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Nuestro Planeta

26 de febrero del 2004

"Zhanartu": La restauración de la agricultura sostenible en el Kazajistán rural


http://habitat.aq.upm.es/
Resumen

Tras la desaparición de la antigua Unión Soviética a principios de los años noventa, el sistema de agricultura colectiva implantado a lo largo de la estepa semiárida de la nueva República de Kazajistán colapsó. Los fondos destinados al mantenimiento de las bombas de agua y de los canales de irrigación de los pequeños pueblos dejaron de existir, obligando a que el ganado pastase cerca de las aldeas. Esto trajo consigo el deterioro de las infraestructuras y la degradación de la ya árida tierra. La escasez de pasto supuso una importante reducción en la capacidad de ganado que se podía mantener reduciendo así la producción de carne y leche. A su vez, esto produjo numerosos problemas de salud, sociales y económicos.

El pueblo Zhangeldy fue uno de los grandes afectados por el colapso del sistema de subvenciones. Se encuentra en el corazón de una árida llanura aluvial sometida a un proceso constante de desertificación, con el problema añadido de una acuciante pobreza y de un importante desequilibrio social. Con la ayuda de una pequeña ONG llamada Fundación Granjeros de Kazajistán, la comunidad ha diseñado un proyecto para reducir la presión sobre el ecosistema local trasladando el ganado a pastos alejados del pueblo de forma que se pudiese recuperar el desierto que rodeaba Zhangeldy. El proyecto, denominado "Zhanartu", o rejuvenecimiento, se diseñó para recuperar los principales sistemas de abastecimiento de agua, como son los canales y pozos, de forma que la comunidad pudiese sembrar alfalfa para forraje, permitiendo así que el ganado pastase a una distancia de hasta seis kilómetros del pueblo. Esta iniciativa ha permitido la regeneración de las especies autóctonas imprescindibles para la economía ganadera y ha incrementado la producción de los productos derivados del ganado.

Este proyecto ha devuelto la vida a una comunidad con problemas. El proyecto Zhanartu ha conseguido rejuvenecer el pueblo de Zhangeldy y ha proporcionado un futuro sostenible para los ciudadanos al conseguir invertir el proceso de desertificación causante de tanto sufrimiento, al concienciar a la población local de la importancia de la protección ambiental, restaurar el acceso a recursos básicos como el agua y la comida y facilitar las fuentes de ingresos.

Fechas clave

14 de marzo de 1998: Se lleva a cabo la primera plantación de alfalfa en Zhangeldy para su posterior distribución a la comunidad.

25 de septiembre de 1998: Se completa el estudio de viabilidad que analizaba la posibilidad de crear áreas de pasto lejanas a la ciudad con el fin de asegurar la calidad de los pastizales para el ganado y la sostenibilidad ambiental a largo plazo.

3 de mayo de 1999: Se traslada el primer rebaño a los nuevos pastizales ubicados a una distancia de entre cuatro y seis kilómetros de la ciudad.

15 de abril de 2001: Se pone en funcionamiento un canal construido para salvar los 8,5 kilómetros entre el río Syr Daria y Zhangeldy abasteciendo a la ciudad, por primera vez, de agua.

20 de septiembre de 2001: Se imparte un seminario demostrativo para otros pueblos y otros gobiernos locales relacionado con las buenas prácticas del proyecto.

Descripción
Situación previa a la iniciativa


El colapso del sistema colectivo agrícola dejó a los granjeros de Zhangeldy sin el dinero necesario para mantener los pozos y los canales que constituían el sistema de mantenimiento del ganado. Los principales problemas que esta situación conllevó para la población local fueron el descenso en la producción de ganado, lo cual trajo consigo la desnutrición y la enfermedad a la población, además de problemas ambientales como la sequía y la escasez de pastizales.

Establecimiento de prioridades

En primer lugar, se determinó que la principal causa de la degradación del terreno y consecuentemente la nefasta situación social en Zhangeldy fue el uso excesivo de los pastizales, la salinización del terreno y las inundaciones fruto de un pésimo sistema de irrigación[1]. Para intentar paliar estas condiciones de precariedad que sufría la comunidad, se determinó que el proyecto debía abordar conjuntamente los problemas ecológicos y sociales.

