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Latinoamérica

Plan Puebla-Panamá atiende a intereses estadounidenses

Adital

En el mes de marzo de 2004 el continente americano ha visto renacer el proyecto creado para promover el desarrollo de nueve estados del sureste de México, y las siete repúblicas centroamericanas, zona de escasos flujos de capital privado y público, con indicadores socioeconómicos solo por encima en este hemisferio de los de Haití y Bolivia: el Plan Puebla Panamá (PPP).

Pero la nueva fase del PPP, iniciada por el presidente mexicano Vicente Fox durante visita a países centroamericanos entre 24 y 26 de marzo, cuenta con nuevas estrategias de implementación y con horizontes más amplios, que no se limitarán al pasillo entre Puebla, en México, y el Estado de Panamá.

El por qué de la retomada

La concretización del plan estuvo paralizada por distintas razones, siendo la principal la dificultad económica. El ambicioso proyecto lanzado por el presidente Fox en 2001 ha sido concebido como un plan de realización de megaobras de infraestructura viaria, comunicacional y energética, en el mejor estilo desarrollista, que atraerían empresas privadas para invertir en la región de un millón de kilómetros cuadrados y 65 millones de habitantes de ocho países, con aproximadamente el 50% de este total clasificados como en situación de pobreza extrema.

Sin embargo en 2002 el PPP no logró obtener el financiamiento esperado por el gobierno mexicano. Entre las varias causas se encontraba el desplome en la economía mexicana y mundial tras el 11 de septiembre, la negación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de brindar créditos al gobierno mexicano para el PPP a las tasas preferenciales que otorgó para el mismo propósito a los gobiernos centroamericanos, y el efecto contraccionista que produjeron los recortes hechos al presupuesto federal mexicano cuando la economía del país entró en recesión. Tampoco se materializó el financiamiento de la iniciativa privada.

A la escasez de recursos se ha sumado el completo rechazo de la población de las localidades afectadas por el proyecto. "Para la sociedad civil de México y Centroamérica se hizo evidente que las obras de infraestructura proyectadas por el PPP no representaban ningún esfuerzo de desarrollo social. ¿Desarrollo para quién, con el dinero de quién, en beneficio de quién y decisiones tomadas por quién? son las preguntas que hoy se hace la sociedad civil", comenta el Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria (Ciepac), que viene acompañando el PPP desde el lanzamiento.

Desde el origen, el PPP ha ignorado no solo la opinión sino también la misma composición poblacional de la región, particularmente la especificidad de los numerosos pueblos indígenas que habitan los territorios atingidos por el proyecto. La instalación del PPP ha encontrado incluso oposición armada del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, pues conforme ha reiterado diversas veces el subcomandante Marcos, "cuando menos en las montañas del sureste mexicano, no se permitirá, por ningún motivo, su implementación".

Pero no sólo la población ha criticado el PPP, ya que mismo los estados mexicanos contemplados por las obras han amenazado retirarse del proyecto. El reclamo de los estados participantes se debía a la "mucha desinformación" acerca del plan, el retraso del financiamiento, el "centralismo" con que se diseñó y la "marginación de que han sido objetos en la toma de decisiones". Pero las disidencias han sido borradas a través de presiones federales para la retomada del plan.

Con relación a las divergencias entre los países integrantes del PPP, los esfuerzos de Fox no han logrado ocultar la falta de acuerdo entre éstos en referencia a los diversos puntos del proyecto. En marzo, la VI Reunión del Mecanismo de Tuxtla, organismo que reúne la comunidad mesoamericana (Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá), para tratar justamente de la retomada del plan ha sido realizada con la ausencia de cuatro de los siete mandatarios centroamericanos.

"Consulta" en vez de participación popular

Por cuenta del repudio popular, durante cerca de un año y medio (junio 2002-noviembre 2003), la publicidad sobre el PPP también se ha congelado, como las obras por falta de inversiones, pues señalar un emprendimiento como del PPP era equivalente a movilizar a la sociedad civil en su contra y arriesgar su bloqueo, retraso o cancelación como, de hecho, ha ocurrido en varios puntos de su geografía.

La estrategia, mientras se diseñaba la actual, era seguir adelante con las obras, en la medida en que lo permitiera la situación financiera y social, mas no llamar atención a ellas. Ya terminadas e inauguradas, las obras podrían atribuírsele al PPP, como hizo Fox en su reciente gira a Centroamérica.

