VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Argentina: La lucha continúa


 

La "salida" del default
LA MENTIRA ES EL MÉTODO

El reciente acuerdo con los bancos por el cual el Estado Argentino destinará 2.300 millones de pesos para "compensarlos" por la "pesificación asimétrica de créditos y depósitos" (lo que se suma a los bonos por 8.500 millones que ya recibieron desde 2002); el pago el último 22 de abril de 141,8 millones de dólares al FMI (lo que sumó para abril casi 400 millones de dólares en pagos al FMI) y las "gestiones" con el FMI que Lavagna realizará en su viaje a Europa para "refinanciar" los "vencimientos" con ese organismo de la usura internacional son todos elementos que demuestran una vez más el carácter entreguista del gobierno de Kirchner y el carácter fraudulento de la "salida" del "default".
La nota que sigue a continuación, que analiza la "salida" del "default", forma parte de la última edición de QUEBRACHO Prensa Nacional (nº 46, abril-mayo de 2005):

"Somos conscientes de que ninguna de esas reformas será productiva y duradera si no creamos las condiciones para generar un incremento de la calidad institucional".
Néstor Kirchner, en el discurso inaugural de su mandato.

"El reformismo constituye la defensa de las instituciones que han caducado. Cuando esas instituciones entran en contradicción con la realidad social, cuando las nuevas fuerzas que aspiran al poder hacen valer imperiosamente sus reclamos, el reformismo cumple la doble función de frenar la dinámica dentro del campo revolucionario y de ofrecer paliativos para la situación en crisis. Pero el reformismo no es un elemento de la nueva organización social, sino un engranaje del orden de cosas que ha entrado en descomposición".
John William Cooke

