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Argentina: La lucha continúa


¿Se acuerdan de Rosatti?

Luis Moro
Tercer Mundo Online

Horacio Rosatti, el actual ministro de Justicia de la Nación, reutemista y candidato "kirchnerista" a diputado nacional por la provincia de Santa Fe, es uno de los célebres funcionarios que inauguraron, a fines de los años 90, una obra de defensa inconclusa, en el borde oeste de la ciudad de Santa Fe. El encargado de custodiar el destino de la justicia de la Nación es uno de los responsables políticos de la máxima tragedia local. Ahora, como delfín del actual presidente, se apresta a desembarcar en la provincia, para apuntalar la campaña proselitista del oficialismo.
Horacio Rosatti fue uno de los funcionarios que inauguró en agosto de 1997,laobra de defensa oeste de la ciudad de Santa Fe, que estaba inconclusa y años más tarde, en abril de 2003, provocó la tragedia más importante de la provincia.
Reutemann si lo sabía
(publicado en la edición de mayo de 2003 de la revista Tercer Mundo)
La ciudad Capital no estaba desprotegida ante la crecida del Salado. La provincia se endeudó en más de 25 millones de dólares, sólo para la construcción de defensas, que luego debieron ser dinamitadas, en algunos puntos, para salvar Santa Fe
No es cierto que la Provincia de Santa Fe no ha tenido política hídrica en la última década. Todo lo contrario. Muestra de ello es un Gobierno plagado de Ingenieros en Recursos Hídricos.
Si es cierto que esa política no tiene que ver con un Estado provincial que, siendo Justicialista,, lejos está de ser "Benefactor".

La Política Hídrica del Gobierno conducido por Carlos Alberto Reutemann se tradujo en colosales obras de defensas, sobre todo en la ciudad capital y alrededores para las cuales la provincia se endeudó en cifras millonarias que terminaron en manos de grandes empresas constructoras, algunos funcionarios y la "Corona"
El próximo Gobernador de la Provincia tendrá que afrontar no sólo las secuelas de la tragedia, sino también un verdadero aluvión de vencimientos de deudas contraída en la década del despilfarro y corruptela. Un calco diferido de lo que significó la permanencia del menemismo en el Poder a nivel nacional.

La obra "Avenida Circunvalación Oeste y fortalecimiento del terraplén Irigoyen.
En mayo de 1994 el entonces Ministro de Hacienda y Obras Públicas, Dr. Juan Carlos Mercier, junto al subsecretario de Obras Públicas, hoy Senador Provincial por el PJ, Daniel Depetris, realizan la apertura de la presentación de ofertas técnicas y económicas1 para la construcción de la zona oeste de la circunvalación en el tramo comprendido entre la Ruta Nacional N° 11 y la Avenida Blas Parera en inmediaciones del Hipódromo de las Flores. Se le adjudica a la Empresa Victorio Américo Gualtieri2 la realización del primer tramo de la obra "En esta etapa –señala un parte oficial de Hacienda de mayo de 1994 – se ejecutará la primera sección de dicha obra, de la intersección de la ruta nacional N° 11 con la avenida de circunvalación Mar Argentino y finaliza en la autopista Brigadier López Santa Fe – Rosario." 3
"En una etapa posterior – continúa el comunicado - se licitará la segunda sección que parte de la autopista y culmina en la intersección con la rotonda de Blas Parera, cerca del Hipódromo. El monto presupuestado para el segundo tramo es de 6 millones de dólares".
En principio llama la atención el monto ofrecido por Gualtieri, algunos millones por debajo del presupuesto oficial presentado por el Ejecutivo provincial. Quizás, solo quizás tenga que ver con la maniobra administrativa ejecutada por el Gobernador y su prolijo Ministro de Hacienda y Obras Públicas
El segundo tramo de la Obra (por la cual se produjo el desastre en la ciudad de Santa Fe) no se Licita, sino que se realiza una oscura maniobra por la cuál se le otorga la ampliación de obra de la etapa II a Gualtieri, en forma directa, en un monto de más de 50% a lo originalmente establecido, violando la ley de Obras Públicas 5188 que establece que el adicional máximo no puede superar el 20% del presupuesto predeterminado.
