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Argentina: La lucha contin�a


Malvinas hoy

Prof. Juan Carlos S�nchez

Todav�a resuenan los ecos de la aventura llevada a cabo por la dictadura, en aras de relegitimarse ante una decadencia que, al poco tiempo, la oblig� a una nueva salida electoral, tal como define F�lix Luna en su obra " Golpes militares y salidas electorales".
J�venes apenas instruidos y poco pertrechados, junto a quienes se forjaron en los institutos y colegios militares, fueron enviados a una guerra con final anunciado pues, en el sano juicio de muchos, se sab�a del apoyo del Imperio a su madre imperial.
Hoy, esos j�venes son adultos y algunos de ellos pasan las mayores penurias econ�micas y sociales, apenas atenuadas por el modesto reconocimiento de la demagogia kirchnerista y de aquellos que vivimos en aquella �poca tan problem�tica y febril.
Despu�s de las infinitas amenazas recibidas a su regreso despu�s de la rendici�n, del desamparo absoluto del r�gimen militar con respecto a las secuelas f�sicas y psicol�gicas de la guerra, todav�a siguen exigiendo ocupar su lugar en una sociedad indiferente y a un Estado autista que poco o nada hizo por asistirlos.
El s�ndrome de irrelevancia que afecta a las personas con discapacidad, a pesar de su reconocimiento jur�dico por parte de la dictadura del `76, los envuelve y asimila al de este colectivo tan desprotegido. Se los ningunea pese a las palabras del canciller Bielsa y al aumento de sus pensiones, como si quisieran comprar su silencio, para que no reclamen por un justo reconocimiento social y estatal mientras muchos de quienes estuvieron en las Islas se han suicidado, gracias a ello.
No basta con darles pensiones, hay que homenajearlos porque ellos son quienes pusieron el pecho a las balas, gracias a una dictadura sombr�a que los hizo crecer de golpe. Tambi�n hay que asistirlos desde lo social y desde lo sanitario, teniendo en cuenta la precariedad de su existencia junto a sus familias y las secuelas imborrables que anidan en su cuerpo y en su mente.
Mientras muchos mir�bamos la televisi�n, ellos estaban all�, tiritando de fr�o y de miedo a pesar de las 24 horas por Malvinas, conducido por Pinky y Cacho Fontana, en donde el pueblo ha donado parte de su patrimonio y en donde nuestros ni�os y j�venes han aprendido la palabra solidaridad, enviando generosas cartas. Sin embargo, siguieron desamparados porque nunca lleg� nada, ni una palabra de aliento, ni un m�sero chocolate...
Hoy, a pesar de las noticias sobre la salud del Papa Juan Pablo II, no podemos dejarlos de lado. Ellos fueron, son y ser�n nuestros h�roes, los propios, los que tendr�amos que alentar a su propia superaci�n porque han contribuido, m�s all� de la irracionalidad de Galtieri y sus secuaces, al izado de nuestra bandera en una tierra que es nuestra, que es usurpada por la madre del Imperio.
De todas maneras, tampoco puedo olvidarme de los ca�dos en Monte Longdon y en las cercan�as de Puerto Argentino porque ellos tambi�n son parte nuestra, son los que han pagado con su vida por una utop�a que sigue morando en la conciencia de cada argentino cabal.
Los que est�n y los que no est�n fueron quienes hicieron posible, tal vez, una de nuestras mayores epopeyas, lo cual deber�a llevarnos a la reflexi�n y a brindarles nuestro sincero, sencillo y humilde homenaje...
Dedicado a Eduardo Elbio Araujo, que en paz descanses, soldado argentino...

Prof. Juan Carlos S�nchez
Cs. Jur�dicas, Pol�ticas y Sociales
(I.S.P."Dr. Joaqu�n V. Gonz�lez)


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