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Latinoamérica

La verdadera paz es más que voluntad

ELN
Revista Insurrección

La paz es una aspiración sentida por el pueblo colombiano. Ante las décadas y décadas de violencia, de guerra sucia, de injusticia y exclusión social, es lógico que se sueñe con soluciones ciertas que no se aplacen indefinidamente. El ELN comparte esta aspiración justa y no escatima esfuerzos por llegar a ella.

Resolver el conflicto interno es todavía posible. Tiene, desde luego, dificultades y entrabamientos de gran calado que requieren abordarse y superarse, para construir el nuevo país.

La represión brutal, la judicialización de las organizaciones y la penalización de la protesta social, el zarpazo a los derechos laborales y los despidos masivos de los trabajadores, el recorte de la seguridad social y el incremento de las obligaciones tributarias, y otros más, son detonantes de las explosiones sociales que agudizan el conflicto.

En consecuencia, además de voluntad política y sensibilidad humana, se requiere generar condiciones que desactiven las causas que originan el conflicto social, desbrozar los obstáculos que impidieron se forjara la identidad de nación, se uniera el país en torno a propósitos y un futuro común de esperanzas, de desarrollo con bienestar, justicia social, democracia real y dignidad. Y estos retos es posible cumplirlos solo con la participación activa de la sociedad colombiana.

Identidad y unidad que la oligarquía no fue capaz de construir, o no quiso, en estos ciento ochenta y cinco años de vida, libres del colonialismo español.

La paz es mucho más que solucionar el conflicto armado. Es trabajar por resolver los grandes problemas como liberar al 66% de los colombianos de la pobreza y a la mayoría nacional de la exclusión social, el sin futuro y la dependencia; es también desarticular las trampas de quienes pretenden continuar engañando al país para que siga lo mismo, o tal vez peor.

La oligarquía colombiana y sus gobiernos han pretendido hacer de los procesos de paz el espacio para la rendición de las guerrillas, con mínimos costos. Y desde luego es la cartilla de Uribe Vélez.

Algunos, equivocadamente interpretan que desarrollar iniciativas y trabajar por la paz, significa estar en los huesos, estar aniquilado y a las puertas de permutar el proyecto de país por el que se combate, por un puñado de lentejas.

Quienes piensan así, no conocen la ética y dignidad del ELN. Desde el inicio rechazamos la propuesta del gobierno de Uribe, vacía de propósitos de paz y de soluciones a las causas originarias del conflicto y, en cambio, saturada de espíritu guerrerista, que considera fácil y en corto tiempo someter militarmente a la insurgencia experimentada y amedrentar al movimiento social en resistencia.

Y si no tiene otra propuesta para la paz real... entonces, ¿de qué paz quiere hablar Uribe?

El ELN tiene propuesta de paz, estrategia y mecanismos para avanzar en esa dirección. La propuesta expuesta por Francisco Galán en el Foro Internacional sobre Minas Antipersonales y Acuerdo Humanitario, es una parte de ella que abordaría en el momento más oportuno y en el espacio adecuado.

Pero además confía profundamente en el pueblo colombiano y está convencido que en cualquier iniciativa para resolver el conflicto interno tiene que estar presente la sociedad, participando activamente; pues es quien puede urdir y generar condiciones para que la paz se imponga, sobre las injusticias sociales y los estragos de la guerra.

Es urgente parar la devastación social que está implementando el gobierno de Álvaro Uribe, es necesario brindar un espacio político amplio donde el protagonista sea el pueblo, que en heroica resistencia confronta las leyes represivas y la barbarie de este terrorismo de Estado.

La paz es una constante en la agenda de actividades del ELN, en las iniciativas con comunidades y organizaciones sociales y, en las últimas semanas, con la propuesta que se hizo a gobiernos locales y regionales que dicen encarnar proyectos sociales alternativos. Una y otras iniciativas pretenden que, al menos regionalmente, se avance en condiciones favorables para ir haciendo posible la solución política al conflicto.

Y es dentro de nuestra agenda abierta para la paz, que se recibe positivamente el planteamiento del presidente Vicente Fox de México. En el comunicado se le hace saber que se quiere conocer e intercambiar sobre la propuesta que tiene su gobierno.

Dicha iniciativa está en correspondencia con la estrategia de paz del ELN, la cual valora como positivo que la comunidad internacional apoye los esfuerzos en la búsqueda de la paz en Colombia, como facilitadores y sin ingerencias indebidas. Igual seguimos invitando a los gobiernos amigos que han venido trabajando para este objetivo.