Un proyecto cuyo objetivo fuese rehabilitar el entorno social y ambiental de Zhangeldy debía plantear una estrategia que abordase los dos problemas principales: el uso excesivo de los pastizales y la escasez de riego. La solución a dichos problemas podía consistir en proporcionar tanto un sistema de regadío como el establecimiento de un sistema de pasto sostenibles para los granjeros locales. Como tercera prioridad del proyecto, se planteó un objetivo de mayor complejidad para rehabilitar el deteriorado sistema social.

Formulación de objetivos y estrategias

La comunidad se propuso rehabilitar el ecosistema semiárido de arbustos en las degradadas tierras de aluvión situadas en torno al pueblo de Zhangeldy, ya que esta recuperación aumentaría la calidad de vida de los habitantes.

Una vez consultados los granjeros de Kazajistán, el proyecto estableció las siguientes tres tareas principales enfocadas a la consecución de los objetivos:

1. Incrementar la educación ecológica de los lugareños impartiendo seminarios educativos y técnicos.

2. Frenar la degradación del terreno y rehabilitar el ecosistema desértico en el entorno del pueblo, reduciendo la carga de los pastizales mediante el traslado del ganado de forma gradual al segundo y tercer cinturón de pastizal y sembrando alfalfa para el abastecimiento invernal.

3. Proporcionar semillas de alfalfa a los miembros de la comunidad para el futuro pasto del ganado.

Movilización de recursos

Gracias a la experiencia previa en la realización de proyectos con diversas organizaciones para el desarrollo agrícola, la ONG Fundación Granjeros de Kazajistán emprendió su proyecto con una importante experiencia previa en diseño de proyectos agrícolas y de movilización de recursos.

Los principales colaboradores financieros y técnicos fueron la Oficina de Naciones Unidas para la lucha contra la desertificación y la sequía/United Nations Office to Combat Desertification and Drought UNSO y el Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo Global para el Medio Ambiente/ Global Environmental Facility - Small Grants Programme, (GEF-SGP).

Por otra parte, también se obtuvo financiación tanto de gobiernos locales y regionales como de donaciones particulares de mano de obra, tierras y servicios agrícolas. La granja Zhuldyz también tuvo un importante papel en la financiación de proyecto, aportando más del 50% del presupuesto total producto de la venta de la alfalfa sobrante a comunidades y provincias cercanas.

En cuanto a los recursos técnicos y humanos, tanto el gobierno local como la población demostraron un gran entusiasmo en involucrarse en el proyecto, y la comunidad demostró gran interés en llevar a cabo las actividades planteadas en el mismo. Además, se obtuvieron recursos humanos y donaciones por parte de numerosas fuentes. La granja Zhuldyz de Zhangeldy aportó las instalaciones necesarias para el cultivo y aseguró el abastecimiento de alfalfa, además de proporcionar la maquinaria necesaria para el cosido y la recolección de la cosecha. Los miembros de la comunidad asumieron una de las principales responsabilidades, que consistía en trasladar el ganado a los pastos situados a las afueras del pueblo y en establecer un programa rotatorio, de manera que diferentes familias pudiesen vivir durante todo el año de su ganado.

Proceso

En primer lugar, se reconoció que, para paliar el problema de la desertificación del anillo verde debido al exceso de ganado que se alimentaba de sus pastos, había que encontrar pastizales alternativos a una distancia de entre cuatro y seis kilómetros de la comunidad y comenzar la producción de inmediato. Por este motivo, las primeras actuaciones definidas en el proyecto consistieron en la preparación de cinturones de pasto adicionales y en el traslado del ganado no productor de leche a los nuevos pastizales. A continuación, el proyecto enfocó sus esfuerzos hacia la rehabilitación de los terrenos degradados próximos al pueblo.

Tanto los miembros de la comunidad como expertos en agricultura estaban convencidos de que el ecosistema semiárido se regeneraría sólo una vez eliminada la carga del ganado. Para asegurar la completa erradicación de dicha carga, había que buscar una alternativa para la alimentación invernal, ya que en invierno el ganado tenía que trasladarse de nuevo al pueblo. La plantación de alfalfa de la granja Zhuldyz junto con la revitalización de un canal de irrigación preexistente y la posterior puesta en marcha de pequeñas plantaciones familiares proporcionaron el pasto necesario para el invierno a medida que el número de reses iba aumentando.

