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Argentina: La lucha continúa

Debate por el destino de un ex centro clandestino de la dictadura donde hoy funcionan un jardín y dos escuelas para mil chicos

Entre la vida y la muerte, el pasado y el presente

Camilo Ratti*
Desde Córdoba

Ex prisión militar y centro clandestino de detención y exterminio durante la dictadura de Luciano Benjamín Menéndez, las 14 hectáreas de Campo La Ribera albergan hoy a un jardín de infantes, una escuela primaria y otra secundaria. Aquí, donde vida y muerte, memoria y olvido, pasado y presente se mezclan invariablemente y en forma cotidiana, el debate se plantea sobre el destino del predio, ubicado a diez cuadras del cementerio San Vicente, donde el Equipo Argentino de Antropología Forense excavó y exhumó una de las fosas con cuerpos de desaparecidos mas grandes de Argentina. Mientras vecinos, organizaciones sociales de la zona y algunos alumnos y padres se inclinan porque las escuelas sean refaccionadas y sigan funcionando donde están, un grupo de sobrevivientes del terrorismo de Estado junto a otros estudiantes y padres piden al gobierno de Kirchner que construya nuevos centros educativos en el lugar y declare a La Ribera "Parque para la Memoria Popular", en sintonía con el Museo de la Memoria de la ESMA, en Buenos Aires.

*"Donde antes estaba la muerte, hoy vamos a trabajar por la vida", fue la frase que firmó el ex gobernador Angeloz en al tarjeta de inauguración del Ipem 133 Dr. Florencio Escardó, en mayo del 91, cuando al principio funcionó en la escuela primaria Canónigo Piñero y desde agosto del '92 lo hace en Campo La Ribera, el segundo centro clandestino de detención y muerte mas importante (después de La Perla) de la dictadura de Luciano Benjamín Menéndez

. * *Un predio de 14 hectáreas ubicado en las márgenes de la ciudad capital, a diez cuadras del Cementerio San Vicente, la necrópolis que la represión convirtió impunemente en "basurero humano", con el enterramiento de cientos de cuerpos de desaparecidos amontonados y apilados unos sobre otros, que le dieron forma a una de las fosas comunes mas espeluznantes, por tamaño y cantidad de cadáveres, de Argentina y de Latinoamérica.

* *Pero lo que durante años permaneció en silencio y abandonado por una sociedad que no discutía los derechos humanos ni lo sucedido en la dictadura, hoy es motivo de debate entre vecinos, organizaciones del barrio, alumnos, profesores, autoridades de la escuela y sobrevivientes del terrorismo de Estado que estuvieron detenidos en "La Ribera", tal como se la conoce comúnmente a esta ex prisión militar en la ciudad.

* *Mientras parte de esta populosa comunidad, en la cual viven cerca de 30 mil personas, piensa que la escuelas (sobre todo la secundaria, donde antes fueron los calabozos) deben seguir en funcionando donde están y ser refaccionadas "para que dejen de parecerse a una cárcel", algunos estudiantes, docentes y padres defienden la propuesta de las víctimas de la represión: que el presidente Kirchner construya tres nuevas escuelas en el predio y declare a La Ribera "Parque para la Memoria Popular", al estilo de lo que el gobierno nacional y el de la ciudad de Buenos Aires harán en la ESMA.

* *El problema se plantea porque todos tienen algo de razón y un derecho que defender. La comunidad, porque consiguió que el gobierno creara una escuela donde no había y hacía falta; los alumnos, profesores y autoridades escolares que no quieren la relocalización, porque le dieron forma y vida al establecimiento; los otros estudiantes, algunos padres y docentes que piden una escuela nueva, porque se merecen un edificio digno para enseñar y aprender y no una ex cárcel con aulas sin luz, puertas con candados y garitas en el patio; y los sobrevivientes, porque afirman que "los lugares donde se violaron los derechos humanos deben ser conservados para que la historia no vuelva a repetirse"

.* * * La fundación *Había quedado atrás el tiempo de la primavera democrática, la Conadep, el juicio a las juntas y el auge de los derechos humanos. La sociedad civil pasaba de la euforia a la desilusión, y presenciaba derrotada los levantamientos carapintadas que terminarían en la sanción de las leyes de obediencia debida y punto final, y con ellas, el desprocesamiento de miles de militares acusados por crímenes de lesa humanidad. Pero el fracaso del gobierno alfonsinista en el juzgamiento a la dictadura terminaría por desbarrancarse con otro cachetazo de la clase política: los indultos de Carlos Menem de 1989 y 1990.

