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Argentina: La lucha continúa


 

Salarios, trabajo y economía en Argentina

Hugo Alberto de Pedro

Contexto

Para el Gobierno Nacional conducido por Néstor Carlos Kirchner la cuestión salarial en la República Argentina no tiene una importancia suprema al momento de establecer sus políticas, esto se debe a que sigue empecinado en mantener las reglas heredadas de administraciones anteriores y a las cuales le ha introducido ínfimas modificaciones, las que no persiguen como finalidad establecer una solución de fondo y menos un diseño de una país diferente. Aunque se preocupen en establecer mediáticamente y a nuestro cargo que ahora es "Un país en serio" y con algunos olores progresistas.
El mensaje oficial que establece que los aumentos salariales deben estar atados a la mayor productividad de las empresas es una trampa, que solamente puede ser avalada por quienes siguen repitiendo aquellos discursos de la década infame menemista. Quizás por un sentimiento de pertenencia, a la que ya cada vez se les hace más difícil ocultar en los hechos. O bien, para ser más claros a la misma

Salarios y trabajo

En la Argentina podemos confirmar que:
Más del 60% del empleo en la marginalidad –"en negro"–,
Los asalariados tienen conceptos no remunerativos formando parte de sus ingresos que en muchos casos superan a los básicos convencionales y que por lo tanto no son base para el cálculo de otros conceptos,
La relación de dependencia oculta detrás de contratos o bien de facturaciones efectuadas por los trabajadores lo que confirma la precariedad laboral –el mismísimo Estado es practicante de ellas–,
La extensión de las jornadas de trabajo y los descansos violan todas las normas del Derecho del Trabajo,
La falta de vocación y convicción del Gobierno para hacer funcionar el Consejo del Salario, el Empleo y la Productividad es alarmante y preocupante,
El Gobierno que se niega a establecerse un seguro de desempleo,
El Estado ha llevado adelante un robo de los aportes a las cajas de jubilaciones –estatales y privadas– que dejan al desamparo a los futuros jubilados.
La falta de actualización de los convenios colectivos de trabajo es producto de la connivencia entre las cúpulas empresariales y sindicales, las primeras dicen que "Los salarios son muy dignos" y las otras dan simplemente lástima por la forma de que desde siempre han entregado a sus representados; pero ambas son funcionales al proyecto gubernativo sin dudas.
Un claro ejemplo es el abandono que el Estado ha dado a las empresas recuperadas por sus trabajadores y a las que les niegan cualquier tipo de colaboración y contratación para contribuir a su desarrollo, como asimismo, el andamiaje legal que necesitan para su funcionamiento en igualdad de condiciones con las privadas. Las abandonan al no otorgar créditos para lograr mayores niveles de actividad y las políticas públicas están convenientemente ausentes. Pero claro las leyes, decretos y resoluciones se multiplican a la hora de atender las necesidades del empresariado nacional y foráneo sin importar las tan mentadas "competitividad" y "productividad". El poder actúa y sigue infiltrándose en las organizaciones de trabajadores, de desocupados, de empresas bajo control obrero y cooperativas como única política activa y proselitista.
Muchos otros temas serían claros ejemplos de la pauperización del empleo y la inseguridad del mismo, y donde los trabajadores siguen siendo marginados del supuesto modelo de progreso capitalista y neoliberal que desde siempre los ha excluido.

