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Latinoamérica

Nicaragua: a 25 años de la victoria de 1979

Un frente Sandinista, varios Sandinismos, muchos Sandinistas....

Por Sergio Ferrari

Dirigente gremial de larga data, Mario Malespín fue uno de los principales promotores de la larga resistencia contra la privatización de las comunicaciones (TELCOR) en los años noventa. Despedido por su compromiso sindical, reincorporado simbólicamente por algunos días, volvió a ser echado de su puesto de trabajo en 2002 y sigue luchando por su reintegro.
Militante sandinista histórico, lúcido analista, voz permanentemente crítica, su análisis sobre la Nicaragua actual facilita la comprensión de una de las realidades más complejas de todo el continente latinoamericano.

EL FSLN NO REPRESENTA TODO EL SANDINISMO P: A 25 años de la victoria popular de 1979 y a 14 de la derrota electoral de 1990, ¿ qué es hoy el Frente Sandinista (FSLN)? El FSLN renunció a la toma del poder por la vía armada y propugna volver a conseguirlo dentro del marco jurídico, es decir, por la vía electoral.
Partiendo de esta definición, el FSLN asumió una estructura partidaria "electoralista" que se activa en los períodos pre-electorales y electorales y luego pasa a un estado de reposo casi absoluto, sin ningún trabajo en la base. Por otra parte, con una capacidad económica limitada -si se la compara cuando era poder- las estructuras del partido son sumamente débiles. Se privilegia a los cuadros que demuestran una verdadera lealtad hacia la dirigencia del partido.
P: Hay muchas personas que se consideran sandinistas sin ser parte de la estructura del partido ¿ Cómo se podría definir hoy al sandinismo? El sandinismo es sumamente amplio, representa una posición antiimperialista para unos, nacionalista para otros, de izquierda verdadera para otros tantos, revolucionaria para muchos. En este sentido podríamos hablar de dos tipos de sandinismos. El que sobrevive al tiempo, que exige al FSLN una posición acorde a los postulados de la Revolución Sandinista, de principios coherentes y clasistas. Y un sandinismo fiel a la dirección del partido, de respaldo total a cuanta decisión tome dicha cúpula. Este último sector, cada vez más minoritario, es el conocido como "danielista" (ndr por el ex-presidente Daniel Ortega, siempre secretario general del FSLN).
P: Hablaba de estructuras partidarias muy debilitadas...
La vida partidaria dentro del FSLN es sumamente reducida. Para cumplir con el reglamento interno que exige estar al día en la cotización - condición indiscutible para ir en la lista del Frente-, los candidatos pagan años de cuotas atrasadas , ya que muy pocos cotizan con regularidad o tienen una militancia orgánica sistematica.
P: ¿Cuál es la relación entre Frente Sandinista y movimento social? El movimiento social se ha venido debilitando y distanciando del FSLN por dos razones. Si los dirigentes de ese movimiento son « pro-danielistas », las bases se alejan, lo cual lo debilita. Si por el contrario, los líderes son independientes y se proyectan con cierta fuerza, muchas veces es la dirección del partido que recorta este liderazgo. Eso ha llevado en ciertos casos a la división interna o a que sus luchas hayan sido prácticamente ignoradas por la estructura partidaria.
Es evidente, que cada vez con más decisión, el movimiento social está buscando establecer alianzas con la denominada "sociedad civil", que en el caso de Nicaragua no es más que la agrupación de organismos no gubernamentales y algunos "notables" que influyen la opinión pública.
P: En los últimos años se percibe en Nicaragua un zig-zag permanente de movilizaciones/explosiones sociales (estudiantes, trabajadores del café, lucha contra la privatización etc) y luego "caídas" y desmovilizaciones.....¿Es correcta dicha interpretación ? A partir del gobierno de doña Violeta Barrios de Chamorro que ganó las elecciones del 90, el poder de turno ha impulsado una estrategia de debilitamiento de las luchas sociales y división de los movimientos que las impulsan. Las verdaderas reivindicaciones sociales se han visto empañadas por la « partidización » y manipulación interna de las mismas. Esto ha sido aprovechado por los distintos gobiernos para "negociar" parcialmente, debilitando la lucha global e impidiendo la unidad de todos los conflictos.
Por otra parte, no existe una dirección orgánica de estas luchas ni una verdadera alianza de los diversos sectores. Existen sobradas experiencias en estos últimos 14 años de conflictos sectoriales resueltos a medias, en tanto se deja al resto sin respuesta. El FSLN, en tanto fuerza que busca ganar elecciones, apoya puntualmente a los sectores en lucha que le puedan aportar votos, pero sin comprometer estratégicamente sus pretensiones electorales.
Por ejemplo, si la opinión pública - es decir la opinión de los dueños de medios de comunicación-, critica enérgicamente una lucha, el FSLN toma distancia de la misma para no comprometer su "raiting" electoral.