La ONG Fundación Granjeros de Kazajistán se encargó de la coordinación del proyecto mientras que la comunidad y la granja Zhuldyz llevaron a cabo la mayor parte de las actividades. Los habitantes de Zhangeldy participaron tanto en la monitorización y evaluación como en la reorientación de los esfuerzos cuando era necesario. La monitorización del proyecto se llevó a cabo de forma continuada a lo largo de los cuatro años, 1998-2001, junto con dos evaluaciones importantes realizadas por los colaboradores financieros en 1999 y en 2000. Los objetivos de la monitorización consistieron en identificar los puntos fuertes y las nuevas oportunidades que se habían presentado a lo largo del proyecto y contrastarlos con sus puntos débiles y los retos inherentes al proyecto.

El proceso de monitarización permitió a los gestores y a los participantes del proyecto identificar los problemas que podrían ir surgiendo con el fin de resolverlos lo antes posible. A pesar de esto, algunos problemas no pudieron controlarse y supusieron retrasos en el cumplimiento de los objetivos. Uno de los mayores retos que los gestores tuvieron que afrontar fue la pérdida de unos 2.000 dólares norteamericanos de los fondos del proyecto cuando su banco cerró. Siendo Kazajistán un país en transición económica, este es un escenario muy común, por lo que los ciudadanos se muestran reacios a utilizar el sistema bancario para depositar su dinero. Aunque el dinero no se recuperó, una reevaluación de los fondos permitió que las actividades pudiesen continuar como se habían planeado.

Las condiciones meteorológicas juegan un papel muy importante en los proyectos de rehabilitación de un ecosistema dañado, por lo que las sequías y los inviernos extremos afectaron en gran medida al desarrollo del proyecto. A lo largo de los años en que el proyecto estuvo en marcha, las condiciones meteorológicas ralentizaron el crecimiento de la vegetación, lo que supuso un desaliento importante para la comunidad. La fundación granjeros de Kazajistán abordó este problema involucrando a la comunidad en los aspectos técnicos del proyecto y procurando desviar la atención del lento proceso de rehabilitación ecológica.

Resultados obtenidos

El desarrollo del proyecto ha supuesto un aumento de 2,7 veces el total de pastizales en Zhangeldy, mejorando así la sostenibilidad de la localidad. Gracias al aumento del ganado y de la producción, la calidad de vida de la comunidad ha mejorado tanto desde el punto de vista económico como del social y el psicológico. Los miembros de la comunidad reciben unos ingresos constantes a lo largo del año gracias a la venta de las reses y de sus productos y además disponen de los medios necesarios para autoabastecerse durante el invierno.

El proyecto redujo de forma considerable el desempleo gracias al desarrollo de iniciativas adicionales, como los programas de artesanía para mujeres. Además, se prevé la futura diversificación agrícola de manera que, mediante el uso de los canales y pozos realizados para el proyecto, se puedan dar nuevos cultivos que, como sucede con el excedente de alfalfa, aporten un beneficio económico a la población a lo largo de todo el año.

Además de los objetivos establecidos a priori, se han obtenido otros resultados relacionados con el medio ambiente y el desarrollo agrícola de la zona. Gracias a las iniciativas realizadas, actualmente los granjeros son más conscientes de las limitaciones ecológicas del ecosistema semiárido y comprenden que el traslado del ganado de unos pastos a otros es beneficioso para el terreno y, como consecuencia, también para ellos. Es más, debido a una larga tradición de gobiernos intervencionistas, los aldeanos dependían por completo de las decisiones gubernamentales. Tras la puesta en práctica del proyecto, sin embargo, han comenzado a cobrar consciencia de que pueden ser autosuficientes. De esta forma, la toma de decisiones y las iniciativas individuales empiezan a formar parte de la vida cotidiana en Zhangeldy. Los miembros del la comunidad local empiezan a participar de forma activa en las discusiones sobre objetivos y actividades del proyecto a medida que aprenden a plantear propuestas y a defender sus opiniones.

Probablemente, el resultado más importante obtenido con este proyecto ha sido el de unir a toda la comunidad en un proyecto común, logrando así eliminar las divisiones internas existentes con anterioridad. Los ganaderos querían que sus reses pastasen cerca del pueblo para poder vigilarlas y así evitar que alguien se las robase. Considerando esta circunstancia, las actividades propuestas por el proyecto Zhanartu se plantean unir a los ganaderos en un mismo objetivo, fomentando la confianza entre sí en el cuidado del ganado en ubicaciones más distantes. La estructura social se ha visto reforzada y se está forjando un futuro muy positivo.