En síntesis, una empresa ofrece la realización de una obra por un monto inferior al presupuesto oficial y "sorpresivamente" resulta beneficiada al adicionársele una ampliación con la que lo que culmina recibiendo es ampliamente superior a cualquiera de las ofertas realizadas al momento de la presentación en Mayo de 1994.
Para realizar la "ampliación" se necesitó la anuencia de:
1) La Dirección Provincial de Vialidad a la que se le solicita documentación de "relleno".
2) Dictámenes del Director del Área Legal de Obras Públicas.
3) Dictamen de Fiscalía de Estado
4) Decreto del Gobernador autorizando la ampliación a Gualtieri
La Obra en sí.
Esta obra era relevante para la ciudad y de eso no quedan dudas, tal es así que el ex Ministro Mercier el 14 de mayo de 1994, en declaraciones a El Litoral, decía que "se trata de obras viales y de defensa contra las inundaciones" y destacó que "su construcción significa la protección de más de un tercio de la población de la capital provincial". La misma proporción de la población de la ciudad que 9 años después estaría bajo agua. Da terror la certeza del dato de Mercier evidenciando el conocimiento que tenía el Ejecutivo provincial en cuanto a lo que significaba socialmente la obra.
Tampoco se desconocía la trampa mortal que significaba transformar la ciudad en una olla hermética, es por eso que la obra incluía las bombas extractoras. Obviamente, no se proyectó semejante plan de infraestructura manejando la hipótesis de que, una millonaria y faraónica obra, quede inconclusa por el capricho del Club Jockey que no deseaba ver disminuido en tres hoyos su campo de Golf.
Las bombas extractoras tienen su razón en el desagote del agua de lluvia que acumulaba el sector oeste de la ciudad.
El Gobernador y sus funcionarios sabían que la defensa por ellos realizada, de no cerrarse el anillo, provocaría una tragedia porque forma parte de la concepción misma de la obra. De entrar agua del salado por cualquier sitio del terraplén deberían defenderse de las defensas, que es lo que terminó sucediendo cuando, en forma tardía, se dinamitó la parte sur del Irigoyen y la Avenida Mar Argentino en el punto conocido como "Puerto Piojo" (límite sur del Puerto de Santa Fe)
El 30 de Abril de 1998 el Secretario de Asuntos Hídricos del Gobierno de Horacio Rosatti - gestión que llevaba al Arq. Marcelo Alvarez como secretario de Obras y Servicios Públicos -, Ing. Raúl Jonás dirigía obras de relleno del terraplén a la altura del Hipódromo y aseguraba en los medios locales que "se trabaja con la intención de cerrar completamente la ciudad con cordones de más de 8 metros".
El tramo dos de la obra que llega hasta el Hipódromo debía completarse con un anillo de cierre hasta tanto se realice el tramo II y IV de los bajos submeridionales. Dejar librada a su suerte a la tercera parte de la población – tal como lo manifestó Mercier – por la omisión de cerrar, o no monitorear el estado de lo que era reconocido por el Estado provincial y municipal como el tendón de Aquiles de la ciudad, es lisa y llanamente un acto criminal.
La pregunta que debe responderse con documentación.
Los ojos, los testigos, los rumores, pueden ir y venir pero los responsables de haber endeudado a la provincia por 25 millones de Dólares (Fondo Kuwaití) para realizar una obra que falló es un dato que no resiste el menor debate. Objetivo es que el agua del Salado entró a la ciudad por la intersección del terraplén con el Hipódromo. La duda que debe despejar el Ejecutivo es: ¿El sector se rompió? O ¿El Sector nunca existió?