* *En este contexto político-histórico, de fuerte de retroceso para gran parte de una población (que condenaba en un 70 por ciento la decisión presidencial) y de avanzada de las Fuerzas Armadas que reivindicaban en los medios "la lucha antisubversiva", el gobierno de Angeloz trasladó en el '89 la escuela primaria Canónigo Piñero, que funcionaba en un convento de barrio San Vicente, a los predios de Campo la Ribera y creó un año después una escuela secundaria, el Ipem 133 Dr. Florencio Escardó, en lo que fue un símbolo del terror Menendista

,* *¿Buscaba el gobierno provincial, de estrechos lazos con el Tercer Cuerpo de Ejército, consagrar el olvido? ¿La gente aceptó el ofrecimiento por necesidad o porque la memoria histórica había dejado de ser una razón de Estado en aquella época? ¿Fue mas importante el derecho a la educación que el derecho a la verdad? "Son interrogantes que aparecen difusos cuando se rastrean los datos que determinaron el traslado de la escuela primaria y la creación de la secundaria a este tenebroso lugar", aclara María Elena Verra, actual directora del Ipem.

* *Según una investigación de la psicóloga María Molas y Molas, existen dos versiones sobre la fundación. Una cuenta que la comunidad pedía un edificio para trasladar la primaria, y que el gobierno ofreció los terrenos militares. Como los vecinos se opusieron, debido a la historia de La Ribera, el ministerio de Educación ofreció la creación de una escuela secundaria que hacía falta en la zona. Después de una negociación, la escuela primaria se trasladó a lo que fue el casino de oficiales, y un año después, el 13 de mayo del '91, comenzó a funcionar la secundaria en dos de sus aulas, que terminaría por mudarse a su actual edificio, los calabozos de la prisión, el 10 de agosto del '92.

* *La otra versión sostiene que fueron las familias de la zona las que pidieron un secundario, para que los adolescentes pudieran continuar sus estudios. "Estas versiones no** coinciden, porque en una es el gobierno quien ofrece crear una escuela media y en la otra son los vecinos del lugar", sostiene Molas y Molas en su trabajo.

** *En una de sus conclusiones, la autora reflexiona: "el decreto, que surge desde el poder político, de crear escuelas en un ex centro de matanza no tiene para el Estado ninguna connotación ideológica, ya que al no avanzar los juicios a los militares reina la impunidad. No habiendo crimen, ni culpables, no habiendo ley, tampoco hay derecho que posibilite la memoria".
Y agrega: "en la elección del lugar encontramos no sólo un vaciamiento ideológico con respecto a la implicancia que Campo de la Ribera tiene en la historia colectiva de los argentinos, sino también un Estado que ya no se hace responsable de la educación, particularmente de ciertos sectores".

* * Escuela y memoria *"Ellos existen a partir de la historia del lugar, eso es lo que los liga. A pesar de lo terrorífico que pueda ser esa historia, es el elemento que generó su visualización ante una sociedad que siempre los marginó", explica sin vueltas Marcia Chretien, integrante de la Red Social de la 5ta, una organización de base que trabaja con la escuela en un proyecto de recuperación de la memoria en la zona (ver aparte). "Ellos", son los alumnos del Ipem 133 Dr. Florencio Escardó, que en su mayoría no quieren que la escuela sea trasladada "porque la vieron nacer y ellos son parte de ese nacimiento", agrega Chretien.

* *Sin embargo, la relación alumnos-escuela no fue siempre feliz, ha ido modificándose con el paso del tiempo. "Al principio los padres no querían mandar a sus hijos a este establecimiento, ni los adolescentes querían venir porque les daba miedo estudiar en lo que fue una cárcel donde se escuchaban ráfagas de ametralladoras y gritos desgarradores por las noches. Mientras duró la dictadura, acá todo el mundo sabía que en La Ribera se mataba gente", aclara Silvia Melani, psicopedagoga y también integrante de la Red.

