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Latinoamérica

Las FARC reafirman la opción comunista y responden a campañas difamatorias

"Las FARC están intactas y podemos decir que desde su comandante en jefe, que goza de magnifica salud, así mismo está el cuerpo total de las FARC" dice Ricardo González, miembro del Estado Mayor Central de las FARC-EP en entrevista exclusiva con Urbano Rodrigues para el Semanario Avante!

Miguel Urbano Rodrigues, Avante!

De las FARC-EP corren por el mundo los nombres de cuatro o cinco dirigentes que adquirieron resonancia internacional en combates contra o ejército al igual que como negociadores, e incluso como ideólogos, de la más antigua organización guerrillera de América Latina. Es el caso del comandante en jefe Manuel Marulanda y, entre otros, de los comandantes Jorge Briceño, el estratega militar, y Raúl Reyes, que fue el interlocutor principal del gobierno en Los Pozos, en la mesa de diálogo, durante la Administración de Pastrana.
En el gran colectivo de las FARC son, sin embargo, numerosos los comandantes de calidad excepcional, de los que, por la propia naturaleza de las tareas desempeñadas, se habla poco o nada.
En marzo tuve la oportunidad de reencontrar en una ciudad mexicana a uno de esos combatientes: Ricardo González. En el pasaporte figuraba otro nombre.
El pormenor es irrelevante porque tampoco se llama Ricardo González. Tal como en anteriores visitas, había entrado al país con documentación falsa, pues Fox, cediendo a presiones de Washington, trata a las FARC como «organización terrorista».
Somos amigos hace años y ya le he conocido diferentes apellidos.
Ricardo me trae a la memoria, por la síntesis de personajes diferentes, a héroes de novelas de Cholokov y de Alexei Tolstoi.
Descendiente de una familia oligárquica de terratenientes, rompió con su clase muy joven, optando por la lucha revolucionaria en las FARC. Es un orador de talento poco común. En varias capitales de América Latina, al intervenir en conferencias internacionales (cuando las FARC no figuraban todavía en la lista negra), le escuché discursos en que un elevado contenido ideológico se enriquecía por el rigor del análisis y por el estilo oratorio.
Ricardo se expresa en aquel castellano clásico, en vías de extinción, que aún se habla en las altas mesetas de Colombia, con un leve acento antioqueño. Su porte aristocrático tal vez lo ayude en el vaivén de misiones clandestinas. Las policías no identifican con facilidad al revolucionario perseguido en aquel señor de maneras distintas.
Actualmente pertenece al Estado Mayor Central de las FARC. El presidente Uribe, en su reciente visita a Europa, citó su nombre, el verdadero, incluyéndolo entre los comandantes guerrilleros cuya cabeza ha sido puesta a premio.
Cuando lo vi, hace semanas, venía de las montañas de Colombia, de la lucha.
Irradiaba aquella intensa alegría de vivir que es uno de los rasgos de su fascinante personalidad de revolucionario profesional.
Fue una charla de muchas horas. Le pedí que hablase para "Avante!" De ese encuentro, preparado con mucha antelación, salió, en estilo coloquial, la entrevista que sigue, en la cual Ricardo González, respondiendo a campañas de desinformación y a calumnias, aborda también cuestiones ideológicas importantes, muchas de las cuales preocupan a toda la humanidad.


M.U.R.: Las FARC tienen casi 40 años. Sus críticos dicen con frecuencia que una organización revolucionaria que en cuatro décadas no consiguió llegar al poder, difícilmente lo hará. Te pregunto, ¿cuál es la perspectiva de las FARC, una organización que tiene vocación de poder? En los diálogos de paz en Los Pozos, El Caguán, tenían un proyecto plural para la sociedad colombiana, pero a largo plazo la perspectiva era la del socialismo. ¿Cómo ven hoy las FARC el futuro a corto y a medio plazo?

