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Argentina: La lucha continúa

Comenzó el juicio a Romina Tejerina: ¿Será justicia?

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El 12 de julio de 2004, la Sala de Apelaciones de la Cámara en lo Penal de Jujuy confirmó las actuaciones del juez Argentino Juárez, por lo que Romina Tejerina quedó procesada por homicidio calificado agravado por el vínculo. De ser encontrada culpable, a Romina le cabría la pena máxima de reclusión perpetua.
Esta historia comenzó en el año 2002, cuando Romina fue violada por su vecino Eduardo Vargas y quedó embarazada como resultado de esa violación. Durante siete meses se empeñó en ocultar el embarazo y realizar todo tipo de maniobras abortivas caseras; las únicas accesibles a su condición de mujer pobre. No resultaron: Romina dió a luz, en el baño de su casa, a una bebé prematura a la que, en pleno brote psicótico, hirió de muerte. Con esto, comenzó a transitar el camino de la carcel y la burocracia judicial, su segunda violación. El juez Argentino Juárez se tomó un año en dictar el procesamiento definitivo, aunque el código procesal establece un máximo de treinta días; lo hizo recién cuando la abogada defensora, Mariana Vargas, interpuso un recurso de queja por "retardo de justicia". El magistrado concentró la indagatoria en la vestimenta que llevaba Romina el día de la violación, en tanto desechaba el análisis de la psicóloga María Teresa de Fernández, perito de parte de la defensa.
En cuanto al violador, fueron necesarios siete meses de escraches en su domicilio para que la "justicia" se dignara a iniciar un proceso. Eduardo Vargas estuvo preso 23 días y fue liberado por falta de pruebas, sin siquiera practicársele un análisis de ADN para confirmar la filiación de la beba. Jujuy es una provincia conservadora, machista e hipócrita que consiente el derecho de pernada del padre y el patrón y justifica la violación basándose en la vestimenta de la victima. Es poco lo que puede esperarse del juicio que comienza hoy. La libertad de Romina, como siempre, se conquistará en la calle. Allá estaremos.

Carta de Romina desde la cárcel


Gracias a todos los que de alguna forma se suman a esta lucha donde de una vez por todas tiene que haber justicia para las personas que pasan y que pasarán la misma situación que yo. Les escribo desde este lugar tan frío y de esta celda de cuatro paredes. Después de tanto sufrimiento y de tanta espera casi llevo dos años y tres meses sin poder estudiar.
Escucho hablar a la Sra. De Derechos Humanos del gobierno provincial que todavía supone que no me violaron. Me da tanta bronca que ella como mujer me juzgue así, me gustaría que se ponga en mi piel. Me pone muy triste que hasta el día de hoy sigan dudando de que fui violada y ultrajada. Hay momentos que pienso en hacerme algo, pero a su vez digo: ¿porqué yo tengo que atentar contra mi vida? Eso es como darle el gusto a esta Justicia para que el violador quede impune y pienso en mi familia que me necesita.
Me gustaría que algunos de los jueces se pongan en el lugar de mis padres y van a ver lo doloroso que es tener a alguien privado de libertad y en la misma situación en la que hoy estoy. Yo le pido a esta Justicia que no me siga castigando. ¿No le basta con todo lo que pasé desde ese 1° de agosto, tanto dolor, sufrimiento y discriminación por el tan solo hecho de ser mujer? Quiero que se haga justicia, y que no se repita esta historia tan desagradable y horrenda.
Estoy tan emocionada y tan contenta por todas esas personas que me apoyan y que vienen de tan lejos y por qué no de tan cerca, para manifestarme su acompañamiento y su comprensión. Les agradezco eternamente por el apoyo que me brindan y no bajen los brazos, no me abandonen. ¡Vamos a ganar esta batalla, así se terminan de una vez por todas estas injusticias y actos de corrupción y de violencia hacia las mujeres!

Los quiero mucho.
Romina Tejerina