* *Aunque ese "saber popular" nunca fue abordado institucionalmente por la primera dirección del Ipem ni por el equipo de docentes, siempre quedó flotando en el aire. "El miedo es algo que se respira en la zona, no solo por lo ocurrido en La Ribera, sino también en el cementerio San Vicente, donde los militares llegaban todos los días y a cualquier hora en camiones con cientos de cadáveres chorreando sangre, para luego ser arrojados en diferentes fosas comunes a la vista de todo el mundo", recuerda, mientras la sacude un escalofrío, Estela, habitante del barrio de toda la vida y hoy promotora de la Red de "la 5ta", como le dicen a la organización en el barrio.

* *"Cuando me hice cargo de la dirección, en el 2003, la institución no trataba el tema. Podría decirte que la escuela estaba cerrada, para adentro y para afuera. Salvo Inés Kröling, una profesora de historia que generaba debate en sus clases, ninguno hablaba de lo que aquí había pasado", relata la directora Verra, quien, al igual que Chretien, tiene su explicación sobre el sentimiento de los estudiantes: "trabajar la memoria aumenta la autoestima de los alumnos. El hecho de que otros los reconozcan por algo es importantísimo, porque son jóvenes olvidados". "Está bueno saber lo que pasó, porque es parte de nuestra historia", reconoce Tamara, una estudiante de trece años que participó en la realización del mural que hoy identifica al Ipem en su fachada. "Viene la televisión y los periodistas de distintos medios y nos preguntan lo que pasó acá, cómo convivimos con el terror, si tenemos miedo..., y nosotros les contamos lo que se dice, que se escuchan voces en los baños, que hay gente que vio fantasmas y esas cosas", cuenta Carlos, alumnos de tercer año que se entusiasmó con la idea del mural.

* *Independientemente de lo que se decida hacer con el predio, la máxima autoridad del Ipem no quiere dejar pasar una situación gratificante para cualquier docente: "el debate que generamos es que los chicos tengan voz. En ese debate está el pasado, que, aunque va surgiendo solo, mucho tuvo que ver la Red de la 5ta y su proyecto de recuperar la memoria del lugar. Hoy se hablan cosas que antes estaban silenciadas por los mismos protagonistas de los hechos, quienes callaban por temor". El testimonio de Haydé, otra vecina, es una prueba elocuente de esa sensación de pánico: "y si venía otro golpe militar, qué hacíamos. Nooo..., recién ahora nos animamos a hablar de lo que pasó". Este "viaje hacia el pasado" llevó a confirmar un dato desgarrador para la comunidad educativa del barrio. La primera muerta en La Ribera fue una docente de Cosquín, "una paradoja increíble sobre la historia del predio", acotan

.* *A pesar de que fue el rescate de la memoria lo que "revalorizó" como escuela un ex centro clandestino de detención, esta opinión no es unánime.
En distintas cartas enviadas al presidente Kirchner alumnos y padres piden un edificio nuevo porque la escuela es "fea" "no tiene luz" "está lejos" "es insegura", "funciona en lo que era una cárcel". "Como verás, aparece aquí otra paradoja: la mayoría de los reclamos hacen alusión a la infraestructura y muy pocos al pasado terrorífico de la escuela", advierte Verra.

* * El museo *En sintonía con el proyecto que organismos de derechos humanos, gobierno nacional y gobierno de la ciudad de Buenos Aires emprenderán en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) el grupo de víctimas de La Ribera quiere que el predio de catorce hectáreas sea declarado "Parque para la Memoria Popular", y el edificio donde funciona el Ipem se convierta en museo. "Debe ser un lugar en el cual se rinda homenaje a las víctimas del terrorismo de Estado, porque los sitios donde se violaron los derechos humanos tienen que ser conservados para que los hechos no vuelvan a repetirse", afirma Cecilio Salguero, ex preso político que estuvo detenido en este campo de exterminio y miembro del Grupo de Sobrevivientes del Terrorismo de Estado de Córdoba, que nuclea a unas cuarenta personas. "Nosotros le pedimos al presidente Kirchner que una de las quinientas escuelas que anualmente financia el Poder Ejecutivo en todo el país se construya aquí. Ya que el gobierno provincial y el municipal dicen que no tienen plata, queremos entrar en el presupuesto nacional del año que viene", adelanta Salguero.