Ricardo: Lo primero que hay que decir es que 40 años en la construcción de un ejército revolucionario es un tiempo exageradamente corto. Nuestros adversarios no conocen, digamos, la paciencia oriental que tienen las FARC.
Nosotros tenemos un plan estratégico para la toma del poder y hemos visto que es a través de la combinación de todas las formas de lucha que tenemos que enfrentar a un enemigo que se ha caracterizado por su intolerancia, por mantener de palabra una cuestión que ellos llaman democracia, pero que en realidad no se ejecuta en ninguna parte de nuestro país.
Ese enemigo tiene todos los medios a su alcance, cuenta con una poderosa ayuda internacional encabezada por lo Estados Unidos, que ha tratado de exterminarnos desde hace 40 años exactamente. Fíjate que Marulanda y sus compañeros en Marquetalia eran un total de 48 y rompieron el cerco pese a que allí se llevó todo el poder del estado colombiano para aniquilar a ese reducto de patriotas que emprendieron la gesta de liberar a Colombia de la dominación que padece, por parte, fundamentalmente, de los Estados Unidos.
Pretendían crear una sociedad nueva, una sociedad justa, una sociedad sin explotados ni explotadores, una patria digna para todos los colombianos donde no haya exclusión de ningún tipo. Eso las nuevas generaciones ya lo ven como una posibilidad real. De pronto nos hemos demorado en el tiempo, pero ha sido una cuestión muy meditada y que seguramente va a permitir ver una singularidad tremenda en la revolución colombiana. Te digo esto porque, bueno, es mala la comparación, pero en Cuba un movimiento guerrillero triunfa y a partir de su victória se viene a constituir partido político, se viene a constituir gobierno y se viene a constituir estado. Y lo vemos también con otras revoluciones como fue el caso del sandinismo. Mira, en el caso del sandinismo una insurrección popular surgió a partir de la existencia del movimiento guerrillero. Se tomaron el poder y tuvieron que transitar también esta misma situación: construcción del partido, construcción del ejército, construcción del estado, construcción del gobierno.
En el caso de nosotros yo creo que es a la inversa. Nosotros hemos venido construyendo partido desde antes de la toma del poder, hemos venido construyendo gobierno, porque en algunas áreas el gobierno real es las FARC.
Y hemos venido construyendo las bases del nuevo estado en muchas partes de la geografía colombiana. No es ninguna cuestión de prepotencia. Para el desemboque total de la revolución, para nosotros, va a ser mucho más sencillo, porque hemos hecho toda una experiencia y podemos consolidar el proyecto revolucionario, digamos, con menos dificultades, a pesar de todo lo que se vea ahorita. Lo que pasa es que allí hay una confrontación violenta impuesta por el estado colombiano, reto que nosotros hemos asumido. Pueden estar seguros nuestros amigos, nuestros simpatizantes, nuestros combatientes, que las FARC no van a claudicar.
Consideramos que hoy existe un estado terrorista en Colombia, ahora dominado por una tendencia de tipo fascista. Indudablemente, la lucha armada cobra mayor vigencia en el país para enfrentar las armas homicidas del estado contra las armas libertarias de gentes que todavía tenemos dignidad. Ese pueblo colombiano del que nosotros hacemos parte es un pueblo digno y valiente que, en combinación de todas las formas de lucha, cambia el escenario político y se da una posibilidad de diálogo o tránsito pacífico en el carácter de la revolución en Colombia. Y en eso también las FARC se pueden medir y se han medido en la plaza pública a sus enemigos. No le tenemos miedo a la plaza pública, a confrontar las ideas.
Lo malo es que allá no dejan que se produzca esa confrontación de ideas; en este momento cualquier hombre o mujer o combatiente de las FARC que salga a exponer lo que piensa, inmediatamente es asesinado o capturado, acusado de terrorismo. Entonces, en este momento, nosotros no tenemos ninguna otra posibilidad de exponer nuestras ideas sino con el respaldo de los fusiles.
Esa es la realidad que tenemos en Colombia.
En lo inmediato nosotros estamos trabajando por la construcción de un nuevo gobierno de amplia coalición, que permita abrir los cauces de una democracia real en el país y para ello hemos convocado a los sectores políticos más diversos, a liberales, a conservadores, al clero católico, a los gremios económicos del país, a los sectores de la intelectualidad, a los obreros, a los campesinos, a las minorías étnicas, a hombres y mujeres del mundo de la cultura. El objetivo es parar la guerra. Para eso hay que enfrentar unidos el tipo de proyecto fascista para Colombia que viene ejecutando el señor Álvaro Uribe Vélez y toda la oligarquía colombiana, apoyada por los Estados Unidos y, desde luego, por algunos países de la Unión Europea que se han entrometido descaradamente en un conflicto que solamente toca solucionar a los colombianos. Desde hace 40 años nosotros hemos dicho que queremos la paz, que hemos luchado por esa paz, que estamos buscando los cambios, y ojalá no hubiéramos tenido que enfrentarnos entre colombianos para implantar una reforma que estructuralmente el país necesita y urge, y nosotros, como somos revolucionarios, nos toca asumir los riesgos que conlleva el enfrentar al estado colombiano y, desde luego, a sus cómplices y quienes lo amamantan desde el extranjero.
M.U.R.: Otra cuestión. No sólo los enemigos, sino a veces fuerzas democráticas que tienen una posición muy crítica respecto al régimen de Uribe, dicen que las FARC no logran una implantación urbana, que en ese campo no consiguen avanzar, que las FARC no tienen penetración en las capas medias. ¿Qué se te ofrece decir sobre eso?