Impronta oficial

Para los funcionarios del Poder Ejecutivo, todos ellos con vastos antecedentes de haber pasado décadas cobijados bajo el empleo público y sus variopintas rentas, los reclamos salariales son cuestiones menores, veamos:
"Para ganar más hay que trabajar más" – Alicia Kirchner, ministra de Desarrollo Social. "Simplemente se trata de reclamos que en muchos casos tienen contenidos políticos, partidarios e interesados. No lo vemos de otro modo" – Alberto Fernández, jefe de Gabinete de Ministros.
"El Gobierno no actúa por espasmos y mucho menos por presiones de estas características" – Aníbal Fernández, ministro del Interior.
"Hacen activismo político" – Ginés González García, ministro de Salud y Ambiente.
"El tema no es el salario, el tema es el poder de compra de ese salario" – Roberto Lavagna, ministro de Economía y Producción.
"¿... ? – Carlos Tomada, ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
Qué alarmante es comprobar que la cartera laboral se mantiene muda ante los reclamos salariales e inactiva en cuanto conflicto se presenta, pero sin embargo el ministro se presenta como "Un hombre de las relaciones laborales y las negociaciones colectivas, desde hace muchos años". ¿Para qué le sirvió durante 30 años haber realizado tantos estudios, cursos, participado en organismos internacionales, haber sido arbitro en conflictos y catedrático universitario a la hora de ser ministro?.
Con total impudicia el funcionariato maneja los datos de la realidad social y los números de la economía y las finanzas, ellos se esconden detrás de discursillos o gacetillas de prensa y tal es el nivel de sus prácticas imbéciles que ninguno se atreve a ofrecer conferencias de prensa abiertas o reportajes que no sean arreglados y pautados en los medios donde previamente pautan las publicidades oficiales.
Todos podemos verificar que los funcionarios, simplones políticos, después de pasar su cuarto de hora en el poder no han dejado nada construido para el futuro de la Nación. Cuando se mantienen más tiempo en sus funciones vemos solo las mentiras y la destrucción impuestas por doquier.
Existe una realidad que el Gobierno esconde, como es su tónica de acción institucional. Los conflictos laborales en la actividad privada por conseguir mejoras salariales han llevado a buen término los reclamos de los trabajadores en la mayoría de los casos. En cambio, aquellos que se presentan mayoritariamente en las esferas del sector público no son considerados como reclamos genuinos sino como operaciones políticas. Reiteramos que así lo afirman los políticos.

Decisiones

Debemos recordar que en junio del 2004 el Gobierno Nacional aumentó los sueldos del presidente, ministros, secretarios, subsecretarios y directores de organismos oficiales por medio de un decreto de necesidad y urgencia. En aquellos momentos Alberto Fernández manifestaba "La verdad es que nos cuesta mucho vivir con 3.000 pesos". De ahí que ellos se dieran un aumento de un día para el otro y pasaron a ganar 6.000 pesos. ¿Ahí no existían contenidos políticos?. Al otro ministro Fernández, Aníbal, no le interesaron las palabras del presidente brasilero "Lula" con respecto a que "La prioridad deber ser acabar con la vergüenza de la pobreza" dichas en su presencia en el XXII Congreso de la Internacional Socialista realizado en el 2004. ¿Para qué concurrió entonces con los gastos pagados por el pueblo argentino? ¿El Gobierno es socialista o socialdemócrata?.
No podemos aceptar que en cada oportunidad que surgen reclamos salariales desde el Gobierno todos pierdan la calma. Porque esa calma que pierden se transforma en bajadas de líneas para los mercados que fijan las remuneraciones en una economía concentrada como la argentina. Sabemos que necesariamente éste tipo de forma de gobernar, con la representativa democracia que los avala, termina en represión.
Para el Gobierno la salida de la convertibilidad con el consabido aumento de los precios internos no debe ser atendido por la recomposición de los salarios que en su conjunto están desactualizados en un 25% con respecto a la inflación. Pero es rápido al sostener que los aumentos de sueldos son los motivadores de la inflación, lo que es una rayana mentira y que se comprueba con el aumento de precios operados en los últimos meses. Los argentinos conocemos muy bien como se genera la inflación y quienes siempre han ganado con ella. ¿Fueron alguna vez beneficiados los que trabajan?.
Tapar la problemática salarial reinante en todo el país es para el Gobierno como pretender ocultar el sol con la mano. Es por eso que de seguir negándose a cambiar las reglas perversas que existen en la distribución del ingreso deberán echar mano a la represión en todos los conflictos que se presenten en el futuro. Porque en Argentina siguen existiendo 11 millones de pobres y 5 millones de indigentes que jamás podrán salir de esa vergüenza con las políticas en vigencia. Vergüenza que parece preocupar muy poco a los funcionarios de los gastos reservados y de representación, los viáticos exorbitantes, los viajes continuos dentro del país y al exterior.

