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Argentina: La lucha continúa

A 30 años de la muerte del Gringo Tosco
Siempre hay un motivo…
Para recuperar sus enseñanzas

Juan Carlos Cena *
Elena Luz González Bazán *
 
Siempre hay motivos… para analizar, reflexionar, y pensar sobre las enseñanzas que nos dejó Agustín Tosco, un cabal representante del movimiento obrero argentino.
Hoy más que nunca sobran los motivos para apropiarnos de su legado, no para reproducirlos esquemáticamente, ni para instalarlo en la iconografía fría del mármol o el bronce, sino para abrevar en sus asignaturas, las que concretó y las que quedaron enunciadas como forma de sueños o utopías, asignaturas pendientes que la clase obrera debe hacerse cargo y continuar.
Antes que nada afirmamos que este legado se lo debe apropiar el actual movimiento obrero argentino y latinoamericano para lograr salir de la encerrona a que ha sido sometido por el producto del modelo actual que se basa en la desocupación, bajos salarios, precarización del empleo, trabajo infantil, discriminación salarial a las mujeres trabajadoras, cooptación política e ideológica a dirigentes del movimiento obrero, entre otras cosas.
Debemos destacar el papel del hombre en la historia, pero señalar que esos hombres nunca estuvieron solos. El Gringo jamás estuvo desamparado en la construcción del Sindicato de Luz y Fuerza, en la lidia por la organización del Movimiento Obrero de Córdoba y su proyección nacional; de la misma manera, en la estructura y articulación del Cordobazo, Viborazo y todas las luchas nacionales, década que marcó tiempos diferentes del Movimiento Obrero.
Evocar a Agustín Tosco es evocar a todos esos hombres y mujeres que lucharon codo a codo, espalda contra espalda para construir un mundo mejor, un mundo que tenía que ver con la liberación nacional.
Ahora nos toca desde este lugar tomar lo que consideramos más importante de cada uno de ellos, en este caso: Agustín Tosco: sus discursos y sus palabras ejemplarizadoras, mostrarlas para que las actuales camadas de dirigentes, activistas y militantes del gremialismo se las apropien, como si fuera una herencia, una de las tantas que nos dejaron muchos hombres del movimiento obrero a lo largo del historial de la clase obrera, la clase más antigua de la humanidad.
Van a estar ahí, para que los trabajadores las expropien, y en esa expropiación comprendan que es una falacia lo que les quieren imponer, que la historia recién comienza, que la clase obrera no tiene antecedentes históricos anteriores de lucha, que el mundo es así: compuestos por explotados y explotadores, y que nada puede cambiar.
Debemos tomar esa transferencia como una posta que viene de ese largo devenir de luchas edificado por los trabajadores, asignación, que es como si fuera una directriz necesaria, como un nuevo desafío de construcción contemporánea, para que los nuevos protagonistas se atrevan y sean capaces de hacer cambios, ampliar su conocimiento histórico, enriquecer el pensamiento, para que de esa manera se pertrechen y puedan razonar, reflexionar, en forma independiente y diferente.
Son elementos para analizar críticamente, sobre todo el pasado, como si fuera una contribución al esfuerzo, sobre todo a la interpretación de la realidad circundante, la cotidiana, la de todos los días. Convoca a la voluntad, a prodigarse a generar un trabajo superador de aquella trayectoria consecuente como un homenaje. Esto es lo que el Gringo y sus compañeros hubiesen querido, la superación permanente de las acciones anteriores por ellos realizadas.
En vida, a estos hombres como el Gringo, las clases opresoras los someten a constantes persecuciones, toman sus doctrinas con rabia salvajes, con el odio más tremendo y violento, enmarcado en una campaña de mentiras y calumnias. Generando, en forma paralela políticas de cooptación, corrupción, y ofreciendo beneficios inimaginados para que traicionen a su clase.
Si en vida no pudieron cooptarlos, después de su muerte intentan convertirlos en iconos inofensivos, canonizarlos, por decir así, rodear su nombre de una cierta aureola de gloria para "consolar" y engañar a los trabajadores, castrando el contenido de su pensamiento, mellando su filo de que fue un verdadero representante de la clase obrera, envileciendo su memoria.
El mármol con que se ha recubierto al Gringo y el terrible olvido con que han dejado sobre otros dirigentes es prueba de que el sistema en su trabajo consecuente y diario, sabe que debe ayudar a entregar a un Tosco inalcanzable y ocultar, deliberadamente a hombres como Tomás Di Toffino, René Salamanca, Atilio López, Gustavo Rearte y tantos más como una forma de evitar que se genere esa emulación necesaria que permita la superación siempre esperada, que deben realizar las generaciones en el tránsito por la construcción de una vida más justa.
Estos aspectos nos han dejado a un Tosco, que en Córdoba tiene plaquetas, mármoles, nombres a cuanto escenario de lo más variado hay, para tomar su nombre y que así sea llamado: El Centro Cultural, la obra de teatro, el ballet de la zona, el taller literario, la biblioteca, y así de seguido.
El cansancio y agotamiento por la utilización de su nombre no ayuda a revalorizarlo y recordarlo, por el contrario lo inhiben, inhabilitan a todos aquellos que quieran pensar que es posible imitar a estos hombres dignos y probos, llenos de aciertos, pero también de errores y falencias. Que en la corrección de los mismos, sus figuras se agigantan. El ocultamiento de sus fallas lleva a tomar sus recuerdos de un bronce pesado y una carga imposible de arrastrar.
Esto ha sido el lei motiv de medios de comunicación y oposiciones sistemáticas, del poder político y económico, de quienes siempre con estos resultados serán ampliamente beneficiados.
Por ello rescatar al Gringo Tosco es una tarea militante y de compromiso. Este es el objetivo del trabajo y la recopilación y selección de discursos que hacemos del Agustín Tosco, como le dicen los cordobeses.
Es un trabajo dedicado al Movimiento Obrero Argentino y al Latinoamericano, a todas las organizaciones obreras que luchan por sus reivindicaciones y a quienes pelean por su liberación.
Es una recopilación realizada en cada momento de la vida de Agustín Tosco, sobre una enorme producción de trabajos y escritos, recopilados en la Selección de Trabajos realizada por Jorge O. Lannot, Adriana Amantea y Eduardo Sguiglia. Continuados, tiempo después, por otros militantes que trabajaron por la recopilación de sus discursos no conocidos, trabajos e intervenciones compilados, ordenados y archivados en forma científica en el Centro de Documentación Histórica del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba, cuyas figuras son el legendario Oscar Cachulín Álvarez y Adriana Marsó, responsables de rescatar dicho material.
Este es el objetivo a treinta años de su desaparición física, rescatar su ejemplo siempre imitable y superable, porque así lo hubiera querido Tosco.
Pensar sus palabras, porque eran las palabras de todos, porque él era la voz de los otros, sus compañeros lo habían elegido para que así sea, conciente de eso el Gringo hablaba siempre en plural, nunca en singular. Era la palabra y voz de los otros…la de sus compañeros.
Esto es lo que debemos rescatar para la nueva generación de trabajadores de nuestro país. El trabajador que lucha, siempre está un paso delante de aquellos que están quietos, el obrero que lucha está arriesgando su propia integridad. Logros conquistados que son también gozados por los que no lucharon. Esto es lo injusto a veces de la lucha.
Es común encontrar a los medios inmiscuirse en los problemas de los trabajadores, enfrentar a trabajadores y usuarios, donde siempre los que no luchan tienen más razón por sobre los que luchan. Porque el que no lucha por sus conquistas, nunca las obtendrá, siempre será un sometido, no hay regalos graciables por parte de las patronales.
En estos tiempos es común que se incentive la bronca por parte de los grandes medios de comunicación, son la avanzada del sistema para lograr la división y el enfrentamiento de pobres contra pobres.
En otros tiempos históricos, en los periodos de Tosco, Salamanca, Rearte, Atilio López, la UOM de Villa Constitución, Sitrac-Sitram, Perdriel, Pasa, Mercedes Benz, Fotia, Mineros, Ford, fueron donde se instalaron los más altos niveles de conciencia, no arribaron graciablemente, sino que fue el resultado de una ardua construcción llevada a cabo durante dictaduras militares y democracias relativas por los trabajadores. Conciencia de clase que se mostró en los tiempos de las luchas obreras en Córdoba, la rebelión popular conocida como Cordobazo y los azos posteriores.
Una lucha que en Córdoba destronó a un gobernador y derribó a un ministro de economía que venía para desindustrializar el país: estamos hablando de Héctor Cavallero y Adalbert Krieguer Vasena. Un año después caía el general que venía para gobernar veinte años: Juan Carlos Onganía. Alabado por el escritor Ernesto Sábato.
Muchas veces se ha intentado comparar el Cordobazo con la realidad del 2001, aquel 19 y 20 de diciembre del 2001, no hay hilos comunicantes. La primera fue una rebelión popular encabezada por la clase obrera en las calles, que se organizó y preparó para combatir y rechazar la represión y el avance de la dictadura de Onganía y Cavallero, y a sus fuerzas represoras, la policía provincial y Federal y al mismo ejército. La otra, la del 19 y el 20 fue una salida espontánea de las clases medias, indignadas porque el capitalismo y no el socialismo les había expropiado sus rentas, acompañados por un sector del pueblo asqueado del gobierno de la Alianza. Pero esa manifestación no quebró el poder, solo que hubo cambios en el Gobierno que administraba este Estado.
Todos los procesos de lucha tienen importancia, pero hay que buscar el punto exacto, o el más justo para analizar. Las comparaciones entre un quiebre del propio poder político y económico que hace retroceder a un proyecto político y económico como fue la desindustrialización del país, no se puede comparar con un recambio de gobierno o de caras en la Casa Rosada.