Ricardo: Hay una total desinformación. Además, yo diría que un desconocimiento de lo que es nuestra organización político-militar llamada FARC, Ejército del Pueblo. Nosotros no solamente tenemos el aparato propiamente armado sino que constituimos también y construimos el Partido Comunista Colombiano clandestino, y lo hacemos desde el punto de vista clandestino porque allá no hay las posibilidades del desarrollo real de organizaciones legales abiertas de carácter revolucionario, y estamos también construyendo el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia que es un movimiento también clandestino con fuerte arraigo en los sectores del estudiantado, entre los sectores obreros, en los barrios periféricos de las grandes ciudades, en los sectores universitarios y en la intelectualidad.
Lo que pasa es que éste es un trabajo eminentemente clandestino y la gente no puede descubrir ante los demás lo que está haciendo desde el punto de vista de su trabajo ideológico, político, organizativo. Desde luego, también tenemos las milicias bolivarianas y las milicias populares en centros urbanos de gran calado como Bogotá, Barranquilla, Medellín, Cali, y este trabajo urbano es un trabajo supremamente delicado porque en los centros urbanos está todo el poderío del enemigo, que tiene allí toda la cuestión técnica, tiene sus servicios de seguridad, tiene también sus colaboradores o soplones o sapos, como se les denomina popularmente en Colombia, y, obviamente, construir estas redes clandestinas se convierte para nosotros en un trabajo de filigrana.
El enemigo anda tras ellas, tratando de decapitarlas y de evitar que nosotros podamos llegar a las áreas urbanas. Hay que tener en cuenta estas dificultades. Nosotros, como Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, somos de origen campesino; obviamente nuestra mayoría todavía sigue siendo campesina, pero en los últimos 10-12 años han llegado a filas dentro de las FARC hombres y mujeres provenientes de todas las capas sociales, de las capas medias, muchos intelectuales, hay periodistas, hay sacerdotes, hay ingenieros, hay agrónomos, hay abogados, hay escritores de gran calado, antropólogos, que han venido y aquí son tratados con los mismos derechos de cualquiera que haya ingresado en las FARC en cualquier momento de su historia.
Hay ciertamente una cualificación muy grande en las FARC en los últimos tiempos y podemos mostrar un hecho que marca esto con la detención del camarada Simón Trinidad. Muchos países y muchos amigos han mostrado su asombro porque han visto que la prensa no ha podido callar que se trata de un hombre educado en las mejores universidades de los Estados Unidos, un hombre con una formación cultural muy profunda.
No olvides que siempre se ha considerado que las FARC somos una cantidad de campesinos atrasados, ignorantes y eso hace parte de lo que el enemigo dice contra nosotros y que nuestros amigos, a veces sin reflexión, toman y lo asimilan. Eso es normal. Siempre en nuestros vaivenes en cuanto a la cuestión de la confrontación ideológica, hay amigos que cuando viene al debate la cuestión de la represión, entonces a veces toman cierta distancia y se cuidan. Incluso hay algunos que asimilan lo que dice la gran prensa sin ninguna actitud crítica.
Nosotros entendemos perfectamente eso, no nos molesta, simplemente les decimos a nuestros amigos y simpatizantes que tengan confianza, que aquí este ejército se ha consolidado y está cada vez creciendo más en el campo, en la ciudad, en profundidad, es decir, en el reclutamiento de nuevos guerrilleros, y también en extensión, cubriendo nuevas áreas de la geografía colombiana. Estamos llegando, esa es la realidad, al corazón y a la mente de muchos compatriotas en las grandes ciudades de Colombia.
M.U.R.: En relación a la cuestión que acabas de abordar quería sólo que fueras más preciso en un punto. Las FARC afirman que combaten en 60 frentes, distribuidos por todo el territorio nacional. Sin embargo, el gobierno de Uribe y toda la prensa --basta ver « El Tiempo»--, dicen que este año, según el alto mando del ejército, éste ha obtenido grandes victorias militares.