Para revertir la reprobación popular, el proyecto pasó a contar con la asesoría de la agencia de publicidad estadounidense Fleishman-Hillard, contratada por el BID por alrededor de 1 millón de dólares. Con base en sus recomendaciones, la nueva estrategia consiste en subir el perfil en lo declarativo a los aspectos sociales, particularmente con respecto a los pueblos indígenas y a la necesidad de realizar consultas publicas sobre el Plan. Por ejemplo, en Guatemala recientemente, Fox declaró que "el PPP es un proceso de desarrollo regional que tiene que ver principalmente con personas, familias y, particularmente, con comunidades indígenas".

De hecho actualmente el gobierno mexicano promueve consultas entre las comunidades indígenas, a través de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (Conadepi), a solicitud de la Secretaria de Relaciones Exteriores, el órgano encargado del PPP. Pero tales consultas están disfrazadas, según Gabriela Rangel Faz, de la Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio, pues de acuerdo a ella "la Comisión no hace alusión al PPP en su convocatoria y los eventuales participantes llegan sin los elementos necesarios para un debate a fondo. El ambiente de las consultas no parece haberse modificado, pues los indígenas reciben todavía el trato acostumbrado, de objetos pasivos para presentaciones en power point"

Otro aspecto de la nueva imagen es la eliminación de las obras particularmente controvertidas del PPP, que terminan siendo clasificadas como "proyectos secundarios". El ejemplo mas notorio en este sentido es la construcción de presas., que siguen en marcha sin que sean vinculadas oficialmente al PPP, como el caso del
megaembalse de La Parota, en el estado mexicano de Guerrero.

"Here, there and everywhere"

El examen de la distribución de recursos para el Plan y las propuestas de ampliar las dimensiones del proyecto original demuestran que el PPP atiende a intereses más allá del eje Puebla-Panamá. Aunque el gobierno mexicano maneje el presupuesto total de US$4.4 mil millones, una cifra demasiado baja según InterAction, ONG en Washington, que proyecta en cambio US$ 10 mil millones sobre 10 anos, los recursos para la implementación de la parte centroamericano están garantizados por el BID y gran parte de los recursos mexicanos son invertidos en obras no declaradas públicamente como pertenecientes al PPP.

Oficialmente hay 28 megaproyectos en los ocho componentes del PPP, con las inversiones concentradas en carreteras (85,2% del presupuesto total) e interconexión eléctrica (11,1%). Los demás puntos han sido contemplados con tasas irrisorias: promoción del turismo (1,3%); desarrollo humano (0,8%); prevención y mitigación de desastres (0,7%); facilitación del comercio (0,6%); desarrollo sustentable (0,4%); integración de servicios de telecomunicaciones (0,03%).

Con las carreteras, se creará un único sistema viario ligando Estados Unidos tanto por la costa atlántica como la del Pacífico a la antigua posesión al Canal del Panamá. La énfasis energética se debe al alto potencial hidroeléctrico de la región, tanto que la mayor parte de las obras en este quesito se refieren a construcción de represas para atender el mercado americano, de elevado consumo energético, uniendo en una sólo red de transmisión de energía todo el territorio del Canadá al Panamá.

A propósito, esta red no terminaría en Panamá. El presidente colombiano Álvaro Uribe, aliado estadounidense, recientemente expresó el interés en que la red electrica de Colombia se una a la del PPP. El ingenio del presidente colombiano le permitió sugerir que las siglas del PPP ahora significarían "Plan Puebla Putumayo", por el departamento sureño de ese país. "Queremos una total integración de Colombia al Plan Puebla Panamá", dijo Uribe.

"Eso empezaría con la línea de interconexión eléctrica entre Colombia y Panamá, cuyos primeros estudios han sido entregues en abril y el segundo proyecto seria la construcción del gasoducto con la expectativa de que no solamente una Colombia con Panamá, sino también con Venezuela. Es necesario para unir el continente desde Estados Unidos hasta la Patagonia". De ahí, ya se especula nuevo cambio del último "P" de la sigla.

Esta ampliación de las dimensiones del PPP obedece al proyecto de integración profunda para todo el continente americano, en contrapartida a bloques que reúnen innumeras naciones como la Unión Europea. Primeramente, este intento significa la creación de un espacio nuevo, el del "continente norteamericano", donde México, Canada y Estados Unidos se integrarían, obviamente bajo la dirección y control de este ultimo. "Lo que vendrá, aparte de una sola fuerza militar norteamericana, es una frontera común, una moneda única, homologación de políticas económicas, de seguridad, migración y refugiados, la expedición de una credencial de identificación única, es decir, la fusión en casi todos los sentidos de los tres países. Dice el economista mexicano Alejandro Álvarez Bejar al respecto: _la Comunidad de Norteamérica es el desafío más importante para México en el siglo XXI_ ", evalúa el Ciepac.