Como resultado del proyecto, las mujeres están involucradas en la vida social de la comunidad ya que participan como beneficiarias y como líderes activos. Algunas mujeres están a cargo de sus hogares y participan en la toma de decisiones para el beneficio de sus casas y de su comunidad.

Sostenibilidad

La sostenibilidad fue uno de los conceptos principales en el diseño del proyecto y así se hizo constar a los gestores del proyecto y a la comunidad de Zhangeldy. Los aldeanos se han visto muy beneficiados con el proyecto, a través del cual se consiguió frenar los signos de desertificación, como las tormentas de arena que causaban estragos en Zhangeldy, y proveer de una mayor producción y de mayores beneficios derivados del ganado, como la carne, la leche y la lana. Los ingresos de la aldea han aumentado en gran medida y la salud psicológica de la comunidad ha mejorado, reduciendo a su vez los problemas médicos y las enfermedades.

Uno de los principales indicadores de la sostenibilidad del proyecto es el grado de participación de la comunidad local. Desde un principio, los participantes en el proyecto arriesgaron mucho, ya que sólo en el primer año se empleó el 70% de los fondos del proyecto y con las colaboraciones financieras de la Oficina de Naciones Unidas para la lucha contra la desertificación y la sequía/United Nations Office to Combat Deserification and Drought UNSO y el Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo Global para el Medio Ambiente/ Global Environmental Facility - Small Grants Programme, GEF-SGP , se alcanzaron todos los requisitos necesarios para la independencia del proyecto. Como resultado de este primer éxito, los miembros de la comunidad se comprometieron a mantener y reforzar las actividades del proyecto a lo largo del tiempo.

La iniciativa ha conseguido reducir la cantidad de trabajo que suponía para las mujeres el cuidado diario de los animales. Gracias a los nuevos métodos de gestión agrícola colectiva, las mujeres tienen tiempo para realizar actividades, como el tejido de alfombras, que suponen unos ingresos añadidos para la familia. El fomento de la diversificación económica y social ha reforzado la comunidad y la ha hecho más autosuficiente permitiéndole afrontar más desahogadamente los retos estacionales y económicos a lo largo de todo el año.

Gracias al nuevo sistema de rotación de los pastos, los granjeros de Kazajistán están aprendiendo más sobre sus antiguas tradiciones nómadas y se están familiarizando con los principios ecológicos a los que está sujeto el concepto de rotación de cultivos, el principal motivo que impulsó a sus ancestros a viajar por la estepa de Asia Central. Han cambiado sus costumbres agrícolas en favor de las necesidades ecológicas de la zona, situación que la mayoría encuentra más beneficiosa que el trabajo basado en los objetivos a corto plazo.

Lecciones aprendidas

La lección primordial ha sido la concienciación ecológica. Al aumentar el grado de concienciación ambiental entre la población local, sus problemas y sus soluciones, el proyecto ha gozado de la participación de toda la comunidad. Quedó demostrado que el grado de participación comunitaria dependía del nivel de comprensión ecológica de los miembros de dicha comunidad. La lección aprendida puede resumirse en que los proyectos de este tipo deben aportar la educación y la información necesaria sobre los motivos por los que se están desarrollando para asegurar el apoyo, la comprensión y el compromiso de la población en las actividades del proyecto.

Por otro lado, en Zhangeldy, se han aprendido importantes lecciones de agricultura. Se comprobó que, en áreas semiáridas, la rotación del ganado por los distintos pastos debe realizarse conforme a las condiciones meteorológicas de cada año. Por ejemplo, en los años de mayor sequía, las reses deben trasladarse con mayor regularidad para poder garantizar su productividad de forma continuada y será necesario suministrar alimento adicional para aportar al ganado los nutrientes necesarios de los que carece la hierba de los terrenos semiáridos. Estas lecciones son primordiales en las tierras semiáridas para los granjeros que están cambiando el sistema soviético de granjas comunales por la gestión privada de ganado y de cultivos.

Finalmente, la experiencia de Zhangeldy ha servido para aprender algunas lecciones sobre el medio ambiente. En un principio, se mostró un gran escepticismo sobre la capacidad de un ecosistema para alcanzar por sí solo su completa rehabilitación después de un período tan prolongado de un uso indebido y de unas condiciones tan adversas. Pero, como se ha podido comprobar en Zhangeldy, las especies autóctonas de Tamariz, Artemisa y Salsola, tienen una estructura de raíces que proporciona estabilidad a la arena desértica, salen casi de inmediato una vez erradicada la amenaza. Esta es una lección muy importante para aquellas comunidades que están luchado contra la desertificación.