Yo pregunto ¿qué hay de concreto sobre la situación militar durante el período?, ¿hubo algún cambio?, ¿es que las FARC son hoy más débiles que al comienzo de la toma de mando de Uribe, cuando Pastrana acabó con la zona de despeje, o las FARC mantienen su capacidad militar intacta?

Ricardo: Las FARC están intactas y podemos decir que desde su comandante en jefe, que goza de magnifica salud, así mismo está el cuerpo total de las FARC.
M.U.R.: A propósito de eso, del comandante, han dicho que estaba con un cáncer en fase terminal en un hospital de Brasil, de Mato Grosso. Eso apareció en la prensa internacional, creo que en la CNN. ¿Qué hay que decir sobre esto?

Ricardo: Imagina, a Marulanda lo han matado como 50 veces más o menos y ésta es otra muerte prematura que le dan a nuestro Comandante en Jefe. Entonces, como se dice siempre: "los muertos que vos matás gozan de muy buena salud".
Así está nuestro Comandante en Jefe.
M.U.R. Otra cuestión, ahora sobre la reelección de Uribe. Se trata, si no me equivoco, de la segunda tentativa, porque la primera no pasó en el Congreso.
La nueva maniobra partió, creo, de la embajadora de Colombia en Madrid, ex candidata a la presidencia, y ex ministra. ¿Qué posibilidades tiene esto de ir adelante y qué efecto puede tener en todas estas maniobras la discusión en torno al canje de prisioneros?

Ricardo: Bueno, la aspiración de Uribe es convertirse en un pequeño César, en un diminuto César...
M.U.R: ¿Uribe es fascista?, ¿las FARC identifican en él a un fascista?

Ricardo: Exactamente, es un fascista de tiempo completo. El no oculta jamás, digamos, su simpatía por este tipo de fenómeno político y trata de reeditar a Hitler, y se guía mucho por su maestro y jefe que es el Sr. Bush.
Entonces, en ese sentido estamos frente a un régimen que utiliza todos los medios, incluso inconstitucionales, en su estrategia autocrática. Utiliza concretamente el sector financiero y el industrial. Incluso, ahorita, los puestos clave como el Ministerio de la defensa y el Ministerio del Interior y Justicia son atendidos por gente que viene de los grupos económicos más influyentes del país.
Entonces hay toda una cuestión no solamente por su situación de clase sino por el ejercicio del poder que le deja prácticamente hacer redadas sin fórmula ni juicio contra cualquier persona detenida. Ahora tratan de empadronar a todo colombiano. Tiene que registrarse obligatoriamente ante notario su lugar de residencia, con cuantas personas vive. Fíjate, si se va a mover de una ciudad a otra tendría que pedir permiso para hacerlo y prácticamente Colombia se está convirtiendo en una inmensa cárcel.
Mucha gente ha pagado ahora 6,8,10 meses de cárcel y luego tienen que ponerla en libertad porque no hay ningún indicio que sea auxiliar de la guerrilla o que esté comprometida con el movimiento insurgente. Toda la protesta social está penalizada, hay tortura, hay cárcel, hay ejecuciones extrajudiciales y eso es lo que estamos viviendo los colombianos en este momento, cuando por fuera entonces el Sr. Álvaro Uribe Vélez habla de la tal seguridad democrática global que en el fondo no es más que convertir a Colombia en un inmenso cuartel.
M.U.R.: Pasemos a la situación internacional. La humanidad vive una crisis de una complejidad enorme, una crisis de civilización, y en este momento, pese a su enorme poderío --militar, político y económico--, el sistema de dominación imperial, con su ambición planetaria, está en una crisis que según muchos economistas es diferente de las anteriores. Sería una crisis estructural. Los enormes déficits comercial y del presupuesto, y la colosal deuda externa, la mayor del mundo, explican la agresividad creciente del sistema. Hoy para Washington no existiria otra salida a la crisis que guerras preventivas y saqueo de recursos de otros pueblos. ¿Es que las FARC piensan que es correcta esta tesis, que ha sido defendida por eminentes científicos marxistas, como el húngaro Mészaros, que retoman la frase de Rosa Luxemburgo "socialismo o barbarie"? Según ellos, la salida de esta crisis no puede ser otra que el fin del capitalismo. Yo pregunto: ¿es que las FARC creen que el marxismo, las concepciones de Marx y Lenin tendrán que jugar un papel importante en la construcción del futuro?

