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Latinoamérica

6 de marzo del 2004

Venezuela: anatomía del Tercer Golpe de Estado (II)

Heinz Dieterich

El avance del tercer golpe de Estado en Venezuela permite entender ya su anatomía. Es quizá el más sofisticado que la Central de Inteligencia estadounidense (CIA) y los mercenarios de Washington han cometido desde abril del 2002, y combina elementos de la destrucción del gobierno de Aristide en Haití, de Allende en Chile, de los Sandinistas en Nicaragua y de la subversión de los regímenes del socialismo real en Europa oriental, sobre todo, del golpe de Estado en Rumania y la implosión del Estado de la República Democrática de Alemania (RDA).

1. El plan inició con una táctica de foquismo violento en Caracas, el viernes 27 de febrero, que se basaba esencialmente en el bloqueo de calles con cauchos y basura encendidos, provocaciones a las fuerzas del orden público y la producción de muertos y heridos por francotiradores mercenarios.

Esa primera fase de la subversión cumplía dos funciones: a) programar mediáticamente a la opinión pública mundial y nacional con la noción de que el gobierno del Presidente Chávez es dictatorial y terrorista y, b) distraer del verdadero objetivo estratégico de la embestida: la remoción del Presidente Hugo Chávez.

Posteriormente, el foquismo se activó en varias ciudades del interior, dejando reposar a los mercenarios de la Capital para que entren otra vez en acción este sábado, 6 de marzo.

2. El segundo paso consistió en la construcción pública de la coartada de la Casa Blanca, tarea que estuvo a cargo del Secretario del Departamento de Estado, Colin Powell. Powell dijo en el Congreso estadounidense, el miércoles 3 de marzo, que Washington acepta los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) y el procedimiento de reparo, a los que calificó como "un proceso que está en marcha, y que veremos cómo se cumple cuando los ciudadanos venezolanos puedan verificar sus firmas".

Declaró también que "Hugo Chávez es el presidente electo democráticamente y Estados Unidos acepta este resultado".

El portavoz del Departamento de Estado, Gonzalo Gallegos, especificó que "Nos unimos al llamado de la Organización de Estados Americanos (OEA) y del Centro Carter, pidiendo a todas las partes que sigan comprometidas con el Consejo Nacional Electoral para garantizar que actúen de una manera rápida, transparente, viable y respetuosa de los derechos constitucionales de los firmantes de la solicitud de revocatorio", dijo.

Las declaraciones de Powell sirvieron también como medida de distracción para las fuerzas de apoyo del gobierno venezolano, algunas de las cuales interpretaron erróneamente la medida propagandística como un indicio de buena voluntad de Bush hacia el respeto de la soberanía de Venezuela.

3. Mientras la feroz campaña de los medios siguió dentro del país ---con la Conferencia Episcopal Venezolana declarando que "con las decisiones tomadas (por el CNE- Heinz Dieterich) no se soluciona la crisis del país, al contrario se ahonda, y pareciera que se juega irresponsablemente con la violencia y la eliminación del otro bajo el espectro de la impunidad"--- la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (Cidh) se unió al escuadrón constructor de la cortina de humo internacional, condenando al gobierno y lanzando "un llamado urgente a la pacificación y la preservación de la democracia y el Estado de Derecho en los términos de la Convención Americana y de la Carta Democrática".

El día anterior, Amnistía Internacional (AI) ya se había expresado sobre la situación venezolana, diciendo que "La principal responsabilidad de garantizar la protección de los derechos humanos de todos los ciudadanos recae fundamentalmente sobre el gobierno, pero todos los agentes sociales y políticos, ya estén en contra o a favor del gobierno, deben evitar que se contribuya al incremento de la violencia política y al deterioro de la situación de los derechos humanos".

Extrañamente, el principal "agente social" responsable de los destrozos y pérdidas humanas ---las televisoras y medios impresos de la oligarquía--- no fueron mencionadas en el comunicado de la venerable organización de los derechos humanos.

4. Milos Alcalay, el embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, fue la siguiente ficha que Washington movió. Ya durante el golpe de Estado de abril del 2002, el socialcristiano Alcalay había traicionado al gobierno, ofreciéndole al golpista Carmona en una carta sus buenos servicios. Inexplicablemente se le perdonó la traición y pudo permanecer en el cargo, preparando el circo de su renuncia teatral del día 4 de marzo, en Nueva York.

"Me es imposible representar una diplomacia de Estado en un entorno conflictivo como el actual (en el país), que niega los derechos humanos, desequilibra la democracia y afecta el diálogo", expresó el diplomático de carrera y criticó "la represión militar y policial" que sufrió la marcha de los mercenarios el 27 de febrero; reprobó la labor del CNE al considerar que sus determinaciones "constituyen una negación a la verdadera noción de democracia", y llamó a la formación de un "gobierno de salvación nacional".

5. El blanco psicológico de la incesante campaña televisiva interna de los canales Globovisión, cuyo Director es Alberto Federico Ravel, y Venevisión, propiedad del magnate Cisneros, es doble: por una parte se procura generar un estado psicótico en la población que facilite su manipulación y, por otra, se pretende quebrar moralmente a la Guardia Nacional (GN) que sostiene el peso de los conflictos callejeros y ataques de los francotiradores.

6. Los escenarios finales buscados por la quinta columna de Washington, son dos. Ambos parten de una doble premisa: a) que no será posible vencer al Presidente Chávez en elecciones limpias y, b) sin la neutralización del Presidente, la oligarquía y Washington no podrán recuperar el Estado y sus prebendas.

7. El primer escenario consiste en inclinar el frágil equilibrio dinámico de poder que existe entre unas turbas callejeras, vinculadas por su correa de transmisión televisiva a los verdaderos líderes de la subversión, y una fuerza armada democrática que no matará a civiles, hacia los sectores del imperio y de la oligarquía.

"Chico, con esto se cayó el Muro de Berlín", expresó uno de los líderes mercenarios en una conversación telefónica con grupos foquistas callejeros esa lógica, tratando de darles ánimos.

Si tal estrategia no logra el objetivo final, los mercenarios se contentarán posiblemente, por ahora, con la obtención de algunas concesiones de parte del CNE o del gobierno, que permitirán abrir la campaña electoral del referendo revocatorio, en el cual Washington invertirá todo su know how y los recursos necesarios para triunfar.

8. Si este escenario falla, es probable un plan "B", consistente en un ataque aéreo de un piloto que se procurará comprar. Al fin y al cabo, ¿si se compran diplomáticos y generales, porque no podría encontrarse un piloto militar en venta?

El Palacio de Miraflores, el Ministerio de Defensa y la Comandancia del Ejército se encuentran a corta distancia dentro de Caracas y casi en una línea recta. De tal manera, que un cazabombardero F-16 o Mirage, podría atacar los tres blancos en una sola agresión, para refugiarse inmediatamente después en las bases aéreas estadounidenses en Curazao o Aruba, donde pediría asilo político.

9. Si al Presidente no se logra neutralizar a corto plazo, a mediano plazo se activará el uso de bandas armadas, tal como sucedió en Nicaragua y Haití. Las bases de la agresión contra Nicaragua estaban en Honduras; las de la agresión contra Haití en la República Dominicana y las de las bandas armadas que se están usando ya contra Venezuela, en Colombia.

El gobierno de Bush no hará concesiones en la imposición de este plan. La solidaridad internacional tendrá que tener la sensibilidad y la sabiduría de entender las jugadas de este ajedrez imperial subversivo, antes de que sucedan.

Sólo así podrá darse jaque mate al gran depredador del norte.