A veces pareciera que al FSLN no le interesa un movimiento social fuerte, unido y organizado. Daría la impresión que pretende mantener su liderazgo social por la vía de ser la única alternativa para solucionar los problemas sociales a su manera, es decir, negociando a la par de la solución de los problemas sus propias cuotas de poder en las diferentes instancias del Estado. Esto le permite lograr dos objetivos. Por una parte, impedir que surja otra alternativa viable de izquierda que podría entrar en competencia. Por otra, al reivindicar estas luchas, mantiene su estatus de principal interlocutor del Gobierno y de las demás fuerzas políticas y económicas en el país.
SEÑALES DE ESPERANZA DEL MOVIMIENTO SOCIAL P : ¿ Hay signos indicativos de fortalecimiento del movimiento social ? Existe una experiencia reciente dentro del marco de la lucha contra la globalización y particularmente contra el Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA). En noviembre del año pasado se realizó una enorme movilización "autoconvocada" por el "Movimiento Social de Nicaragua" integrado informalmente por sindicatos, estudiantes universitarios, grupos de mujeres, ONGs, movimiento comunal y otros sectores. Se demostró que no sólo el FSLN tiene capacidad de convocatoria. Esta experiencia, aunque débil todavía por su característica de organización horizontal, sin liderazgo visible - y sin tensiones internas de poder- puede llegar a significar el nacimiento de una alternativa popular con perspectivas en el mediano o largo plazo, ya sea dentro o fuera del FSLN. Pero falta mucho camino que recorrer todavía. No significa en el corto plazo un peligro para el sistema, pero sí es una luz de esperanza para el futuro.
P: ¿ Cómo caracterizaría al actual gobierno y a las actuales fuerzas de oposición? El actual gobierno Bolaños ha sido, a mi parecer, el más *pro-yanki* que ha existido en la historia de Nicaragua. Acepta la ingerencia norteamericana en la vida interna del país. Es un precedente peligroso, de manera tal que en el futuro, cualquier gobierno que trate de revertir esta práctica será visto como enemigo del imperio y por lo tanto sujeto de sanciones políticas y económicas.
Por otra parte, pienso que el FSLN está tocando fondo con sus reservas de militantes incondicionales. Esto obligará a una apertura democrática del partido o, de lo contrario, a su desaparición como alternativa de poder.
Esta apertura dará espacio a sectores que aún se plantean un proyecto de sociedad de izquierda y por lo tanto más aglutinador de los intereses de los pobres que son la inmensa mayoría en Nicaragua. Esto conllevará a un fortalecimiento de las posibilidades de la toma del poder por parte de sectores del FSLN no ligados a la corrupción, al enriquecimiento desmedido de los actuales líderes, no comprometidos en pactos políticos con la derecha.
El tercer actor, el Partido Liberal Constitucionalista del ex-presidente Arnoldo Alemán, está sumamente golpeado por la corrupción. Esta situación abre grandes posibilidades para el FSLN en las elecciones municipales de noviembre próximo. Por otra parte, muchos de los principales candidatos sandinistas para esas elecciones son compañeros y compañeras no ligados a la cúpula partidaria y esto puede marcar una tendencia positiva dentro del Frente.
P: ¿ Un actor un tanto olvidado en el último tiempo..., cuál es la situación actual de las organizaciones sindicales? El movimiento sindical ha tomado conciencia de su debilidad. Si no hay trabajadores formales no hay fuerza sindical. La alternativa que se ha planteado es la unidad con los diferentes sectores sociales, ya no por una lucha reivindicativa tradicional, si no por una lucha política que plantee un cambio de las reglas del sistema. No existe otra salida. Los empleos informales, los contratos temporales, la flexibilidad laboral, la destrucción de la capacidad productiva nacional resultado de la invasión de mercancías a muy bajo precio producidas en zonas francas o subsidiadas, plantean un futuro poco promisorio para el movimiento sindical que fue en otros tiempos principal punta de lanza del movimiento social. Está por verse si la dirigencia sindical es capaz de asumir este cambio en su mentalidad histórica y si los otros sectores que miran con cierto temor los métodos de lucha del movimiento sindical están dispuestos a integrarse a una movilización común por los cambios sociales.
El sindicalismo tiene la enorme ventaja de poder organizarse con relativa facilidad, a pesar de la represión. Cada vez se mira como más factible la unificación paulatina de los sindicatos. Ya existe una buena experiencia en los sectores salud y educación. Se están logrando acuerdos alrededor de la negociación del salario mínimo... Definitivamente algo está pasando y hay señales de una nueva dinámica social. Hasta dónde llegará, sólo el tiempo lo podrá decir.