Ricardo: Con toda esa recomposición del capitalismo y sus políticas neoliberales han tratado, digamos, de borrar la cuestión de las luchas de clase, han tratado de cambiar el lenguaje . Niegan incluso la existencia del imperialismo como tal, y lo que vemos es que ellos decían que había llegado el fin de la historia con la caída del campo socialista. Verdaderamente no se le ha quitado el hambre al mundo. Por el contrario, las desigualdades sociales crecen, no solamente en los países de América Latina, sino en la misma Europa y al interior de los mismos Estados Unidos.
Obviamente, también los recursos estratégicos comienzan a escasear. El caso del petróleo, que es un problema serio para los Estados Unidos y para los países altamente desarrollados, las cuestiones del medio ambiente, problemas también como el agua potable y sus reservas a nivel mundial. Esto hace que el Imperio trate de recomponerse desde el punto de vista estratégico. Entre los problemas del hemisferio está la cuestión de la cuenca amazónica donde se concentra la sexta parte del agua potable del planeta Tierra, donde está la mayor biodiversidad, donde hay gigantescos recursos y minerales estratégicos. Vemos que los Estados Unidos no ocultan su deseo de hacerse con esas riquezas a nivel de América Latina, como ya lo empezó a hacer en Iraq y Afganistán con la cuestión del petróleo.
Entonces, mira que con todo lo que estamos viendo a partir del 11 de septiembre, el imperio fue herido en el corazón, comienza sus coleteos, se aventura en Afganistán, va a la guerra de Iraq pensando que esto era un paseo para derrotar a Saddam Hussein que, digamos, puede haber sido lo que fue como dictador, pero era presidente de un país soberano. Los Estados Unidos se abrogan el derecho por encima de Naciones Unidas de entrar ahí para imponer su nuevo orden económico y su nuevo orden internacional, y, fíjate la empantanada en que se han pegado allí. Es que los pueblos no están en estos momentos de rodillas y el pueblo iraquí, utilizando la forma de guerra de guerrillas, viene causándole enormes bajas al ejército más poderoso que ha conocido la humanidad, y viene enfrentando con éxito también a los otros ejércitos de ocupación que existen allí: el inglés, el español, el italiano. Y las repercusiones comienzan a sentirse dentro de quienes han planificado esta guerra de exterminio, esta guerra injusta, esta guerra de agresión, esta guerra maldita contra el pueblo iraquí.
Por eso, con lo trágico que ha sido la desaparición de alguna gente inocente en España, el señor Aznar está recibiendo en este momento el castigo de haber llevado a la guerra su pueblo, que estaba en su mayoría en contra ella, está recibiendo en su territorio los toques de una guerra que él se buscó por defender los intereses norteamericanos en el Medio Oriente. Eso lo puedes ver ahora. La situación allí en España ha causado ya la caída del Partido Popular y si vemos a América Latina la vemos convulsionada: desde Argentina, enfrentada al Banco Mundial y al FMI, pasando por Bolivia con ese levantamiento popular que hubo allí, en Ecuador, en Perú, en Haití, en Colombia. Es decir, este momento es el momento de un auge en la lucha de los pueblos y creo que el imperio ha quedado también mortificado por no poder aplicar su política de globalización en la forma que ellos pretendían, utilizando la dominación de las grandes transnacionales. Eso los pueblos no lo van a aceptar y se va a producir una lucha y una confrontación violentas.
Los movimientos anti-guerra en Europa han crecido y las manifestaciones de repudio a una guerra montada sobre la mentira comienzan a sentirse en todo el planeta Tierra. Con cada pueblo empleando la forma de lucha que a bien tenga podemos entre todos ir creando una corriente de opinión y de resistencia y hacer retroceder el fascismo y el proyecto de dictadura mundial que trata de imponernos el imperio. El hecho de la existencia de las FARC en este momento, con las armas en la mano, recibiendo todo el peso de la agresión del ejército colombiano, ayudado económicamente, militar, tecnológica y, no lo olvides, con ayuda de alta tecnología y de inteligencia militar, insisto, la lucha de las FARC es una gran contribución para las luchas revolucionarias en el mundo. Estamos en combate sin haber sufrido las bajas que ellos anuncian.
En la pregunta anterior tú me hablabas de los 60 frentes y efectivamente, nosotros tenemos los 60 frentes funcionando Ese dato es oficial de las FARC, y confirmado por la inteligencia militar que siempre dice que las FARC tienen 18 000 hombres. Nosotros no sabemos exactamente cuantos somos. Tal vez lo sepa el Comandante en Jefe Manuel Marulanda Vélez, pero si tomas los periódicos y la información de prensa del año pasado y lo que ha pasado hasta hoy, nos encontramos que han dado de baja a 23 000 guerrilleros nuestros. Entonces, supuestamente no queda nadie. Esos son cálculos hechos en el papel. Ellos están pasando sus deseos por la realidad. La realidad es otra. Por el contrario, las FARC vienen creciendo en combatientes y en extensión territorial. Lo que pasa es que la confrontación en esta última fase, después de que el Sr. Pastrana rompió los diálogos y que asumió la presidencia el Sr. Alvaro Uribe Vélez, nada más está comenzando. Las FARC no pueden ponerse a pelear en el momento en que el gobierno lo diga, o que lo diga el ejército colombiano, o que lo diga el Sr. Uribe Vélez, o que lo digan los gringos. No. Las FARC se reservan el derecho de dar pelea, de dar combate en el momento que lo crean oportuno y necesario.
Entonces nosotros estamos tranquilos, mirando con mucho optimismo el desarrollo de los acontecimientos. Los años venideros dirán si tenemos o no la razón, pero desde el punto de vista militar es utópico pensar que van a doblegar a las FARC o que van a exterminarlas. Precisamente, en octubre del año pasado, las FARC hicieron un pleno para la reestructuración de toda su línea de mando, comenzando por el Secretariado nacional, por el Estado Mayor Central, por los estados mayores de bloque, por los estados mayores de frente y por los estados mayores de columnas de combate. Es decir, la dirección está garantizada ya hacia el futuro, sin ningún sobresalto, ocurra lo que ocurra dentro de la confrontación en Colombia. Estamos muy tranquilos: cualquiera que sea el desemboque de la revolución en Colombia, las FARC siempre van a estar presentes.
M.U.R: Ricardo, volviendo un poco a la cuestión del imperialismo, ¿crees que realmente la alternativa, si el capitalismo es erradicado en la Tierra, sea el socialismo o la barbarie? ¿Qué papel tendría el marxismo? En todo el debate alrededor del binomio movimientos-partidos no faltan intelectuales y dirigentes políticos que afirman que la solución vendrá exclusivamente de la acción de los movimientos sociales. Me acuerdo de intervenciones en que Fausto Bertinotti, de Rifondazione Comunista, defendió una posición extrema.
Según él, la destrucción del capitalismo será el resultado de la acción, con carácter revolucionario, del movimiento de los movimientos. Sin embargo, otros sostienen que cabe a las organizaciones y partidos revolucionarios cumplir un papel insustituible. ¿Qué piensas de ese debate?