La empresa adjudicataria ¿Cumplió finalmente la obra y esta fue entregada tal como lo exigía el pliego de condiciones? Así, el pliego de bases y condiciones adjudicado en mayo de 1994 dice, pagina 60:
Rubro N 7 : Remodelación estaciones de bombeo 1 y 2
Rubro N 8 : Estación de bombeo N° 3
Rubro N 9: Abastecimiento electromecánico
9.1 - Equipamiento electromecánico para estación de bombeo N° 3
4 unidades (Bombas sumergibles) 610 litros/hora y 1 unidad 145 litros hora.
Quien tenía a su cargo la supervisión del terraplén era el interventor de la Dirección de Vialidad Provincial Claudio Octavio Tibaldo - actual subsecretario de Comunas.
Otra respuesta que debe conocerse es ¿Quién, en que momento, de que manera y por qué intereses amenazaron al Gobernador de la Provincia de Santa Fe?
La amenaza.
-Cuando tuve que tomar la decisión de romper la Av. Mar Argentino todos tuvieron la opinión contraria. He sido amenazado por querer romperlo – desliza Reutemann como al pasar.
- ¿Quién lo amenazó? –dispara un periodista sin entender aún tal afirmación
- Eso no lo voy a decir nunca, es un problema mío. Es de un cara a cara – dice cortante al momento que arroja una helada puñalada al periodista inquisidor.
La pregunta no fue casual, la respuesta no fue espontánea. El guión está escrito y el Gobernador lo interpreta a la perfección. Desde la oscuridad, el ex Subsecretario de Seguridad Enrique Alvarez, el Joseph Goebbels santafesino dirige todo desde su celular.
No hay mayores intereses que se puedan oponer a volar un tramo de la Avenida Mar Argentino. "Nadie estuvo de acuerdo con mi decisión" argumentó el mandatario. Algo difícil de imaginar en un momento en que cualquiera, con un mínimo conocimiento de la ciudad, sabía que era eso o la inundación del casco urbano.
La amenaza puede servir al Gobernador como factor atenuante de lo que no realizó: la dinamitación de la autopista Rosario - Santa Fe, en donde sí se jugaban fuertes intereses que justifiquen el móvil posible de alguna amenaza.
La omisión incriminante.
Funcionarios y hasta el mismo Gobernador conocían que, volando un tramo de la autopista Santa Fe – Rosario, podrían atenuar - o quizás evitar - las terribles consecuencias de la feroz irrupción de una gran masa de agua finalmente entrando, con fuerza similar a la de un río de montaña, en la ciudad.
El Instituto Nacional del Agua (INA) había advertido que la escasa luz (capacidad de escurrimiento) del puente de la autopista (150 m) debía duplicarse para permitir el paso de un frente de agua de 2,5 km. Durante el pico de la crecida llegó a existir una diferencia de un metro entre un lado y otro de la autopista.
El Gobernador no tomó la decisión. Decisión en la que si estaban en juego intereses fuertes y de llegada directa a la oreja del Gobernador. AUFE y Litoral Gas no permitirían el perjuicio económico del corte.
Si un Gobernador es amenazado, supuestamente por tomar una decisión para evitar el desastre y no lo denuncia a la justicia, está encubriendo a un delincuente encuadrado en el tipo penal (art. 237 CP) que sanciona a quien «...empleare intimidación o fuerza contra un funcionario público o contra la persona que le prestare asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de un deber legal, para exigirle la ejecución u omisión de un acto propio de sus funciones.»
El abogado local Domingo José Rondina presentó un escrito ante el Fiscal Norberto Favaretto en donde manifiesta que «El (el Gobernador) tiene la obligación de efectuar la denuncia si es que realmente lo amenazaron". En los próximos días se sabrá si se activa la causa y, en todo caso, sabremos también si el artículo «La Suprema Lole de Justicia», se basa en datos ciertos o en meras especulaciones tendenciosas.
"Nadie me avisó".