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Nicaragua: 25 años después de la victoria sandinista
LA ESPERANZA SIGUE ESTANDO ABAJO Sergio Ferrari ___________________________________________________________________________ 19 de julio de 1979. El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) derrota a la dictadura somocista enquistada desde cuarenta años en el poder y abre una página tan novedosa como original de la historia contemporánea latinoamericana. La nueva *cosmovisión* sandinista se basa en un programa simple y humanista que reposa en cuatro pilares: economía mixta; pluralismo político; no-alienamiento internacional y desbordante participación popular -que incluye a miles y miles de creyentes comprometidos-. « Entre cristianismo y revolución no hay contradicción» se convirtió en una consigna clave del proceso en marcha. « La solidaridad es la ternura de los pueblos», motorizó una nueva axiología, internacionalista para algunos, fraternal-universalista para otros. Un cuarto de siglo después, dos preguntas esenciales interpelan a fondo: ¿ A dónde ha ido a parar Nicaragua?; ¿ Hay lugar todavía para la solidaridad? ___________________________________________________________________________ DE NACION DISTINTA A UNA MAS DEL MONTON Otrora país de «ilusiones» y sueños populares, Nicaragua es hoy la segunda nación más pobre del continente -apenas por delante de Haití- y en casi nada se diferencia de cualquier otro país de la región.
Una de cada cuatro personas en edad de trabajar sufre el desempleo total; dos de cada tres padecen del desempleo *encubierto* y realizan pequeñas actividades informales. El contar con un trabajo formal, aunque privilegio de pocos, no significa estabilidad ni bonanza. 60 % de la población cuenta hoy con menos de 1.30 Franco diario. Mientras los obreros agrícolas -en un país donde este sector porduce el 70 % de los ingresos nacionales- tienen salarios de 52 Frs mensuales, los trabajadores del Estado oscilan en los 104 Francos y el sector privado no llega a los 200. La canasta básica de 53 productos cuesta en la actualidad 364 Frs.
Desde 1990 el Fondo Monetario Internacional (FMI) promovió reducciones de salarios en el sector público de hasta 44 %; más de 300 pequeñas empresas estatales fueron privatizadas en los primeros cinco años pos-sandinistas y otras grandes, como la de comunicaciones (TELCOR), que era rentable, sufrieron igual suerte.
Dramática realidad de una nación que importa cada año casi por 2 mil millones de francos y que logra exportar apenas 780 millones. Y donde los más de mil millones de francos anuales que entran en concepto de remesas familiares, enviadas por trabajadores nicaragüenses que viven en el extranjero, se convierten, paradójicamente, en el principal ingreso de este país reconvertido en tres lustros en el paraíso de los privilegios y la polarización social. Sólo en Costa Rica residen hoy casi un millón de nicaragüenses -muchos de ellos en situación ilegal-, parte sustantiva de ese torrente imparable de emigración económica que explotó en los noventa.
La revolución duró poco. Apenas once años distanciaron julio del 79 de febrero del 90, cuando el sandinismo fue derrotado en las urnas.
Instalándose, entonces, una seguidilla de tres gobiernos sucesivos, todos neo-liberales, encabezados por Violeta de Chamorro, Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños, en el poder hasta 2006.
Catorce años de brusco retroceso de Nicaragua, donde los sucesivos « ajustes » recetados por el FMI y el Banco Mundial desmantelaron casi todas las conquistas populares y donde la lógica del mercado trituró el intento de democracia participativa sandinista.
Queda muy atrás la Cruzada Nacional de Alfabetización que en cinco meses, a partir de agosto de 1979, redujo el analfabetismo somocista del 53 % al 12 %. Hoy , nuevamente, casi el 40 % de los niños en edad escolar no acude a la escuela; dos de cada tres de los que asisten a clases no concluirá el ciclo secundario; el analfabetismo remontó a casi el 50%.
La salud pública para todos basada en la participación ciudadana en las grandes campañas de vacunación preventiva -que eliminó por ejemplo la poliomelitis- se esfumó completamente, retornándose a la lógica de salud para los ricos y enfermedad para los pobres.
La reforma agraria -aunque imperfecta y frágil- que benefició a miles de campesinos se rindió ante el acelerado proceso de reconcentración de tierras. Y la identidad nacional no-alineada de la Nicaragua sandinista derivó en un automático seguidismo de las directivas de Washington, con soldados nicas apoyando la coalición en Irak y con la apuesta ciega de Managua en un Tratado de Libre Comercio (TLC), que bajo el imperio absoluto del dólar está llamado a duplicar la dependencia.
« Nuevo modelo » que empujó a 1 millón 300 mil personas (25 % de la población total) a la miseria total: no saben leer ni escribir; no tienen acceso a los servicios de salud, educación y agua potable; padecen malnutrición severa y registran una tasa de mortalidad menor a los 45 años.