Ricardo: Nosotros jamás hemos negado que somos una organización marxista- leninista. En las FARC una escuadra la componen 12 hombres o mujeres y es a la vez una célula del Partido Comunista y allí educamos a nuestros combatientes en todo el pensamiento marxista-leninista. Creemos que tal posición tiene plena vigencia. Además le agregamos al marxismo el pensamiento bolivariano porque consideramos que Bolívar tiene mucho que hacer en América Latina. Es más, Bolívar hoy es una gran preocupación para Washington. Los estrategas e ideólogos del sistema temen que Bolívar salga de su sepulcro a empuñar la espada libertadora nuevamente.
En el documento Santa Fé 4, los gringos expresan la preocupación de que este pensamiento bolivariano pueda extenderse a toda el área andina y a toda el área suramericana. Estamos en otra época desde luego, pero el pensamiento de unidad latinoamericana está plenamente vigente, la amenaza de quedar sometidos por el Imperio se acentúa, la cuestión de crear gobiernos que den mayor felicidad a sus pueblos es exigencia continental, la constitución de ejércitos libertadores no perdió actualidad. Entonces encontramos que Bolívar sí, tiene mucho que hacer acá.
Nosotros creemos que el socialismo es plenamente factible y que la misma globalización ha ido haciendo de las posibilidades de esa transición algo más cercano. No pudiéramos decir que haya una única vía para enfrentar al imperio y dar los saltos. Seguramente será en algunas partes mucho más difícil. Por ejemplo, nosotros, en este momento, como Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, por las condiciones que nos impone el régimen de Uribe Vélez, la confrontación armada nos coloca en una situación mucho más compleja que la de otras organizaciones revolucionarias del pasado cuando existía el campo socialista y podía haber ayuda económica.
De pronto sufrimos las consecuencias del intercambio de inteligencia, del asesoramiento militar, del entrenamiento de batallones especiales, etc.
Somos una guerrilla que tiene que autoabastecerse en todo el campo, incluyendo la compra de armas en el mercado negro o tenemos que fabricarlas como hemos comenzado a hacer con los armamentos caseros, para librar una lucha muy desigual desde el punto de vista tecnológico, fundamental en la guerra moderna. Nosotros creemos que, bueno, iremos hacia un socialismo con las características y la idiosincrasia de Colombia, que seguramente habrá que analizar todos los tipos de socialismo que existieron, desde la Unión Soviética, la misma China, Corea, Viet Nam, Cuba socialista, y de todo eso sacar lo productivo que ha habido y aplicarlo a las condiciones del desarrollo de las fuerzas productivas en Colombia.
Pero nosotros no creemos que haya una tercera vía, nosotros creemos que la opción es entre socialismo o barbarie. Y la barbarie ya sabemos quién la aplica. La aplica el imperialismo porque eso no ha desaparecido. Por el contrario, ahora está más vivo y más peligroso que en el pasado y los revolucionarios después de la desbandada y de lo que pasó en Europa Oriental estamos en desventaja. Sin embargo, nosotros en Colombia somos muy optimistas y llevamos conscientemente el peso de la responsabilidad histórica que asumimos en este momento.
M.U.R.: Ahora, una cuestión muy delicada. La de la droga. La campaña, yo diría mundial, contra la FARC, esa campaña está en todos los continentes y dificulta mucho la movilización de la solidaridad .Su argumento permanente y principal es la afirmación de que las FARC son una organización que está íntimamente conectada con la droga. Yo sé que fue un diplomático estadounidense, Louis Stamb, ex embajador en Bogotá, quien un día, durante una reunión en el Pentágono, dijo que habría que inventar un slogan que pudiera crear una leyenda negra en torno a las FARC. En esa reunión nació, a propuesta suya, la expresión "la guerrilla del narcotráfico" para desmoralizar a las FARC. Ahora yo pregunto: ¿qué responden las FARC a la montaña de acusaciones que la presentan comprometida con los carteles de la droga? Sus adversarios sostienen que es una organización millonaria y que no podría, sin los millones de la droga, actuar como actúa. ¿Qué hay que decir sobre esto que es la acusación fundamental contra las FARC? Incluso muchos intelectuales de izquierda temen demostrar solidaridad con las FARC porque la organización aparece como una guerrilla inseparable del narcotráfico.
Ricardo: Contra nosotros siempre se han utilizado diversas campañas de desprestigio. Cuando no existía el narcotráfico en Colombia decían que éramos la quinta columna del imperialismo soviético, que eran los soviéticos los que sufragaban a las FARC y que por eso las FARC existían. Después nos trataron de bandoleros, simples bandoleros y delincuentes comunes.
Posteriormente sí, el señor Tambs, como dijiste, saca el epíteto de narcoguerrilla y ahora no es raro que nos digan narcoterroristas o simplemente terroristas.
Es una campaña bien orquestada y montada en momentos determinantes. Ahí cualquier persona despreocupada puede darse cuenta que el negocio del narcotráfico es un negocio eminentemente capitalista, que en Colombia, por las condiciones específicas y la aplicación de las políticas neoliberales, arruinaron el campo colombiano, sacaron de circulación un millón 500 000 ha.
de cultivo del café, arruinaron toda la economía del sorgo, arruinaron toda la economía del campo de otro producto como el algodón y la gente comenzó a cultivar marihuana o a cultivar plantaciones de coca y eso fue en cierta medida tolerado por los gobiernos colombianos.
Los narcotraficantes en la década de los 80 estaban metidos en todas las capas de Colombia, el mismo Pablo Escobar, el rey de la droga, se hizo elegir a la Cámara de Representantes por las listas del Partido Liberal. Y en los aviones de los narcotraficantes colombianos andaban desde el presidente ya fallecido, el Sr. Carlos Lleras Restrepo, hasta lo que vimos con el narcopresidente llamado Ernesto Samper, que fue elegido con los dineros del narcotráfico. Otra cosa también que demuestra la hipocresía de esa sociedad colombiana, cuando el Papa Juan Pablo II visitó a Colombia, los carteles de la droga reunieron como unos 3 millones de dólares para entregarle al Vaticano para hacer obras sociales, es decir...
M.U:R.: ¿Y él aceptó?