Con esta renegociación de la "deuda externa" se ha consumado uno de los fraudes económicos y políticos más alevosos de que tengamos memoria, alevoso por la efectividad con que hasta ahora han conseguido encubrir la verdadera naturaleza de la "salida del default" (de la que De la Rúa reclama hoy su autoría intelectual), alevoso por el tremendo cinismo y por la forma en cómo han mentido para engañar al pueblo.
Para llegar a la presentación rutilante de la "salida" del mayor default de "deuda" soberana (de un Estado) de la historia, el gobierno de Kirchner, con la insustituible ayuda de la gran prensa, se ha servido de toda una serie de
falsedades.
-La quita no será menos del 75% y no se reconocerán los intereses caídos: Primero se anunció, allá por Setiembre de 2003 en Dubai (Emiratos Árabes Unidos), que se haría un descuento del 75% de la deuda nominal y que eso era inamovible, sin reconocerse los intereses devengados con posterioridad al default. Esto se reafirmó más adelante en repetidas ocasiones, especialmente en abril y mayo de 2004, durante los viajes que Lavagna y varios de sus colaboradores hicieron al exterior.
Es de destacarse que al mismo tiempo que se reiteraban estos anuncios el precio de los bonos en default en los mercados financieros nunca decayó sino que fue apreciándose -con algunas subas y bajas- de manera constante: los banqueros sabían de antemano que todo esto era mentira y que era una premeditada maniobra demagógica para consumo interno y para que los pequeños tenedores de bonos se desprendieran de ellos en beneficio de los grandes bancos, que los comprarían a un precio más bajo que el que tendrían en el momento en que Lavagna anunciara el mejoramiento de la oferta de pago. Efectivamente, en junio de 2004 el gobierno de Kirchner anunció que los intereses (22.500 millones de dólares hasta el 30 de junio de 2004) serían reconocidos en la emisión de los nuevos bonos. De esta manera ya la quita no sería del 75% (60.900 de un total de 81.200 millones de dólares) sino que pasaba a ser de sólo el 47,3% (38.400 de un total de 81.200 millones de dólares).
"La diferencia entre las ideas de Dubai y lo de ayer es muy grande" declaró el 2 de junio de 2004 Fernando Losada, del ABN-Amro Bank. "Además de la consulta con los grupos (de acreedores) hemos estado en permanente diálogo con los países desarrollado del G-7, los del G-20 y las instituciones de Bretton Woods y los organismos multilaterales de crédito" (eufemismos para no nombrar al FMI, Banco Mundial y BID, entre otros), manifestó por su parte el secretario de Finanzas del gobierno de Kirchner, Guillermo Nielsen, el 1 de junio de 2004.
-No se subirá el superávit fiscal: otro de los engaños es aquel que prometía que el superávit fiscal no subiría. Sin embargo, el ajuste realizado por el gobierno de Kirchner fue haciendo subir el porcentaje de ese superávit de acuerdo con las exigencias del FMI. Donde quedó más claramente en evidencia fue en setiembre de 2004 cuando Lavagna modificó disimuladamente las cifras proyectadas de superávit fiscal para el año 2005 llevándoles al 3,9% del PBI (sumando Nación, provincias y fideicomisos), para acercarlas al 4% que pedía en ese momento el titular del FMI, Rodrigo Rato. Eso fue lo que en el 2004, según consigna un estudio de un banco de primera línea (Río), se destinó íntegramente a pagar la "deuda" externa, sobre un superávit fiscal efectivo que llegó, computando las provincias, al 6% del PBI. Se usó todo el superávit fiscal obtenido por el gobierno federal.
-No habrá pago en efectivo: esta es otra de las finas maniobras de estafadores que llevan adelante estos sátrapas. Se la pasaron jactándose y negando que no habría pagos en efectivo para quienes entren en el canje pero ya en junio de 2004 anunciaron que adelantarían al 31 de diciembre de 2003 la emisión de los nuevos bonos (y no el 30 de junio de 2004, que es hasta donde se capitalizan los intereses en los nuevos bonos) de forma tal que apenas se entreguen los bonos que reemplazan a los defaulteados el Estado argentino pagará cerca de 1.000 millones de dólares por esos 6 meses de intereses facturados dos veces. Evidentemente, hay pago en efectivo.
-Se defienden los intereses de los jubilados argentinos: otro capítulo destacado es el acuerdo que el gobierno de Kirchner hizo con las AFJPs para que entraran en el canje, considerando que éstas tenían cerca del 20% de los bonos en default. A través de dicho acuerdo se les permitió a la jubilación privada contabilizar al 100% los nuevos bonos (cuando su quita es del 30% como mínimo), se les canjeó la mayoría de su cartera con los bonos (cuasi par) con la tasa de retorno más alta y además se les canjean títulos (Letes) desvalorizados por otros con mayor valor de mercado (Boden). El verso para los giles fue que contabilizando de esa manera los nuevos títulos se defendían los intereses de los jubilados, ya que no bajará el monto previsto de los haberes que cobran los actuales. Lo que no se dice es que son los trabajadores los que están financiando ésto al depreciarse hoy su futura jubilación, porque como contrapartida su mismo aporte mensual capitaliza menos.
-La aceptación al canje fue del 76,25%: en realidad, el canje no superaría el 65% en el nivel de adhesión, según denuncia de los diputados filokirchneristas Alicia Castro, Claudio Lozano y Mario Cafiero en una carta a Kirchner. Es ella manifiestan que se ha "instrumentado un mecanismo que infla artificialmente el porcentaje de adhesión" y explican que esto se hizo mediante dos maniobras especulativas: una, cambiando unilateralmente y de manera diferenciada las fechas de referencia del valor de bonos (una para los bonos en default y otra para los nuevos) para utilizar la apreciación del euro, y otra, inflando magnitudes con bonos (préstamos garantizados) que se estaban pagando.
Este fraude se realizó para beneficiar a los bancos colocadores, que agregarán 60 millones de dólares más a su comisión de 223,6 millones si el nivel de canje superaba el 66%, y para beneficiar a los que entraron al canje porque la propuesta de salida del default emite 4.700 millones de dólares adicionales de nuevos bonos si la aceptación superaba el 70%.
-Se salió del default: esto es la mentira más grande de todas, la frutilla del postre. En 1982 hubo default y la deuda se reestructuró en 1987 con el "Plan Baker"; durante el gobierno "progresista" de Alfonsín (los bonos se diseñaron para ser usados en las privatizaciones de empresas públicas). En 1992, con Menem, hubo default y otra reestructuración con el "Plan Brady". Con el "progresista" De la Rúa tuvimos el "blindaje" y el "megacanje". Ahora, la "salida del default", con el "progresista" Kirchner. En todos los casos los presidentes hicieron declaraciones altisonantes, y en todo los casos fue un fraude. Simplemente con los vencimientos de 2005, de 13.500 millones de dólares, está claro que no se puede pagar y que van a pedir nuevas refinanciaciones al FMI, que serán concedidas a cambio de más ajuste y más reformas "estructurales".
Además, como esta renegociación está hecha por los mismos especuladores que generaron la "deuda", casualmente casi la mitad de los nuevos bonos están nominados en pesos, con una tasa atada a la inflación interna, donde cada punto de inflación significan 450 millones de dólares más a pagar por año (y 188.000 integrantes de nuestro pueblo más que cruzan la línea de la pobreza).
Los vencimientos hasta el año 2008 inclusive, después de la "salida" del default, representan 62.500 millones de dólares, lo que es imposible de pagar puntualmente.
En relación con el PBI, estimado actualmente en 150.000 millones de dólares (450.000 millones de pesos), la "deuda" externa pasó de representar el 53% cuando se declaró el default en 2001 a ser del 96% después de la "salida" del default.
Con los pagos de marzo al FMI -para los que se usaron reservas-, que suman 595,4 millones de dólares, el gobierno de Kirchner ha pagado desde 2002 a la fecha cerca de 10.700 millones de dólares (según algunos más de 11.000 millones) a los organismos financieros internacionales para con los cuáles no sólo no hubo default, sino que además de intereses se canceló capital, y esto a pesar de que el FMI y demás organismos rompieron el acuerdo que establece reembolsar al Estado argentino lo pagado en concepto de capital.
Por si todo esto fuera poco, hasta el eventual crecimiento está hipotecado, ya que ante un crecimiento del PBI del 3% o más se repartirá entre los acreedores el 5% de ese incremento, y por si todo esto fuero poco, la plata que se iba a destinar a los bonos que no entraron en default se utilizará para recomprar la nueva emisión.
La magnitud de semejante estafa habla por sí misma e ilustra por demás la naturaleza de este gobierno y de la "salida" del default, que representa el saqueo más descarado, sólo sustentable porque logran construir condiciones políticas para continuarlo.
Frente a los argumentos oportunistas y posibilistas de quienes traicionaron al pueblo aliándose a Kirchner; frente a quienes prestaron oídos a los cantos de sirena de la garganta presidencial y le concedieron treguas a los entreguistas; frente a los que se creen "inteligentes" políticamente para diferenciarse de los que seríamos "agoreros" e instrumentos de "la derecha", sólo cabe preguntarse quién es realmente la derecha y qué son los que convocan al pueblo a confiar en los que gobiernan contra él.
El oportunismo, disfrazado de sensatez, siempre tendrá argumentos en su pretensión de aislar a organizaciones como la nuestra. La magnitud de esta nueva edición de la repetida historia de la "deuda" externa también dimensiona proporcionalmente el daño que estos arribistas le han hecho a nuestro pueblo y el invaluable servicio que le han prestado a la antipatria.
MPR QUEBRACHO