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Latinoamérica

La lucha contra el hambre en América y el mundo

Niko Schwarz
La República

La semana internacional rebosa de acontecimientos relevantes, desde la agravada situación en Irak y en el conflicto israelo-palestino a las inquietantes elecciones en dos "länder" del este de Alemania.
Los iremos pasando en revista, pero hoy queremos concentrarnos en las repercusiones mundiales del planteo efectuado el lunes pasado por el presidente brasileño Lula da Silva en la cumbre de gobernantes previa a la Asamblea General de la ONU sobre el combate mundial contra el hambre, "la mayor arma de destrucción masiva de la humanidad".
Ramonet y los orígenes
Una nota publicada por Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, recuerda que la iniciativa de crear un fondo mundial para luchar contra el hambre y la pobreza fue lanzada en 1997, a partir de la propuesta del economista estadounidense James Tobin de una tasa sobre las transacciones financieras, inicialmente concebida para reducir la especulación en el mercado de cambios.
"Sobre esa base ­escribe Ramonet- había propuesto yo que esa tasa se concibiera como un impuesto internacional cobrado a escala planetaria por un organismo de la ONU y que las sumas así recogidas ­unos 60 mil millones de euros al año- sirvieran para combatir la pobreza y el subdesarollo en el mundo. Es la única manera sensata de reducir también la violencia, las injusticias y el terrorismo. Con esta filosofía creamos en 1998 la asociación Attac". Luego desde el Foro Social Mundial de Porto Alegre se promovió la iniciativa.
Señala que en el Foro de Davos de enero 2004 el presidente Lula lanzó el llamado para la creación del fondo mundial contra el hambre, y que obtuvo el apoyo de Chirac, Lagos y Rodríguez Zapatero.
"Los cuatro mandatarios ­agrega- defienden la idea de una tasa internacional (a la que se opone con ferocidad Estados Unidos) aplicada a las transacciones financieras y al comercio de armas. Lula ha repetido que los gastos de armamento movilizan medios financieros, materiales y humanos que podrían invertirse en programas sociales. El objetivo es encontrar una solución nueva solidaria, fácil de aplicar, para transformar un mundo en el que coexisten una miseria extrema y una inmensa prosperidad.
Y para reducir los grandes riesgos geopolíticos que eso significa".
Desde Rio de Janeiro, el corresponsal de "Brecha" Ricardo Soca define la Cumbre mundial contra el hambre y la pobreza en estos términos:
"A pesar de la oposición de Washington, el tema del hambre, planteado en Naciones Unidas por el presidente Lula, fue bien recibido por gobernantes de todo el mundo, y los brasileños esperan que se convierta en una de las prioridades de la agenda política internacional", hoy absorbida por los temas de la seguridad y el combate al terrorismo
Retorno al profeta Isaías
Continúa: "A partir del programa Hambre Cero (que alcanza a 5 millones de familias y llegará a fin de año a 6,5 millones) Lula quiere comprometer a los gobernantes de los países ricos a enrolarse en un combate mundial contra el hambre y la pobreza".
Precisa que en el caso de las armas se gravaría a los armamentos pesados cuyo comercio es registrado por la ONU y asciende a unos 900 mil millones de dólares, mientras que para las transacciones financieras el gobierno brasileño propone un impuesto de 0,01 por ciento.
El tema se vincula al desarrollo de las naciones y a la creación de puestos de trabajo, y también a la lucha por la seguridad internacional.
Recuerda en tal sentido el concepto de Lula al abrir el martes el debate en la Asamblea General:
"No habrá seguridad ni estabilidad en el mundo mientras no construyamos un orden más justo y democrático", y su invocación final al profeta Isaías:
"La paz sólo llegará como consecuencia de la justicia".
Los días 22 y 23 Montevideo fue sede del Encuentro del socialismo latinoamericano con participación de dirigentes de nueve países de la región, según los cuales se vive un momento favorable en América Latina, recorrida por un viento fresco y con perspectivas ciertas de avances en varios países en la lucha contra el neoliberalismo, por la justicia social, la paz y la libertad.
Socialistas y OEA
En ese marco, los socialistas expresan su apoyo a "las iniciativas de combate al hambre en todo el mundo, particularmente las impulsadas en la ONU desde el gobierno de Brasil por el presidente Lula".
Incluso en la OEA, en la rotación de la presidencia del colombiano César Gaviria al costarricense Miguel Angel Rodríguez, éste reconoció en su discurso de asunción (el jueves 23, en la sede de Washington) que "la pobreza, la inequidad y la exclusión" siguen azotando a las naciones.
Es sin duda el gran problema del mundo y de nuestra América, y es mérito de Lula haberlo colocado en el centro de la escena. *