Ricardo: Seguramente no supo de dónde venía eso, pero el dinero llegó a las manos de él. Tú recuerdas que Pablo Escobar era un hombre absolutamente creyente, le rezaba a la virgen antes de ir a colocar las bombas. Pero fíjate que el narcotráfico ha copado todas las estructuras de la sociedad colombiana, desde el Parlamento, a los grandes banqueros, a los industriales, los jueces y magistrados, oficiales del ejército colombiano.
Incluso en los aviones de la Fuerza Aérea Colombiana han llevado droga a los Estados Unidos.
El buque insignia «Gloria», el barco No.1 de la Armada colombiana, ha sido capturado llevando en su interior cocaína y en el mismo avión presidencial, cuando el Dr. Ernesto Samper Pizarro iba a visitar los Estados Unidos, ahí encontraron cocaína. Pero obviamente este negocio es de los más rentables que hay en el planeta Tierra, está casi que a la par con el de armamentos.
Aquí el capital circula con mucha mayor rapidez y analistas del problema calculan que hay 550 000 millones de dólares circulando en el mundo producto del narcotráfico.
De esos 550 000 millones revierten para América Latina 20 000 millones de los cuales a Colombia le llegan 5 500 millones según los más optimistas, y eso que supuestamente Colombia produce el 80% de la cocaína del planeta Tierra. ¿Donde se está quedando este dinero? Es dentro del imperio, el gran negocio lo están haciendo los mismos Estados Unidos. Fíjate que en todo el período del Sr. Clinton la economía de los Estados Unidos creció a un ritmo de 6.11%, porque claro, estos dineros provenientes del narcotráfico irrigaban todo el torrente financiero de la economía norteamericana. Las FARC mismas les han propuesto a los Estados Unidos, les han propuesto a Naciones Unidas, y les han propuesto a todos los gobiernos del mundo que defienden un combate real contra el narcotráfico, una política clara de sustitución de cultivos, de ataque en profundidad a la cuestión del narcotráfico. Nosotros hemos recibido los ataques de los grandes carteles de la droga, a los que hemos tenido que enfrentar militarmente porque la verdadera alianza está entre los narcotraficantes, los paramilitares, los hombres de algunos mandos militares colombianos y toda esa podredumbre de la casta política colombiana ensuciada en ese negocio.
Es decir, son ellos realmente los que lo manejan, pero pueden salir del país sin problemas. Nosotros no podemos siquiera movernos del territorio colombiano porque nos buscan por todos lados. Como sabes, desde la época de la guerra fría, todo el Caribe y el Pacífico, la Amazonia y la región andina están plagados de radares de los Estados Unidos. Nosotros le hemos dicho a los gringos: déjense de ser hipócritas, el problema lo tienen ustedes allá y ustedes usufructúan. En Estados Unidos se calcula que en este momento hay 25 millones de consumidores directos de la droga y si calculamos que cada habitante suyo que está metido consumiendo la droga afecta a 4 ó 5 personas, nos encontramos que entonces hay unos 120-125 millones de norteamericanos metidos en el problema.
Para combatir dentro de los Estados Unidos el flagelo de los narcóticos, el gobierno, para rebajar el 1% del consumo en su territorio, curando a sus enfermos, haciendo campañas en las universidades, en los colegios, en la población, para rebajar el 1%, se gastarían 180 millones de dólares. Si dentro de los Estados Unidos se hace esa misma campaña, pero acompañada de la interdicción de la droga antes de que entre en el país, entonces, para rebajar ese mismo 1%, la administración federal gastaría 380 millones de dólares.
La hipocresía es inocultable. No combaten el problema en los Estados Unidos, pero traen la guerra contra la droga a Bolivia, al Perú, al Ecuador, o a Colombia, y entonces ya los costos para rebajar ese mismo 1% se elevan a 780 millones de dólares. Es decir, para los Estados Unidos sería más productivo el combate al interior en su territorio. Nosotros propusimos en el 1er. encuentro internacional sobre combate a cultivos llamados ilícitos y al narcotráfico, a la Unión Europea, al Sr. Presidente Pastrana, sustituir el cultivo a base de todo un estudio que se hizo en un área que se llama Cartagena del Chairá donde existían para ese empeño unas 7 200 ha. de plantaciones de coca y formar allí un gran laboratorio, desarrollar lo que seria un teste para probar que sí, que se puede realmente combatir el narcotráfico en profundidad.
Te dije que se han levantado esos fantasmas contra nosotros, que ese es el pretexto de los Estados Unidos para agredir militarmente a Colombia y para enmascarar la verdadera cuestión de su Plan Colombia que es un plan contrainsurgente de acabar con las FARC, para implantar su dominio en el país, agredir a Venezuela, pero, además, apropiarse de toda la región. Ya antes hemos hablado de la Amazonia por lo que allí hay. Lamentamos mucho que en este momento, tan difícil, nuestros amigos sigan creyendo en las infamias que se dicen en cuanto a nuestra organización guerrillera. Siempre hemos condenado el narcotráfico como un crimen contra la humanidad, sabemos de los males que eso causa sobre todo a la juventud, y nosotros, en las áreas donde estamos, condenamos con mucho rigor el consumo de estupefacientes.
Siendo mayoritariamente campesina, la guerrilla de las FARC es una guerrilla sana, los campesinos de Colombia, los campesinos incluso de los Estados Unidos, lo mismo los de Portugal, de la Argentina, de Venezuela, son gente sana que nunca ha utilizado este tipo de cosa. Eso lo utilizan allá los norteamericanos, un gran sector de ellos que demuestra también un grado de desequilibrio moral de esa sociedad, tal como en Europa.
En Colombia no, nosotros no estamos metidos en el negocio, pero a raíz de eso se dice que las FARC son un movimiento multimillonario, eso da risa, porque nadie sabe de verdad con la sed que otro bebe; nosotros somos una guerrilla ciertamente autárquica y nos hemos visto obligados a autofinanciar todas las cosas. Hay grandes industriales patriotas que aportan a las FARC como los hay también algunos dueños de grandes fincas que efectivamente nos ayudan. Las FARC dentro de Colombia tienen negocios rentables que les permiten abastecerse. Obviamente, como es una guerra que nos han impuesto y la plata la tienen los ricos y la plata la tienen los potentados que han usufructuado del sudor y de las lágrimas de nuestro pueblo, a veces hemos tenido que recurrir a la cuestión de retenciones de personas, pero no te olvides que en la última etapa y desde el Caguán, las FARC promulgaron la Ley 002 por la cual cualquier persona nacional o extranjera cuyas utilidades sean superiores a 1 millón de dólares tiene que pagarle a las FARC el 10% .
Ese impuesto nosotros lo estamos cobrando, y para cobrarlo no es con florecitas. Eso se tiene que hacer porque las FARC, cuando promulgan una ley, es para cumplirla. En este momento hay que decir que cada vez más indus triales, más banqueros, más transnacionales se arriman a tocar las puertas de las FARC para ver cuánto es lo que tienen que cancelarnos. Pero obviamente los costos de mantener un ejército como el nuestro son elevados.
No somos una guerrilla millonaria. Pasamos dificultades de todo orden. Eso mismo nos impide tener acceso a la alta tecnología de armamentos. Francia, los Estados Unidos, las Naciones Unidas nos dicen que no utilicemos las minas quiebra patas u otras armas no convencionales. ¿Qué hacer? Como nosotros ya somos un estado pequeño y en gestación, le decimos a los ingleses, a los mismos norteamericanos, a los gringos, que si a ellos les duele mucho que les pongan las minas quiebra patas, pues entonces que nos abran un crédito, que nos den vendan armas convencionales para poderlas utilizar.
M.U.R.: ¿Cómo son las minas quiebra patas?, explica, ¿cómo traducir eso?, ¿son minas personales?

