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Argentina: La lucha continúa

 

Recordatorio de la Semana Trágica
¿ Por qué recordar la Semana Trágica?


José E. Cordeiro

Quiero conmemorar el hecho como una forma de homenaje a quienes cotidianamente entregaron sus vidas a una causa que los involucraba directamente pero que no buscaba afirmar aspiraciones individuales sino sostener una lucha emancipatoria que comprendía al compañero oprimido, al hermano explotado, a los trabajadores todos. Mujeres y hombres fueron una vez más victimas del triángulo amoroso argentino por excelencia, la derecha oligarca, antisemita y reaccionaria, el poder político y la maquinaria represiva estatal ( a quienes hoy se denomina amistosamente ;fuerzas de seguridad ;) Mujeres y hombres fueron fusilados a mansalva por no avenirse a esperar de las caritativas manos de sus amos, unas migas de aquel pan que ellos mismos producen.

Los acontecimientos

Los obreros de la fábrica Pedro Vasena ( La Rioja y Cochabamba, actual Plaza Martín Fierro) llevaban un mes de huelga. Entre obreros y empleados eran unas 2500 personas. Querían la reducción de la jornada laboral de 11 a 8 horas, el descanso dominical, aumentos escalonados de jornales y la reincorporación de los obreros huelguistas despedidos. Pertenecía su sindicato (Sociedad de Resistencia Metalúrgica) a la F.O.R.A. del V° Congreso, es decir, compartían el ideario anarquista.
El día 7 de enero de 1919 a las 16 hs. unas cuantas máquinas iban hacia los depósitos a unas treinta cuadras de la fábrica. Las máquinas funcionaban con un pequeño número de obreros que no se habían adherido y rompehuelgas contratados para la empresa por la Asociación del Trabajo. Al llegar las chatas a la intersección de la Av. Amancio Alcorta y la calle Pepirí, un grupo de huelguistas acompañados de mujeres y niños intentaron detenerlos en forma pacífica. Estos no se detuvieron entonces los obreros comenzaron a arrojarles piedras.
Entonces acudió la policía, los cuales dispararon sus fusiles dejando, luego de dos horas, un saldo de cuatro obreros muertos y más de treinta heridos algunos de los cuales fallecieron después. El hecho determinó que la Asociación de la Sociedad de Resistencia Metalúrgica proclamara la huelga general para todo el gremio. Los obreros marítimos ( quienes también se encontraban en huelga) apoyaron a sus compañeros.
Trabajadores de distintos gremios y ramas comienzan el día 8 a marchar y a presionar a sus centrales reclamando la proclama de la huelga general. Varios sindicatos se pliegan, la F.O.R.A. ;sindicalista ; ( no anarquista) titubea y busca solapadamente una forma de levantar la huelga (la cual cada vez recibe más adhesión) Por su parte el Partido Socialista lanza tibias proclamas en el parlamento, clama por moderación de ;ambos bandos ; y realiza cálculos electoralistas desde su periódico ;La Vanguardia ;, aunque hay que reconocer que muchos de sus miembros lo hacen desde la buena fe política, viendo que las condiciones sociales del momento no permitirían una posterior construcción que sostuviera a los trabajadores en un marco de insurrección abierta. La derecha conservadora, aliada de los capitales extranjeros, desde sus periódicos no hace más que pedir la habitual ;mano dura ;. La derecha radicalizada saca a la calle sus bandas para-policiales ( las cuales aprovechan para realizar ;progroms ; contra los ;rusos ;, es decir judíos) con el beneplácito implícito del presidente Yrigoyen.
El día 9 trabajadores de la F.O.R.A. Anarquista recorrían las calles incitando a la huelga y a la insurrección abierta contra el gobierno. La ciudad estaba paralizada. A las 15 hs. había salido desde Nueva Pompeya el cortejo fúnebre que llevaba a los abatidos del día 7, en los cuales iban también mujeres y niños. Un pequeño grupo de huelguistas que los acompañaban, iba robando las armerías que encontraban a su paso, el más importante se produjo en la armería de Juan Picasso en la Av. San Juan al 3900. Luego se reintegraban a la marcha. A las 17 hs. el cortejo llegó al cementerio. Aquí se produjo una artera emboscada. Mientras hablaba uno de los gremialistas, la policía y los bomberos armados, atrincherados en los murallones del cementerio, balearon a la multitud. Cundió el pánico. Todos empezaron a correr mientras la lluvia de balas continuaba. Los huelguistas trataron de responder con sus armas, pero fueron rapidamente combatidos. Fueron asesinados alrededor de 50 hombres y mujeres.
Quienes se alejaban atacaban a todo policía que encontraban. Se produjeron en toda la Capital intensos tiroteos. Mientras los huelguistas en Vasena se enteran de los sucesos en el cementerio. La policía atacó con ametralladoras y máuseres a los sitiadores de la empresa.
A las 19 hs. Yrigoyen envía a la Infantería.
Por la noche hubo varios enfrentamientos entre obreros y policías en varios puntos de la ciudad. El día dejaba como saldo aproximadamente 100 muertos y 400 heridos. A su vez, la Unión Obrera Ferroviaria también se plegaba al paro. La mañana del día 10 de enero la ciudad ya estaba totalmente paralizada, inclusive ya había ciudades del interior del país que se habían adherido al paro. Yrigoyen colocó 30.000 efectivos militares en toda la ciudad.
Más tarde lo citó a Vasena a la casa de Gobierno.
El 11 la F.O.R.A. sindicalista se entrevista con el propio Yrigoyen, reclamando la libertad de todos los detenidos y el pliego de Vasena y los marítimos. Yrigoyen fuerza a Vasena esa misma tarde a aceptar el acuerdo con sus obreros, si bien después de la huelga van a renegar de algunos puntos. El gobierno se compromete a liberar a los detenidos por la huelga cuando ésta finalice.
La FORA sindicalista considera que la huelga ha triunfado: se ha forzado a la patronal de Vasena a un acuerdo. Esa misma noche (sábado) decide el levantamiento de la huelga general. Sin embargo, no todos los sindicatos comparten el análisis de los sindicalistas.
La huelga continúa firme el lunes 13, cuando debía retomarse el trabajo. Aun cuando muchas direcciones acatan la resolución de la central, las bases consideran que aún no se ha ganado nada y todos siguen en el paro por sus propias reivindicaciones. Además, el hecho de que los principales sindicatos sigan en huelga (marítimos, ferroviarios, transportes y todos los anarquistas) hace materialmente imposible el acceso de los obreros a sus lugares de trabajo.
Pero varios factores se conjugan para dar por terminada la lucha obrera. Primeramente, la represión de la policía, el ejército y las bandas armadas, que siembran el temor en las filas proletarias. Además, la influencia que ejerce la dirección de la FORA sindicalista y el Partido Socialista, quienes a partir de ese momento sólo se dedican a actuar de bomberos ante el incendio general. Entre el lunes y el martes, casi todo anarquista con peso gremial es detenido. Poco a poco se van retomando las tareas en todo el país, lo que lleva a que también la FORA anarquista levante la huelga el martes por la noche, con la redacción completa de ; La Protesta ; en la cárcel.
Recién el 15 levantan la huelga los ferroviarios y los marítimos seguirán con su lucha particular que se va a extender aún varios meses.
En un número de La Razón de la época podemos leer que los días siguientes transcurrieron cómo si lo ocurrido hubiera sido ;un sueño ;.
Es de destacarse que hasta el día de hoy y al igual que en el caso de la Patagonia trágica, la ;democrática ; U.C.R., no ha realizado jamás una autocrítica pública por ninguno de éstos hechos.