Este trabajo será presentado de forma continua, buscando en la selección aquello que creemos más importante para el análisis de quienes hoy tienen la enorme responsabilidad de conducir, en las distintas esferas, un movimiento obrero que pelea contra patronales y direcciones burocráticas a brazo partido, contra un Estado que legisla y administra desde el ministerio de Trabajo, pero tiene sus oficinas en las patronales. Que utilizan la conciliación obligatoria para cansar, agotar y desviar la lucha de los trabajadores, mientras logran componendas con las distintas conducciones empresarias.
Se trata de la vuelta a las discusiones paritarias, a terminar con la flexibilización laboral, con el trabajo tercerizado, el trabajo en negro, la subocupación, los contratos basura, el trabajo infantil, el menor salario para las mujeres y las distintas discriminaciones que hay en la actualidad para doblegar a los trabajadores en todos sus aspectos.

Tosco es un hijo del pueblo, no le pertenece a nadie y es de todos…
Este es nuestro homenaje…
En sus palabras se puede encontrar la sabiduría de un trabajador, la práctica de un obrero, la ética de un dirigente que no se doblegó nunca…
Así como los grandes medios ignoraron los treinta años, o fue un recordatorio banal, hoy desde la Agencia Argenpress y todos los que reproduzcan este aporte, ayudarán a conocer un poco más acabadamente a quien fuera Agustín El Gringo Tosco…