Ricardo: Si, son minas personales que nosotros hacemos, los combatientes de las FARC. En una lata de sardinas se le coloca X cantidad de explosivos, se le coloca lo que llaman metralla, tornillos, toda esa cuestión entre otras cosas, eso es lo que viene pegando al ejército colombiano al terreno.
M.U.R: Es decir, ustedes no tienen misiles.
Ricardo: No, nosotros no tenemos misiles.
M.U.R: ¿Nunca siquiera fueron acusados de eso?

Ricardo: Por ahí una vez vieron por allá unos campesinos con un carro viejo pintado como en forma de misil y dijeron que nosotros teníamos ya esos misiles, pero no, eso fue un galón de gasolina ahí pintado, así que no tenemos todavía esas cosas sofisticadas, por ahí lo máximo que hay son flechas y alguna que otra escopetica.
M.U.R: Ricardo, una última pregunta sobre el problema de la contradicción de un gobierno que se niega a negociar y a discutir y a dialogar directamente sobre la cuestión del canje de prisioneros, pero al mismo tiempo mantiene un diálogo casi amistoso con los paramilitares de Carlos Castaño y de Salvatore Mancuso. ¿Cómo ven esa contradicción?

Ricardo: No, yo no diría que hay diálogo entre Uribe y los paramilitares, lo que hay es un monólogo entre ellos mismos. El Sr. Uribe se enorgullece de que le digan paramilitar, es que él viene de ahí. Hay que preguntarle al Dr.
Álvaro Uribe que hacía él en la aeronáutica civil cuando fue de director nacional; la cantidad de pistas de aterrizaje que le entregó a los narcotraficantes colombianos. El señor Uribe tiene un pasado horrendo en ese campo. Entonces lo que se ha hecho es que viejos conocidos se reúnen y hacen una división social del trabajo. Votaron por Uribe y le han prestado toda la ayuda de ahora y antes como la han recibido ellos. Reciben ahora el pago de los servicios que le prestaron al señor Uribe en otras épocas. Él ha sido muy generoso con ellos, y va a seguir de generoso. Ahí no hay nada, es el monólogo.
M.U.R.: ¿Y el canje de prisioneros? Por el contrario, hay una actitud de rechazo en cuanto al canje de parte del gobierno.
Ricardo: El señor Uribe trata de mostrarse intransigente ante un clamor, que es un clamor nacional, que ya trasciende las fronteras colombianas. Lo que existe en Colombia es un conflicto interno de dos fuerzas, una irregular , en el caso las FARC, y la otra el ejército oficial. Nosotros tenemos prisioneros de guerra como el estado colombiano tiene prisioneros de guerra de las FARC en sus mazmorras. El señor Uribe simula desconocer que sus oficiales del ejército, de la policía, de la marina, sus integrantes de los servicios de inteligencia, como el DAS y el F2 están en poder de las FARC caídos en combate por defender ese establecimiento putrefacto que no se conmueve frente al dolor y al drama que su gente vive. Nosotros hemos hecho la propuesta de este canje de prisioneros que es válida...
M.U.R.: ¿Cuántos prisioneros tienen las FARC en total?, más o menos.
Ricardo: En este momento se calcula que puede haber unos 50 o 60 oficiales del ejército y la policía en poder de las FARC. Y otra gente representativa de la clase política colombiana. Como lo ha dicho el Comandante Raúl Reyes, todos están en perfecto estado de salud, viviendo, claro, en las incomodidades propias de la selva, pero tratados con dignidad y decoro.
En eso las FARC han respetado, digamos, a nivel de la misma situación de la guerra, y el trato que se les da es el trato que recibe cualquiera de nuestros guerrilleros. No hay discriminación con ellos. Nosotros vemos que este canje va a tenerse que abrir cauce, en éste o en otro gobierno que sepa que tiene que abrir las compuertas para el entendimiento entre los colombianos.
Por ello, eso de perpetuarse el señor Uribe en el poder no deja de ser un mal chiste, porque hay sectores colombianos, sobre todo a nivel de la gran prensa, que magnifican el grado de aceptación que tiene el actual presidente dentro de la población. Nosotros creemos que no a nivel de la prensa puede sostenerse toda la situación, a nivel de imágenes. Todos los días garantizan que capturaron 100, 200, 300 miembros de las FARC o los mataron en combate.
Ganan la guerra en el papel con los grandes titulares, pero la realidad en el campo de batalla es otra. Los golpes que se le han propinado al ejército colombiano son duros, pero eso no se refleja a nivel de la gran prensa. Los estragos que les estamos haciendo y que ya el diario "El Tiempo" tiene que comenzar a publicarlos. Las minas antipersonales le están causando al ejército una tremenda sangría. Eso tiene que ser también analizado por el pueblo colombiano.
La guerra no trae nada bueno a los pueblos, la guerra deja desolación y muerte. Aquí tenemos un presidente que todos los días habla de guerra cuando nosotros decimos que queremos dialogar con un gobierno que realmente esté interesado en abrir los cauces y las compuertas para una solución dialogada al conflicto social armado que vive Colombia.
M.U.R.: Bueno llegamos al final. El tema es inagotable, podríamos hablar durante horas sobre la lucha de las FARC, pero creo que has dicho cosas importantes. ¿Algo más?

Ricardo: Sí. Quiero expresar mi agradecimiento por la solidaridad de los comunistas portugueses a nuestra lucha.
A los camaradas del Partido Comunista Portugués, y en especial a su ex secretario general, Alvaro Cunhal, va nuestro más fraterno, revolucionario y combativo saludo marxista-leninista. Partidos como el portugués han demostrado grandeza y fortaleza ideológica. Nosotros los admiramos profundamente, hemos leído y estudiado "Partido con paredes de cristal" y todavía nos deleitamos bastante y aprendemos bastante. Yo creo que los comunistas portugueses pueden sentirse orgullosos de no haber claudicado cuando la cobardía comenzó a apoderarse del mundo. Ahora más que nunca nos sentimos más estrechos en todos los vínculos. Para ustedes un saludo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, y ojalá en alguna oportunidad nos visiten en nuestros campamentos en la montaña y que alguna delegación nuestra pueda también estar recibiendo ese calor de los comunistas y del pueblo portugués que, a pesar de la distancia, está cerca de nuestra mente y nuestro corazón.

Marzo de 2004, en algún lugar de México Este articulo fue publicado en el semanario «Avante!», órgano central del Partido Comunista Portugués