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Argentina: La lucha contin�a


Genocidio y Cr�menes de lesa humanidad

C�rcel a los genocidas

Entre estas dos opciones se escribir� la sentencia que condene a prisi�n al ex militar Adolfo Scilingo. Una absoluci�n es casi improbable.

Suele ocurrir que las resoluciones judiciales nada tienen que ver con la verdad ni con la justicia, y este escepticismo, compartido con m�s de un jurista, se ha consolidado con tantos y dolorosos a�os de impunidad.

Sin embargo, tenemos varias certezas que han sido el fundamento e hilo conductor para haber llegado a este tramo del camino.

La primera de ellas es haber presentido que el punto de partida desde d�nde se deb�a avanzar en el �mbito jur�dico es con y por los desaparecidos.
Ha sido aberrante que durante a�os se haya negado el derecho a la justicia a miles de seres humanos, aberraci�n sustentada no s�lo por la impunidad sino tambi�n por la indiferencia que se hizo complicidad.

La segunda, es la construcci�n de la acusaci�n desde las voces de los sobrevivientes, los familiares de los desaparecidos y de los militantes consecuentes. Los testimonios y denuncias m�s contundentes se engendraron en los campos clandestinos de detenci�n; el compromiso y la memoria han hecho que llegue el eco de qui�nes no pudieron hacerse o�r, aquellos que la dictadura pretendi� transformar en s�lo un n�mero en las listas de muerte y tortura.

La tercera es la calificaci�n de genocidio para los cr�menes cometidos por la dictadura militar argentina. Y este es el punto inexorable de llegada, donde llevaremos a todos los ejecutores, responsables y c�mplices de las miles de desapariciones y asesinatos cometidos por las fuerzas represivas en Argentina.

Nada de lo anterior es caprichoso:

Estar junto a los desaparecidos es una decisi�n irrevocable: ellas y ellos son los motores de la memoria, ellos y ellas movilizan lo mejor porque hablan de solidaridad y de resistencia a este sistema de barbarie.
Este latido colectivo moviliza las razones y corazones, est� lejos e inalcanzable para toda pretensi�n de mercanc�a y carreras curriculares.
Ellas y ellos son los alentadores de utop�as.

Establecer la voz v�lida y leg�tima de los sobrevivientes como sost�n de las acusaciones es inapelable, ellos corporizan todo el horror que fue negado, lo traen consigo en las cicatrices y en el trabajo realizado durante a�os en la reconstrucci�n de cada uno de los segundos vividos en los infiernos, porque esos segundos contienen nombres de compa�eros, y tambi�n de asesinos.

La intencionalidad, la premeditaci�n, la planificaci�n del exterminio por parte de los militares argentinos contra toda oposici�n, est� escandalosamente probada; la apropiaci�n de ni�os y de los nacidos en cautiverio sigue siendo una b�squeda lacerante y a�n inconclusa. Esto merece una sola calificaci�n: genocidio.

No es posible admitir nada que no sea la justicia, y mientras �sta no se concrete, el horror de los campos clandestinos de detenci�n, tortura y exterminio no deja de suceder, est� siempre presente.

No es posible admitir cualquier m�nima atenuaci�n. Scilingo fue un oficial subalterno cuya participaci�n fue necesaria para la comisi�n de torturas, vuelos de la muerte, asesinatos y robos de menores en la Escuela de Mec�nica de la Armada (ESMA) mientras fue oficial de electricidad y automotores en ese campo.

La realizaci�n de este juicio fue puesta en duda desde que comenzaron las actuaciones hace m�s de nueve a�os y, a pesar de muchos, tuvo repercusiones alentadoras: la reactivaci�n de causas contra los militares en Argentina, la contribuci�n en buena medida para la anulaci�n de las leyes de impunidad y, m�s concretamente, el encarcelamiento en M�xico y posterior extradici�n a Espa�a del ex-Capit�n de Corbeta Ricardo Cavallo, involucrado en el secuestro, tortura y desaparici�n de 227 personas, en la tortura de otras 110 y en la desaparici�n de 16 reci�n nacidos, cuyas madres fueron secuestradas; todo ello durante sus funciones como parte del terror�fico Grupo de Tareas 3.3.2 en la ESMA.

Que el juicio contra este genocida se celebre lo antes posible es parte de esta empecinada lucha por la justicia, y, lo abordaremos desde las mismas certezas.

Porque nos negamos a toda forma de reconciliaci�n con los genocidas y sus c�mplices, porque queremos que los derechos humanos dejen de ser hojas escritas y que se puedan vivir como abrazos permanentes a los pobladores de la memoria, a nuestras y nuestros hacedores de esperanzas.

19 de abril de 2005

Comisi�n "C�rcel a los genocidas" (Espa�a)
Asociaci�n de Ex Detenidos-Desaparecidos (Argentina)
Asociaci�n "Anah�" (Argentina)
Comisi�n de Derechos Humanos de Uruguayos en Argentina
Comit� de Acci�n Jur�dica de Argentina
H.I.J.O.S. Buenos Aires (Argentina)
H.I.J.O.S. La Plata(Argentina)
M.E.D.H-Mov. Ecum�nico de Derechos Humanos- (Argentina)
Hermanos (Argentina)


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