. Metros
de cercas de metal impidieron el paso hacia el centro de la histórica manzana.
Cabe preguntarse cuál es el sentido de espacio privado que se está manejando en
ambos casos. Hay quienes temen frente a la posibilidad de que otros utilicen
tierras que alguien alguna vez les canjeó por dinero. Hay quienes impiden el
paso a una plaza pública ¿O acaso considerarán que les pertenece?
Vallar la plaza, utilizar la fuerza, imponer el miedo. En definitiva apropiarse
de un lugar que es público; una plaza que fue siempre ocupada, pisada, corrida,
vivida por personas que la consideraron compartida y propia.
"No se debe dejar de recordar que la propiedad privada es la base de una
sociedad organizada" declara en su comunicado la Sociedad Rural, con una gran
capacidad de invisibilizar miles de años de organización de comunidades
originarias, basadas en el compartir las tierras.