CUANDO DAVID INTENTO DERROTAR A GOLIAT En 1987, el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, condenó al gobierno de Estados Unidos a pagar una indemnización en torno a los 17 mil millones de dólares en concepto de pérdidas directas e indirectas sufridas por Nicaragua en la guerra impulsada por el gobierno republicano de Ronald Reagan. ¡Cifra equivalente a cincuenta años de exportaciones según los montos de aquel entonces o 25 según las cifras actuales! Conflicto que en casi diez años causó no menos de 30 mil víctimas; polarizó al extremo la sociedad nicaragüense; alteró la lógica política; puso a la defensiva el novedoso programa sandinista y condenó a la derrota electoral al FSLN en el 90. Sin embargo, lo consecuencia más grave de esa agresión fue la profunda ruptura del tejido social y el desvanecimiento de una « utopía realizable » que se había corporizado en la insurrección de julio del 79.
Efecto secundario de ese conflicto y de sus corolarios políticos, el desgaste profundo del FSLN que dejó de ser la opción referencial de toda una nación para convertirse en un partido opositor más de un juego democrático formal. Como en la mayor parte de países latinoamericanos, la clase política - y como parte de ella el mismo Frente- se encierra cada vez más en una minúscula burbuja de privilegios, impermeable a las necesidades y reivindicaciones de las grandes mayorías.
Y ante esa artereoesclerosis partidaria, nuevos conflictos y actores sociales han ido despuntando, con vitalidad propia, subidas y bajadas y ritmos cíclicos.Casi siempre dirigidos por militantes populares de los setenta y ochenta pero en este caso sin apoyo orgánico partidario ni orientaciones de arriba para abajo. Capitalizando la experiencia participativa del sandinismo, su raíz cuestionadora, y sin preocuparse mucho por el actual rol pasivo , en la mayoría de los casos, de la verticalista estructura partidaria.
Movilizaciones campesinas por trabajo y tierra de los trabajadores agrícolas de Matagalpa,rica región exportadora de café, donde hoy, según cifras oficiales, uno de cada tres de sus habitantes sufre de desnutrición.
Acampadas por semanas frente al parlamento nacional de ex-trabajadores de las transnacionales bananeras afectados, algunos a muerte, por el Meganón y otros químicos para exigir reparaciones. Grandes protestas contra los intentos de privatización del agua, especialmente en la capital. Constantes y reiteradas luchas estudiantiles reivindicando el 6 % del presupuesto nacional para ese rubro. Masivas movilizaciones ciudadanas contra la corrupción y por el enjuiciamiento de los altos funcionarios públicos -entre ellos el ex-presidente Arnoldo Alemán- involucrados en numerosos delitos contra fondos públicos...
TERNURA ENTRE LOS PUEBLOS:RECREAR LA SOLIDARIDAD Una veintena de internacionalistas perdieron su vida en Nicaragua durante la década sandinista. En la mayoría de los casos, como producto de acciones militares de los grupos contrarrevolucionarios. Detrás de esas víctimas; miles de brigadistas y cooperantes solidarios que llegaron a Nicaragua.
Y un interminable tejido de Comités; Hermanamientos entre Ciudades, Movimientos y grupos cristianos; ONG, asociaciones, comunidades y sindicatos que multiplicaron su solidaridad con la revolución sandinista, canalizándola, en su gran mayoría a través del FSLN o de entes gubernamentales.
Nicaragua necesitó 20 años para llegar en el 2002 al nivel de vida pos-insurrección y pre-guerra de 1982, que distaba mucho de ser floreciente. La realidad económico-social sigue siendo tran drámatica como entonces.
A la guerra le sucede un modelo económico de exclusión tan criminal como la estrategia bélica de los ochenta. Argumento suficiente para pensar en la pertinencia de un renovado apoyo activo. La ternura entre los pueblos significa hoy, como desafío reconstruir la solidaridad. Con un obstáculo mayor: no existe hoy una propuesta de Nación, seductora, única y atrayente, como la que propusiera en los ochenta el sandinismo. Con un elemento favorable clave: lentamente se multiplican nuevos actores y luchas sociales, hijas directas de la experiencia de los ochenta, pero con una renovada autonomía y distante de toda rigidez dogmática.
Luego de tanto debacle, reconstruir la solidaridad implica, antes que nada, repensarla. Y sobre todo, identificar y sostener esos nuevos actores y experiencias sociales -sea en el mundo cristiano, en los medios de comunicación alternativa, en las asociaciones barriales y campesinas. Con un elemento adicional importante: a la luz del nuevo movimiento alter-mundialista en crecimiento la lógica de la solidaridad internacional exige nuevos conceptos y prácticas: muchos más horizontales, de ida-vuelta, de intercambios recíprocos y construcción mutua; de fortalecimiento de redes. Ejercicio tan desafiante como innovador. Y sobre todo, portador de utopía renovada.