Datos económicos oficiales

Ellos esconden la realidad sobre los sufrimientos de todo un pueblo detrás de algunos índices prearmados y por muchos cuestionables que intentan disfrazar lo que realmente sucede, aunque no pueden esconder que con sus multimillonarios patrimonios se alimentan, visten, viajan, comunican, se cuidan y todos sus gastos son pagados por el pueblo argentino. ¿Qué facilismo el de los representantes?
De los últimos datos oficiales surge lo siguiente:
La canasta básica de alimentos alcanza a $ 374,
La canasta básica total (vestimenta, transporte, educación, salud, etc.) a $ 827,
Aquellos que se encuentran en el decil más alto de ingresos se quedan con el 37% de los ingresos –idéntico porcentaje al vigente a mediados del año 2001–,
La desocupación y subocupación alcanzan al 28% de la población,
El 31% de los hogares se encuentran en la pobreza y el 13% en la indigencia, siendo del 41% y 19% respectivamente cuando se consideran la cantidad de personas.
También el Gobierno nos informa de desde fines del año 2001 a la actualidad:
La inflación creció el 62%,
El aumento de los alimentos del 85%, la indumentaria un 91% y el 73% para otros bienes y servicios varios.
La variación de salarios en el mismo período ha sido del 48% para los trabajadores registrados, del 17% para los no registrados y el sector público. En su conjunto un 39%.
La economía estatal brinda los siguientes guarismos sobre el año 2004:
El saldo de la balanza comercial alcanzó los 36.000 millones de pesos,
La recaudación tributaria total fue de 103.000 millones –108% más que en el año 2001–,
Las reservas actuales son de 63.000 millones,
El Producto Bruto Interno fue de 1.116.000 millones aumentando un 9% con respecto al año anterior,
La Inversión Interna Bruta creció un 35% –197.000 millones– en el último año.
Lo financiero y especulativo nos impone lo siguiente:
Los Bonos del Gobierno aumentaron su cotización en un 30% en el último año,
Las acciones lo hicieron en un 20%,
Los plazos fijos se remuneran con un 3% anual mientras que la tasa para préstamos personales es del 27%, para adelantos en cuenta corriente bancaria del 15% y las prendarias e hipotecarias del 11% anual.

En fin...

Cada uno sacará las conclusiones de lo que estamos hablando y de cuales son las prioridades e improntas de este rentístico y financiero gobierno progresista. El conflicto laboral está creciendo en la Argentina de una forma exponencial. Ya no le interesa a los trabajadores quienes se arrogan su representación sindical. Es una muy buena noticia saber que las asambleas en cada lugar de trabajo están dispuestas a tomar a su cargo los reclamos y las mejoras a las condiciones de trabajo e ingreso.
La vida, las esperanzas y el proyecto de vida de los ciudadanos debe dejar de estar en manos de un grupúsculo de funcionarios avenidos en iluminados, nuestra República tiene la obligación de establecer un futuro digno para las próximas generaciones y dejar de quedar atada a las apetencias de los políticos de turno. Sencillamente porque cuando están en el poder hacen lo que quieren y les viene en gana, y cuando se van dejar solo tierra arrasada.
La puja por el ingreso y la distribución del mismo es una cuestión que nos atañe a todos y es justamente lo que debemos arrebatarles.
Eso le duele al Estado. Eso nos alegra a muchos.
24 de abril del 2005