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        Argentina: La lucha continúa 
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No hay dignidad sin trabajo 
Prof. Juan Carlos Sánchez 
Mientras 
los sobrevivientes al neoliberalismo imperante desde la dictadura militar de 
1976, continuada por el menemismo y por sus sucesores, pretenden celebrar su 
privilegiada posición, nos encontramos ante un pavoroso panorama por el cual 
atraviesa una sustancial mayoría de la población económicamente activa de 
nuestro país. 
Sin dudas, en el Día Internacional de los Trabajadores y el Trabajo, conviene 
resaltar esta problemática tan cruel por sus efectos económicos y sociales como 
lo es la desocupación, flagelo que azota a hombres y mujeres de la Argentina 
desde hace muchísimos años. 
Mientras el discurso oficial hace alarde de los Derechos Humanos, nos 
encontramos ante el pago puntual de los servicios de la deuda externa, la 
precarización y el intento de privatización de la salud pública como también la 
ausencia de políticas activas tendientes a la generación de empleo genuino, 
acompañada por nuevos ataques a los intentos cooperativos en Zanón y en IMPA, 
como expresión suprema de la buena salud del neoliberalismo. 
No existen alternativas superadoras que permitan predecir una nueva instauración 
del trabajo como cultura y como derecho humano fundamental que permita disminuir 
los altos índices de pobreza y de indigencia, lo cual nos debe llevar a 
reflexionar sobre la necesidad de la autogeneración de empleo aunque ello 
suponga, desde luego, enfrentar los desafíos impuestos por un capitalismo que no 
es serio, pese a los slogans oficiales. 
Por eso, en este día tan particular, se renuevan las exigencias por los 
excluidos, con el fin de una rápida reinserción laboral y por los privilegiados, 
aquellos que todavía conservan ese bien tan preciado como lo es el trabajo, con 
el fin del cese de las pretensiones lindantes con la esclavitud que esbozan las 
patronales. 
En un mercado laboral, achicado por la inexistencia de pequeñas y medianas 
empresas, en donde el Estado es el primer empleador en negro mediante sus 
contratos y sus sumas no remunerativas y el sector privado, en consonancia con 
él, hace prevalecer la misma sintonía que en los `90 para pretender niveles 
salariales bajo el eufemismo de la productividad y condiciones laborales 
semejantes a las existentes en el siglo XIX, deben esbozarse nuevas políticas 
destinadas al apoyo de las pocas Pymes existentes y de las empresas recuperadas 
con el fin de acelerar el proceso de incorporación de mano de obra que 
contribuya a la absorción de este ejército laboral de reserva generado por el 
dogma neoliberal. 
1º de Mayo, día que no puede ser festejado mientras la desocupación y la 
subocupación sigan siendo las estrellas del firmamento económico argentino, 
mientras el Estado siga, a pié juntillas, los dogmas neoliberales impuestos por 
el FMI y por el BM mientras alardea sobre la vigencia de los Derechos Humanos...
* Juan Carlos Sánchez es Profesor de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales en 
I.S.P.'Dr. Joaquín V. González'.