El proyecto Zhanartu ha demostrado que los objetivos de una comunidad pueden lograrse a través de soluciones sostenibles a largo plazo mediante una combinación de recursos y trabajando por el beneficio de la comunidad. De esta manera, las pequeñas comunidades pueden obtener una financiación y pueden asegurar la realización de un proyecto con resultados positivos.

Transferibilidad

Las intervenciones realizadas con anterioridad en Kazajistán, estaban orientadas hacia la replantación de las zonas dañadas a la vez que se despoblaban dichas zonas. A pesar de que este sistema parece funcionar a corto plazo, la zona protegida no suele reunir las condiciones necesarias para las necesidades y objetivos de la población a largo plazo, por lo que en unos años, la situación vuelve al mismo estado de degradación. Por este motivo, los gestores de Zhangeldy buscaron una vía alternativa. Al proporcionar pastizales alternativos para el ganado, causante de la degradación del ecosistema, y permitir una actividad continuada en el ecosistema se ha asegurado la sostenibilidad del proyecto y se ha saneado la comunidad.

El proyecto ha demostrado aportar un beneficio ecológico global a la zona. Las lecciones aprendidas en el proyecto han demostrado tener un gran potencial para su transferencia a otras localidades de la región del mar de Aral, considerada como una zona de catástrofe ecológica. En Asia Central, la mayor parte de la población se encuentra concentrada a lo largo de la cuenca de los ríos de zonas semiáridas, por lo que el impacto debido a los asentamientos humanos se concentra en estas áreas. Los métodos y los resultados de Zhandeldy suponen una solución realista de preservación y rehabilitación de la biodiversidad de estos ecosistemas interiores de pastizales a la vez que proporcionan a la población la capacidad de un mayor desarrollo futuro.

Parece sencillo que el proyecto pueda transferirse por todo Asia Central, por lo que los gestores del proyecto están difundiendo la información entre ONGs, comunidades y posibles benefactores de la región.

La Fundación Granjeros de Kazajistán, en colaboración con algunos de los habitantes de Zhangeldy que más se han involucrado en el proyecto esperan replicar los resultados de la iniciativa en otras aldeas del sur de Kazajistán donde se da el mismo tipo de degradación ecológica debido al mal uso de los pastizales. Es probable que estos nuevos proyectos, gracias a la experiencia adquirida, brinden resultados más deprisa gracias a la experiencia adquirida tanto en las actividades a realizar como en la forma de afrontar los problemas que vayan surgiendo. El presupuesto se expresa en dólares EE.UU.



Referencias

Los conceptos más importantes a destacar del proyecto son la concienciación de los habitantes de la importancia del proyecto y la promoción de una comprensión de rango nacional de los problemas ambientales y sus posibles soluciones. Como resultado de estos objetivos, todos los artículos salvo uno se han redactado en ruso y se han publicado en periódicos y revistas nacionales. A medida que las actividades del proyecto se van expandiendo, se pretende informar de las buenas prácticas y de las lecciones aprendidas a un público internacional a pesar de que hasta el momento casi todo el material informativo se haya redactado en ruso.

Este documento se ha editado a partir de una versión inglesa.
Traducido por Ana Clavería Gil.
Revisado por Carlos Verdaguer.

1: Kazajistán se encuentra en la región del mar de Aral, mar que hasta 1960 era un gran lago de agua dulce alimentado por los ríos Amu Daria y Syr Daria. Debido a la construcción de un gran canal de 500 km de longitud que con los años iba captando cada vez más agua de los dos afluentes del mar Aral, la aportación de agua al mar se redujo tanto que el volumen de agua ha disminuido en un 70% ocupando ahora la mitad de la superficie original. Casi 30,000 kilómetros cuadrados de los que antes eran fondo del mar se han convertido en arenales desérticos. Conforme se ha ido evaporando el agua, el mar Aral se ha hecho más y más salado y está contaminado por los fertilizantes, provocando la desaparición de todas las especies autóctonas de peces. Por otra parte, el riego ha provocado que suba el nivel freático en toda la cuenca del Aral, anegando y salinizando el terreno. También el clima semiárido se ha visto afectado porque la masa de agua del Aral amortiguaba térmicamente las grandes oscilaciones de temperatura entre invierno y verano. Por estas y otras razonas, la región del mar del Aral está considerada como zona catastrófica. (Nota de la traductora)