* *En su libro "Memoria de la Represión", **Elizabeth Jelin sostiene que los espacios son "testigos inviolables" de la historia. Y siguiendo este concepto, y el de otros autores, María Molas y Molas en su investigación señala que "conservar un espacio (como museo) lo convierte en testimonio, en artefacto cultural, en un pedazo de historia. No conservar espacios que funcionaron, por ejemplo, como centros clandestinos de detención en la última dictadura militar, es una manera de olvidar, una manera como se perpetúa la dictadura militar y sus premisas. Conservarlo significaría que cualquier agente puede acceder para encontrarse con la historia, con su historia. La ausencia de este tipo de espacios nos hace residentes de una 'ciudad sin memoria', de un 'un país sin memoria', en términos de Remedi. Y de acuerdo a lo que este mismo autor considera, si la arquitectura es uno de los lenguajes en los que está escrita la historia, ¿de qué trata la 'refuncionalización' de este espacio?

* *Sin desmerecer el razonamiento, a los integrantes de la Red y a la mayoría de los alumnos y docentes del Ipem 133 el traslado no los convence y quieren que la comunidad sea la que decida qué hacer. **"El museo estaría alejado de la ciudad. Además, si los organismos no se involucran en la comunidad, el museo no va a servir para nada. Una propuesta podría ser que la escuela esté al lado del museo, para que lo llene de contenido", comenta Chretien. "El ministerio convocó a la comunidad para ver qué hacer con la escuela. Y qué hacer con ésta sin que la comunidad lo debata, no sirve. El proceso tiene que ser participativo", complementa Melani. Para Verra, que hoy dirige los destinos de la institución, la situación es complicada: "mi idea ha ido cambiando, antes era partidaria de un edificio nuevo, pero ahora creo que tiene que estar acá, refaccionarla completamente y garantizar la seguridad de la zona". "Si los organismos quieren tener un lugar dentro de la escuela, que lo tengan, pero separado, con un espacio físico aparte, que pueda ser visitado por las escuelas y la sociedad. Además, puede servir para darles trabajo a algunos padres del lugar que lo necesitan y mucho".

* *A casi treinta años del golpe, en un país distinto, con una sociedad que lentamente acepta culpas y responsabilidades en la matanza, con señales alentadores por parte de un Estado errante por mucho tiempo, con organismos de derechos humanos que nunca bajaron los brazos, Campo La Ribera es testigo de una discusión que sigue pendiente entre los argentinos: el derecho a la verdad, a la justicia, a la educación, al trabajo. Porque es difícil discernir cuál de todos es mas importante o mas urgente, el debate** está abierto y recién comienza.

* * Nota b "Se escuchan voces, gritos, se ven fantasmas..." "Tenemos miedo de ir al baño porque se escuchan llantos", "Hay gente que vio fantasmas caminando por el patio", "Son los muertos enterrados en tumbas ocultas en algún lugar de La Ribera". Estas y otras versiones fantásticas circulan a diario entre alumnos, docentes, padres y vecinos de las tres escuelas que funcionan en este ex predio militar, a la que asisten unos 1000 chicos. Los mas grandes se lo toman en serio, los mas chicos, en su gran mayoría estudiantes del Ipem 133, disfrutan de la fabulosa e inagotable usina de historias tenebrosas que produjo y produce el pasado en una zona que padeció en carne propia y a flor de piel el miedo y el terror en los años '70.
*Sin detenerse en la veracidad de las "leyendas", "mitos" o simplemente "decires", los datos sobre la fundación de las escuelas alimentan el imaginario popular. "Cuando entraron a la escuela encontraron conexiones eléctricas, elementos con los cuales se tortura a los sujetos sentados en sillas, con electricidad. (¿picana?) Me cuenta que encontraron las sillas