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Latinoamérica

La guerra sucia es de los paramilitares

FARC responsabilizan a los paras y a la clase dirigente de Norte de Santander de la guerra sucia. Campesinos dicen que las "AUC" no se han ido y que actúan con la complicidad de las autoridades. Recuerda el comunicado que esa organización guerrillera resistió a la presencia paramilitar en la región del Catatumbo y la Provincia de Ocaña, que sólo fueron ocupadas "después de un gran despliegue aerotransportado con desembarcos nocturnos de tropas de la V brigada". La misma estaba comandada por el general Martín Orlando Carreño, ahora comandante del Ejército Nacional.

Del corresponsal VOZ Cúcuta, Colombia

Al tiempo que la agencia de noticias ANNCOL desmentía que hubiera divulgado un comunicado oficial de las FARC-EP, en que éstas reconocían la responsabilidad en los hechos de las 34 personas asesinadas en La Gabarra, municipio de Tibú, departamento de Norte de Santander, hace dos semanas, el Estado Mayor del Bloque del Magdalena Medio del grupo insurgente, en un comunicado del 17 de junio pasado, señaló que la situación de inestabilidad en la región del Catatumbo, comenzó el 29 de mayo de 1999 cuando en la zona irrumpió el paramilitarismo "con el apoyo de las Fuerzas Armadas oficiales y con el visto bueno de la clase dirigente del Norte de Santander".
Señalamiento gratuito ANNCOL desmintió a los medios que utilizaron de forma tendenciosa un artículo de opinión de uno de sus colaboradores, que para nada compromete a las FARC-EP.
Con base en las opiniones del autor y coligiendo de manera gratuita que ANNCOL es la agencia de las FARC, el gobierno y los medios "corroboraron" la supuesta responsabilidad del grupo guerrillero en este hecho trágico, para montar una campaña nacional e internacional contra las ONG por "complicidad con los terroristas".
En el comunicado oficial del Bloque del Magdalena Medio, que los medios ignoraron, se dice que desde 1999 los paramilitares se dedicaron a ejecutar masacres y crímenes contra la población civil. "Se trataba de pasarle la cuenta de cobro a sus habitantes por parte del Estado por las masivas movilizaciones campesinas que reclamaban por el abandono y el estado de postración en que se encontraban.
Movilizaciones que dieron origen a un promisorio movimiento regional que levantaba las banderas de la paz con justicia social que estaba proponiéndole al Estado salidas incruentas al fenómeno de los cultivos ilícitos", asegura.
La principal causa Para las FARC es ésta "la causa fundamental por la cual desde hace cinco años no hay día en que no se asesine, se desaparezca, se torture, humille o desplace a los moradores de la región del Catatumbo y la provincia de Ocaña por parte de la fuerza pública paramilitar".
Recuerda el comunicado que esa organización guerrillera resistió a la presencia paramilitar en la región del Catatumbo y la Provincia de Ocaña, que sólo fueron ocupadas "después de un gran despliegue aerotransportado con desembarcos nocturnos de tropas de la V brigada". La misma estaba comandada por el general Martín Orlando Carreño, ahora comandante del Ejército Nacional.
Denuncia el comunicado, que "desde el mes de abril del año en curso se viene desplegando una ofensiva de la fuerza pública paramilitar en las veredas Barranca, Hoyo Pilón, El Brandy, El Suspiro, El Castillo, Guadalupe, Río Chiquito y La India en jurisdicción del corregimiento de La Gabarra, dejando a su paso un incontable número de campesinos asesinados, desaparecidos y desplazados". Hasta el momento no se conoce pronunciamiento alguno del Gobierno Nacional y de otras autoridades por esa ola de crímenes y de asesinatos.
Dicen las FARC que el Defensor del Pueblo no se puede rasgar las vestiduras cuando él es de esta región y conoce muy bien la situación.
Opinan campesinos VOZ habló con varios campesinos y dirigentes cívicos de La Gabarra, en la actualidad asediados por el paramilitarismo y la represión, quienes aseguraron que no es cierto que las "AUC" se hayan ido de la zona.
Están en el Catatumbo y hacen retenes a pocos kilómetros de las bases militares. La convivencia es flagrante. Al tiempo, controlan la economía cocalera sin ningún obstáculo o represión de los agentes antinarcóticos, incluyendo la DEA, cuyos agentes circulan por esta región como si fuera su propia casa.
El cuadro de la situación del Catatumbo es dramático. La guerra sucia la adelanta el paramilitarismo de la mano de los agentes oficiales y son los usufructuarios de la economía cocalera. En Cúcuta todo el mundo conoce como el real poder es el de los capos paramilitares, que penetraron todas las instituciones y las manejan desde la sombra. Es la realidad del problema, que el gobierno pretende ocultar torciéndole el cuello a la verdad.