Nuestra penosa actualidad

Han pasado 86 años de aquellas jornadas y hoy:

Los reclamos de aquellos obreros podrían sostenerse hoy en gran parte de los gremios, sólo qué la desocupación y la subocupación son mucho más altas.
Las divisiones en el seno del movimiento obrero y del campo de la lucha social en general continúan fragmentando la lucha.
Entre la burocracia sindical y los militares han logrado en los últimos treinta años destruir las organizaciones de los trabajadores y exterminar a los hombres y mujeres más activos, dejando al frente de las mismas a los fantoches que todos conocemos.
La represión al movimiento obrero continúa tal como en 1919, con más de 4000 presos ;políticos ; y cientos de compañeros asesinados por el Estado - Empresariado en todo el país.
La derecha en el control de las empresas sigue distinguiendo entre ;Seguridad ; con mayúscula para sus propiedades y ;seguridad ; con minúscula para la vida de los trabajadores.
La ;gente ; ( esa blanca y con todos los dientes) continúa sosteniendo valores discriminatorios como en el famoso caso ;Blomberg ; que fue una ;verdadera tragedia ; ya que el chico ;estudiaba y no se drogaba ;.
Los políticos profesionales de nuestra ;democracia ; continúan controlando feudos, protegiéndose entre ellos y burlándose del pueblo cómo lo hicieron el ;ex fiscal contra la corrupción ; Ibarra y el bueno para toda ocasión Anibal Fernández ante el incendio del local República Kromagnón en Once.
La lista de coincidencias podría continuar de manera casi indefinida.

Una módica esperanza:

Luego de repasar el listado anterior pareciera hacer que la única salida es el suicidio, pero sin embargo se pueden señalar ciertas cuestiones que indican que lucha habrá siempre dónde haya mujeres y hombres con su legítimo deseo de libertad:
Parece estar surgiendo una actividad sindical combativa y libre de las ;gorduras burocráticas ;
Si bien Luis Delía entregó al gobierno a su movimiento ;llave en mano ; al gobierno, hay algunos nucleamientos de desocupados que se dedican a construir con esfuerzo e independencia del punterismo y el entreguismo como lo demuestra la aparición del Frente Popular Darío Santillán.
Las asambleas populares y otras organizaciones barriales que han sufrido una merma en número de integrantes, se han estabilizado y continúan funcionando con mucha menos gente pero la misma convicción y esfuerzo diario.
Son cada vez más las personas que intentan organizarse y encarar una lucha contra el capitalismo y sus valores tratando de evitar los dogmas y el autoritarismo de los partidos de la izquierda ;revolucionaria ; que llevan en su táctica de tomar el poder unos... he perdido la cuenta de los años, pero parece ser que la vía electoral no les está dando grandes resultados.

Si bien los motivos para la esperanza no son abundantes conviene no perderla.
La semana trágica debe ser recordada en éste contexto por varios motivos: porque fue un ejemplo de lucha, acción directa y compromiso; porque ésta lucha sigue vigente; porque fue sistemáticamente erradicado su contenido de la ;historia oficial ; que aprendimos y aprenden nuestros hijos en el colegio, al igual que todas las luchas del movimiento obrero; pero principalmente, debe ser recordada para tener presente que los trabajadores son quienes siempre derraman su sangre por los trabajadores y no ;sus representantes ; quienes jamás los representan.
Y además, debe ser recordada de la única manera que no se menoscaba la memoria de los que lucharon: debe ser recordada en la calle, junto a los compañeros y las compañeras, continuando con humildad la lucha por ellos sostenida.

José Cordeiro