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Latinoamérica

Bolivia: Argumentos para la nacionalizacion

Andrés Soliz Rada
Rebelión

Carlos Marx dijo, con inocultable indignación, que el capitalismo ha llegado al mundo chorreando sangre y lodo, por todos los poros, de los pies a la cabeza. El tema es que no sólo llegó de esa manera, sino que se quedó en él con las mismas características. La expresión más violenta del capitalismo, transformado en imperialismo es, sin duda, el poder petrolero, al que se deben guerras tan sangrientas como la que enfrentó a griegos y turcos, en 1922, o los recientes genocidios en Irak y Afganistán, protagonizados por EEUU.

El senador norteamericano Huey Long denunció que la Standard Oil promovió la Guerra del Chaco. Fundamentó su punto de vista con estas palabras: "Se dice que vamos a impedir la venta de armas. Hay un sólo procedimiento mediante el cual impediremos que la Standard Oil venda armas, y consiste en que los EEUU agarren a esa criminal, a esa malhechora, a esa asesina, la Standard Oil Co. de que estoy hablando; que agarren por la garganta a esa facinerosa, puesta fuera de la ley, y le diga: tú, asesina doméstica; tú, asesina extranjera; tú, conspiradora internacional; tú, hato de salteadores y ladrones rapaces; tú, que has desafiado una sentencia dada bajo la enseña de los Estados Unidos y pretendes vivir bajo el amparo de sus leyes; tú, conjunto de vándalos y ladrones de este continente, sal de Sudamérica"... "Poco después el senador era asesinado" (Sergio Almaraz: "Petróleo en Bolivia". Editorial "Juventud". 1958. Pág.109).

Las cosas no han cambiado desde entonces. Por eso podemos asegurar que no hay petroleras extranjeras buenas. Si alguna pretende serlo, será rápidamente eliminada del mercado, ya que al no recurrir a procedimientos dolosos quedaría fuera de competencia. Ninguna de las compañías que operan en Bolivia ha cumplido leyes ni contratos. La Enron y la Shell, que conforman Transredes, han organizado dos filiales fantasmas: La Souther Cone Gas (SCG) y Transborder Gas Servuce (TGS), las que han contrabandeado gas, suministrado por Andina (Repsol) a Cuibá (Brasil). El hecho fue tan flagrante que SCG y TGS se apersonaron al Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) a pagar tributos por valor de 50 millones de bolivianos. Allí se les hizo notar que no tenían Registro Único de Contribuyentes (RUC), pese a que se presentaron como subsidiarias de las grandes empresas. El artículo 40 de la Ley de Hidrocarburos dice que las compañías que transportan hidrocarburos no pueden comercializarlo. Este es el precepto jurídico vulnerado por Enron y Shell, en tanto que el contrabando de Andina (Repsol) es también flagrante ("La Prensa", 12-05-04). Recuérdese que por el delito de contrabando fue expulsada la Standard en 1937. Las petroleras incumplieron además el artículo 30 de la misma Ley, que las obliga a perforar un pozo por parcela.

El Ministerio de Hacienda ha acusado a Vintage Petróleum, Petrobrás Energía, Maxus Bolivia, Chaco (British Gas), Andina (Repsol) y BHP Billiton de prácticas anticompetitivas, mediante las cuales han vendido hidrocarburos al exterior a precios inferiores a los vigentes internamente.

A Chile, por ejemplo. ("La Prensa", 18-2-04). El director del SIN, Eduardo Zegada, ha denunciado que las petroleras evadieron cargas tributarias por 650 millones de bolivianos, alrededor de 80 millones de dólares. Añadió que las depreciaciones de los activos revalorizados de las compañías no son contablemente aceptadas. Destacó que comercializan gasolina blanca (que no pasa por refinerías) para evadir más impuestos todavía ("La Razón", 31-03-04). Por lo anterior, el país puede nacionalizar sus hidrocarburos mediante la rescisión de contratos, sin indemnización alguna.

Las petroleras son como esos asaltantes disfrazados de vendedores ambulantes, a los que el "gonismo" los dejó entrar en nuestra casa, donde cometen desmanes cotidianos. Es necesario expulsarlas, reconstituir el Estado nacional, fortalecer YPFB y, si fuera necesario, volver a negociar con ellas, en condiciones diferentes. EEUU exige, al mismo tiempo, inmunidad para las mismas tropas que hoy asesinan y torturan en Irak. Si eso pide ahora, ¿qué ocurrirá si demanda, por ejemplo, que entreguemos a nuestras quinceañeras al apetito sexual de los gringos? Total, como la dignidad no se come, como dicen algunos, se nos puede pedir cualquier cosa.