Esta afirmación demuestra la perversión en que nos ha sumido el discurso surrealista de un Gobernador que se defendió diciendo que, quien sabía y no "avisó", es responsable de lo ocurrido -algo más parecido a una amenaza que a una opinión - "Si sabían los genios ingenieros ¿Por qué no se pusieron con un megáfono a decirle a la gente que deje sus casas"?
Estas palabras, además de un insulto a la inteligencia, son una falta de respeto para quienes confiaron parte de sus vidas, sus familias, sus bienes a un Gobierno que, durante años y sobre todo en los últimos días, calmaban a la gente diciendo que nada iba a pasar. Especulando en un hilo muy fino de probabilidades que finalmente se cortó y produjo un mar de lágrimas que difícilmente puedan ser desagotadas con bombas pertenecientes a la CIA.
48 días antes de la irrupción violenta del Salado en la cuidad, el diario El Litoral titulaba en tapa "El Salado avanza sobre el sector oeste de la ciudad" (12 de marzo de 2003) y en su interior informaba "Numerosos asentamientos de viviendas ya quedaron bajo las aguas. Los vecinos que no quieren abandonar sus casas resisten con bolsas de arena. Comenzaron a reforzar el terraplén de la Circunvalación Oeste, que está cerrada al tránsito" así mismo Carlos Paoli, director del Centro Regional Litoral del Instituto Nacional del Agua (INA), confirmó que "ya en 1992, por expreso pedido del primer gobierno de Lole, se hizo un pronóstico para una hipotética crecida del río Salado a razón de más de 3000 metros cúbicos por segundo (en la actual se habría alcanzado, según datos del INA, entre "3100 y 3500 metros cúbicos por segundo"). En 1992 "el mapa estableció hasta dónde llegaría el agua y es prácticamente el mismo lugar que fue ocupado por esta inundación".
"Las Torres Gemelas"
Queda claro que esta catástrofe no se desató en cuestión de segundos. Es evidente que funcionarios y dirigentes conocían lo que venía. No hubo "aluvión", si pre-visión. Se veía lo que ocurriría y se sabía el desastre de un río con toda su potencia encontrando su alivio en la ciudad. Tal como lo afirmaba el periodista Rogelio Alaniz en su columna editorial del vespertino santafesino: "...si durante años la viveza política nos aconsejó nombrar en los cargos públicos a amigos, amigotes y compadres, no nos debe extrañar que cuando las papas queman, los funcionarios no saben qué hacer porque, la verdad sea dicha, nunca estuvieron preparados para eso."
El martes 28 de abril mientras los canales de noticias nacionales mostraban la imagen de una mujer desesperada con el agua por las rodillas, en la intersección de Avda. Perón e Iturraspe, el Gobernador en vez de dirigirse a su población con firmeza y llamar a la evacuación masiva de Santa Rosa, San Lorenzo y Chalet, tuvo palabras de ruego a los únicos interlocutores válidos de su gestión. Pedía públicamente a los organismos internacionales el desembolso del último tramo del crédito de 330 millones de dólares.
Horas después miles de santafesinos, abandonados a su (siempre mala) suerte, dejaban sus hogares con lo puesto. Algunos quedaron atrapados y perdieron la carrera de su vida contra la velocidad del agua en su irrupción veloz que ocupó cada hueco de oeste santafesino.
No parecía ser suficiente, el Estado y sus representantes, no despertaban. La historia se repitió en Centenario. En el mediodía del miércoles pasaba lo mismo con Barrio Sur.
Luego se inventaría el personaje del "pobre Lole abandonado por su entorno" para lo cual, esta vez, se actuó rápidamente. Rapidez tanto para huir como ratas, como para encontrar el único punto común con el atentado del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. Ante la tragedia se erigió un terraplén político "o están conmigo o están contra mi". Se llamó permanente a una precaución respetada por todos, menos por quien lo pedía. Dicho sea de paso, esa coherente solicitud de tregua, motivó la demora en la salida de nuestra revista en la ciudad de Santa Fe.
Pero como siempre decimos "una verdad dicha es una mentira menos".
NUNCA MÁS.