La unificación del carácter de los cursos de ingreso en la Universidad Nacional de La Plata, gracias a un oportuno proyecto del claustro estudiantil que fuese aprobado por su Consejo Directivo, volvió a impulsar el debate sobre la eterna discordia por el acceso restrictivo o irrestricto a la Educación Superior.
Una vez más, y como aconteciera en la Universidad de Buenos Aires durante la gestión shuberoffista y del Dr. Ferreira como Decano de la Facultad de Medicina, los futuros estudiantes son rehenes de una vieja problemática disparada por el neoliberalismo educativo que supimos conseguir.
Sin dudas, constituye uno de los bastiones que construyó la dictadura militar del `76, cuando impuso el examen de ingreso en las Universidades Nacionales durante las gestiones de Ricardo Bruera y Carlos Burundarena, que fuese derribado con el regreso de la democracia en 1983. Sin embargo, la polémica siguió subsistiendo y tomó impulso durante la gestión menemista que, si bien no pudo imponer restricciones efectivas al ingreso de estudiantes a la Universidad, sentó las bases jurídicas para ello mediante la sanción de la Ley de Educación Superior.
Precisamente, esta norma abre un amplio abanico para la autonomía académica, la cual permite una eventual implementación del examen de ingreso en todas las Universidades aunque lo cierto es que se toman en algunas Facultades y Universidades de nuestro país.
Y la discusión está enmarcada en un contexto de deterioro general de la Educación que, año tras año, se agrava debido a las consecuencias de la implementación de la Ley Federal de Educación, cuyo marco curricular ha profundizado las desigualdades existentes y reforzado con la profunda desarticulación existente entre los distintos niveles educativos.
La Universidad le achaca las culpas y responsabilidades a la escuela media, ésta a la primaria que, para no ser menos, se la transfiere al Jardín de Infantes... Es decir, en vez de buscar las soluciones mediante una articulación que permita desarrollar las mentes infantiles y juveniles en un marco de gradualidad adecuado para ellas, solamente se buscan culpables y jamás responsables. Cualquier coincidencia con Cromagnon es pura casualidad... ¿ o no ?.
Actualmente se discute sobre el bajo rendimiento de los egresados de la escuela media, pero casi nada sobre el de los egresados de la escuela primaria y esto implica que no se ha tomado conciencia de la integralidad de la tragedia educativa actual.
Se habla de examen de ingreso, pero no se replantean cuestiones relacionadas a la currícula y a la formación docente de y para todos los niveles educativos del sistema, implicando una resucitación del principio de subsidiariedad del Estado, que obliga a un mayor esfuerzo de las familias de los jóvenes que desean seguir estudios superiores y sin contar con la estafa de una educación media, cuya estructura curricular se encuentra divorciada de la realidad, tanto de la vida social como de la económica, que impide el pleno desarrollo de nuestra juventud.
Indudablemente, la Educación necesita una profunda contrarreforma, al igual que en España, para volver a la senda que permita regresar a la idea de movilidad social ascendente, para resignificar lo educativo en aras de una formación para la vida y para el trabajo y para constituírse en el bastión de una ciudadanía consustanciada con los valores de la democracia sustancial.
Sin embargo, mientras el neoliberalismo siga vigente, al igual que durante la dictadura y la década del `90, será imposible intentarla porque ello conspiraría contra las bases que sustentan el actual perfil socioeconómico argentino y solamente una verdadera mutación en sentido contrario; es decir, un modelo que se base en la independencia económica y que impulse un perfil destinado a un posicionamiento estratégico que mire hacia lo latinoamericano podrá sustentar una educación para todos comprendiendo la diversidad cultural y sanitaria de la niñez y de la juventud argentina.
Mientras dicho cambio no se produzca, seguiremos emparchando los problemas educativos sin encontrar la solución que permita resolverlos, muy a pesar de ciertas iniciativas del Gobierno Nacional que, todavía, están muy alejadas de sustentar una Educación para la vida y para el trabajo.
En consecuencia, solamente constituye una nueva pulseada que no define cuestiones centrales como las ya mencionadas pero que debe llevar a un debate profundo sobre la reconstrucción argentina en general y la necesidad de un sistema educativo integrado, con una pedagogía orientada hacia la formación de niños y jóvenes como personas, como ciudadanos y como actores principales de la economía nacional.

Prof. Juan Carlos Sánchez
Cs. Jurídicas, Políticas y Sociales
(I. S. P. "Dr. Joaquín V. González")

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