VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Medio Oriente - Asia - Africa

Palestina, la ocupación de la economía

Hedelberto López Blanch
Rebelión

Las acciones del ejército y gobierno de ocupación israelí contra el pueblo palestino son cada día más violentas y llegan al extremo de tratar de lograr el exterminio de un pueblo o cuando menos la salida de sus habitantes hacia otros países.

En ese contexto, además de ser el pueblo palestino el que paga el mayor sufrimiento, también a la par el régimen israelí destruye sistemáticamente su economía con el fin manifiesto de que si alguna vez se llegara a alcanzar la anhelada independencia, sería sumamente difícil volver a levantar el destruido país.

Un reciente informe de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) indica que las principales infraestructuras construidas durante largos años con donaciones de varios países, han quedado prácticamente destruidas.

La mayoría de los cerca de 200 pueblos y asentamientos palestinos ubicados en la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oeste, tras la política de tierra arrasada, carecen en la actualidad de electricidad, escuelas, hospitales, ambulancias y de ese esencial líquido para la existencia humana que se denomina agua.

En los últimos cuatro años Israel ha destruido 60.000 viviendas, arrancado un millón de árboles y destruido más de 8.000 talleres y pequeñas fábricas en Palestina.

Además, el extenso muro que ha estado fabricando alrededor de Gaza, aísla a esa pequeña zona y en Cisjordania la secciona por numerosas partes lo que impide el acceso de su población a fuentes de agua, hospitales y escuelas.

Bajo esas condiciones, organizaciones internacionales aseguran que de los 2.500.000 palestinos que hoy viven en los territorios ocupados, el 60% se encuentra bajo un profundo nivel de pobreza.

Estudios realizados por el Banco Mundial indican que el 65% de la población palestina económicamente activa se haya sin trabajo y las inversiones han bajado de 1.500 millones de dólares en 1999 a solo 140 millones de dólares en 2002.

En este año 2004 se estima que será nula y ese pueblo nada más recibirá donaciones de alimentos y medicinas para mitigar el hambre y la represión a la que está sometido.

Para sobrevivir en esas precarias condiciones los habitantes han recurrido a una agricultura de subsistencia en un territorio donde la sequía y la falta de agua conspira contra cualquier cultivo.

Varias instituciones de las Naciones Unidas han expresado que otra de las razones que conspira para echar la economía palestina por el suelo es el cierre y bloqueo de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oeste.

Y esto se debe a que la economía palestina esta directamente vinculada a la de Israel pues muchos de los negocios están relacionados y también gran número de ciudadanos árabes laboran en empresas productivas y de servicios en las zonas hebreas.

Las cifras son elocuentes pues la prohibición de traspasar las ya limitadas fronteras de Gaza y Cisjordania, invalida que diariamente 125.000 palestinos laboren en el país colonizador.

Como es lógico, esta situación también afecta directamente a la economía de Tel Aviv pues le imposibilita a sus empresas contar con la mano de obra barata que tanto necesita para que sus productos tengan competitividad y ganancia en el mercado mundial.

Organizaciones No Gubernamentales como la Cruz Roja cifran el número de palestinos muertos desde el estallido de la II Intifada en 3.800, mientras el Programa de Naciones Unidas para la Alimentación calcula que más del 50% de la población necesita urgente ayuda alimentaria para poder sobrevivir y que el 15% de sus infantes sufren de malnutrición severa y crónica.

Israel ha aplicado estas genocidas acciones militares y económicas contra el pueblo palestino, apoyadas en todos sus aspectos por el gobierno del presidente norteamericano George W. Bush, con el propósito de que si algún día se llegara a un acuerdo internacional sobre una soberanía mediatizada de ese pueblo, a sus habitantes y líderes le sería sumamente difícil enderezar la economía y por tanto dependería completamente de Tel Aviv.

Es la teoría de destruir la economía para tratar de rendir a un pueblo por hambre.