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Latinoamérica

Como muere un niño de tres años

En la Comuna 13 de Medellín, tras el juego inocente de los niños, se escondía el hambre y el abandono. Meses atrás Álvaro Uribe Vélez, al ser elegido Presidente, ordenó a sus tropas: "recuperen la Comuna a sangre y fuego". Soy médico y me enseñaron a tratar el cuerpo enfermo, pero muy poco del alma y casi nada de dignidad. La dignidad la aprendí por mi cuenta. Con mis pacientes he entendido el verdadero estado de un país gobernado por asesinos, escribe desde Colombia Pablo Dalton.

Pablo Dalton*
Medellín COLOMBIA

Me lo contó Elena, su tía.
Llegó a mi consultorio preocupada por un "dolor bajito". Después de una pequeña charla sobre su dolencia me contó la verdad de su dolor: tenía partida el alma.
Eran largas las escaleras y estrechos los callejones donde Juan vivió sus primeros años. Allí, en medio de los muchos, los hambrientos, los vilipendiados... construyó sus primeras ilusiones. Le gustaba jugar con carritos y patear duro la pelota.
En la Comuna 13 de Medellín, tras el juego inocente de los niños, se escondía el hambre y el abandono. Meses atrás Álvaro Uribe Vélez, al ser elegido Presidente, ordenó a sus tropas: "recuperen la Comuna a sangre y fuego". Desde entonces Ejército y paramilitares, mediante la intimidación, el asesinato y la tortura, ejercen el control militar de decenas de barrios.
Juan tenía 3 años, había transcurrido su corta vida en medio de la laceración física y moral de la pobreza. Su madre también le faltó tempranamente, pues su oficio de prostituta no le permitió ocuparse del pequeño. Los ojos de Juan expresaban el dolor acumulado. Sólo le quedaba su padre.
Miguel quería mucho a su hijo. Desde que Juan tenía pocos meses le tocó asumir de papá y mamá al mismo tiempo. Alternaba su tiempo entre el trabajo en la construcción y el cuidado de su hijo.
Eran las 07:25 a.m. de un día de agosto del año 2004. Miguel y su hermano Oscar salieron con Juan para dejarlo donde sus tías en el otro extremo de la ciudad y luego dirigirse a su trabajo. En el camino, su bus fue interceptado por los paramilitares. Se montaron al bus e hicieron bajar a todo el mundo. Señalaron a Miguel y a Oscar y sin mediar palabra los obligaron a tenderse en el suelo y los amarraron.
Juan lloró y comenzó a gritar: "papi, papi..." Un paramilitar sujetó al niño por la espalda, levantándolo unos centímetros del suelo, mientras los demás le decían: "vas a ver cómo matamos a tu papá".
Delante del niño los paramilitares le dispararon varias veces a Miguel y a Oscar, luego les sacaron los ojos y les propinaron múltiples puñaladas en los cuerpos, mutilándoles los dedos y los genitales.
Helena lloró mucho mientras me lo contaba...
Soy médico y me enseñaron a tratar el cuerpo enfermo, pero muy poco del alma y casi nada de dignidad. La dignidad la aprendí por mi cuenta. Con mis pacientes he entendido el verdadero estado de un país gobernado por asesinos.
Estos asesinos viles, psicópatas infames... son dirigidos por Álvaro Uribe Vélez desde la Casa de Nariño y tienen representantes en el Congreso de Colombia como Rocío Arias, Germán Lleras y Gina Parodi.
Ahora Juan, un pequeño de 3 años, casi no duerme y come muy poco. Sólo habla para contar cómo asesinaron los paramilitares a su papá. A Juan no sólo le mataron a su padre, le asesinaron el alma.
Ayer soñé con Juan, con sus ojos tristes y su mirada perdida, su corazón destrozado...
Soñé también con la justicia y con la libertad. Vi a millones de pobres marchando por las calles. Corrían y gritaban en medio de explosiones, clamando: "justicia... libertad...¡viva el pueblo unido!.
También vi descender desde las montañas miles de guerrilleros que se unían al clamor popular. Todos juntos combatiendo por la vida y construyendo la esperanza.
En medio de la multitud pude distinguir a Juan, venía con ellos, me miró a los ojos y me dijo: "sólo la Revolución ha hecho justicia".
"ES CRIMINAL QUIEN PROMUEVE EN UN PAÍS LA GUERRA QUE SE PUEDE EVITAR, Y QUIEN DEJA DE PROMOVER LA GUERRA INEVITABLE" José Martí.
*Medico colombiano