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Argentina: La lucha continúa

Comunicado de A.Co.D.Ho. Asociación Contra la Discriminación Homosexual

La Iglesia Católica de Córdoba no descansa ni un momento...lamentablemente

La homosexualidad no es una enfermedad, pero los homofóbicos nos enferman.

Asociación Contra la Discriminación Homosexual


Las organizaciones GLTTB de Córdoba y personas gays, lesbianas, bisexuales y transgéneros manifiestan ante la opinión pública su más enérgico rechazo y condena a las expresiones del Sacerdote Gustavo Piva donde califica a la homosexualidad como 'un mal y una enfermedad que genera inmoralidad'.

Nos parece preocupante, que la jerarquía de la Iglesia Católica (algunos sacerdotes, ) todavía, se considere a si misma portadora de todos los saberes, con opinión calificada sobre todas las problemáticas sociales. Y que desee , a su vez, imponer sus verdades (que siempre son infalibles y absolutas ) en planos como la política, leyes y también, en este caso, la salud y la enfermedad.

Esta postura, lamentablemente, no solo es un exabrupto de un sacerdote, sino que expresa, aunque torpemente, la postura de la Iglesia Católica Romana. A lo largo de sus documentos encíclicas y comunicados, esta institución parece empeñada en someter a toda la sociedad en un oscurantismo propio de la Edad Media, y niega reconocer los avances que en materia social y cultural se han hecho respecto de la discriminación en general y la que padecemos las personas homosexuales, en particular.

El problema sigue siendo la homosexualidad y la libertad que se reclama, que supera ampliamente la existencia de un lugar de esparcimiento como puede ser un boliche o bar gay.

Porque la cuestión de fondo es que ya la comunidad GLTTB no busca encerrarse en un lugar solo los fines de semana. Nuestra lucha tiene que ver con libertades verdaderas, que no se compran ni se consiguen al pagar la entrada a un espectáculo.

El libre ejercicio de la sexualidad, es un derecho humano, por lo que deseamos y sobre todo exigimos libertades verdaderas y respeto por nuestros derechos humanos, algo que en esta provincia todavía resulta difícil de disfrutar. Estas y otras expresiones tienen como verdadero objetivo promover y alentar la discriminación y la violencia homofóbica que son 'el pan nuestro de cada día' en esta ciudad. Genera y legitima, también, la exclusión de gays, lesbianas, bisexuales y trasngéneros, de sus comunidades religiosas, una realidad que las iglesias no terminan de reconocer y aceptar, y que produce heridas profundas en la espiritualidad de muchas personas.

Mal que le pese a muchas instituciones y sectores sociales, nuestra comunidad ya no esta dispuesta a permanecer apacible frente a esta y otras agresiones, que desde el fundamentalismo religioso pretenden convertirnos en meros 'objetos' de sus análisis seudo-científicos, sino que nos hemos convertido en sujetos activos dispuestos a debatir y ser parte de la lucha por la eliminación de estos prejuicios y de cambios sociales que apunten a fomentar relaciones sociales y humanas basadas en el respeto por las diferencias y la igualdad de derechos.

También, y en el animo de citar a instituciones con mas autoridad académica en el ámbito de la salud mental, le recordamos a Gustavo Piva , que desde hace mas de 30 años la Organización Mundial de la Salud retiró a la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales.

Reconocimiento que, aunque oportuno, llego demasiado tarde, dado que no repara los terribles daños que la llamada 'terapia de conversión' aplicada a las personas homosexuales en la búsqueda de 'convertirnos' en heterosexuales produjo durante las primeras décadas de este siglo.

Desde nuestros espacios políticos y organizaciones, proponemos, un debate honesto, con argumentos mas serios y menos mal intencionados.