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Latinoamérica

Un clarificador comienzo de campaña

Hugo Cores *
La República

Si no nos comprometemos a ello (garantizar salud, educación y alimento para los niños y los jóvenes más pobres) seríamos gobierno pero no seríamos progresistas."
Tabaré, en Salto, 3-3-04

Mientras los partidos tradicionales siguen enredados en las disputas grupales o de caciques, sin programa explícito y sin nada para decirle a la gente, el progresismo ha arrancado primero en la campaña política y con singular empuje. Siempre hemos sostenido la inconveniencia de "aguar" el mensaje progresista despojándolo de los contenidos esenciales de los acuerdos programáticos del FA-EP.
Ahora, apoyado en las deliberaciones y resoluciones del Congreso Héctor Rodríguez, la campaña pueblo a pueblo expresa una vitalidad y un perfil político de un tono opositor como no venía apareciendo en las salidas públicas de distintos "cabezas" de lista. Incluso corrigiendo algunos "bandazos" hacia el centro al que se han sentido obligados algunos compañeros dispuestos a constituir conglomerados "atrápalo todo" dentro del propio Frente.
Varios anuncios formulados por el compañero Tabaré Vázquez sobre criterios a aplicar por un gobierno frenteamplista ponen en debate temas centrales, como la apropiación de la tierra por parte de sociedades anónimas, la tortuosas actividad de las SAFI, la situación de emergencia de "los uruguayos que no pueden esperar" porque los acosan el hambre y la necesidad.
También la intención de llevar adelante auditorías administrativas en todas las empresas públicas y oficinas del Estado anunciando la voluntad de terminar con esa impunidad, haciendo lo posible para que actúe la Justicia y sean castigados los ladrones. ¡Qué falta hacía reafirmar estas viejas convicciones!
Esta impronta "social", opositora, de lucha contra la corrupción parece compatibilizarse mal con algunas invocaciones a "no asustar a los burgueses", o "trabajarla de callado" a la manera que, se ha dicho, salvadas las distancias, hizo Fidel Castro cuando estaba en la Sierra Maestra. Digamos de paso que nos resulta particularmente insensata y muy poco hábil tal comparación, un boccato di cardenale "servido en bandeja a la derecha" en plena campaña electoral. Ya oiremos hablar de esta gracia.
Ganar las elecciones para cumplir con las impostergables metas de un plan de emergencia contra la pobreza. ¿Qué otra cosa se podría esperar de un gobierno de izquierda? ¿Qué sentido tiene la insistencia en "lo poco que podrá hacer un nuevo elenco progresista"?
¿Qué sentido tiene repetir nosotros, junto a las clases conservadoras, que es necesario hacer que la torta crezca y demás proposiciones de la vulgata neoliberal?
Son temas interesantes para debatir. Con serenidad y no con gracias. Con continuidad, tema a tema. Dirigiéndose a un auditorio cuya capacidad de razonar se respeta y no como si se tratara de hacer chistes frente a la claque.
Si tiene sentido la existencia de distintas propuestas dentro del FA, ¿dónde sino en estos debates, prolijamente desarrollados, se habrán de expresar los rasgos de cada opción? ¿Cómo los frentistas podrán elegir si no poseen un bosquejo de identidad política e ideológica de las distintas corrientes que medirán fuerzas en las elecciones internas?
¿O sólo se trata de desarrollar una logística publicitaria, sustancialmente mediática?
¿En qué consiste una propuesta política que tiende a identificarse con lo que el oligopolio mediático permite y reproduce?
De todos modos, no parece ser esa la opción escogida por la conducción del FA en esta gira pueblo a pueblo donde en cada lugar se realiza un anuncio importante e impactante.
Como militante en una de las corrientes que participan del esfuerzo y de los debates del FA, creo que es importante desarrollar la campaña sin desdeñar, obviamente, ningún medio.
A la vez es necesario que tal como se viene impulsando, como resultado de la campaña político-electoral, los frenteamplistas queden con las ideas más claras y ellos mismos más dispuestos a convertirse en protagonistas de una campaña que no será "coser y cantar".
La poderosa palanca virtual que son los comités de base y su (injustamente) criticada militancia de base no es un elemento que debamos desdeñar en aras de una política amistosa hacia los medios de comunicación de masas.
Triunfar en la primera vuelta no será fácil. No creo que el escribano Stirling, que en muchos aspectos merece respeto por su trayectoria como parlamentario y como ministro, represente ninguna renovación dentro del Partido Colorado. Su candidatura, que significa la salida parcial de escena del maléfico Sanguinetti, aparece demasiado ligada a la forma cupular en que fue resuelta.
No ocurre lo mismo con Larrañaga, que --representando él mismo una forma de continuismo-- si consigue triunfar, aparecerá con el prestigio de haber protagonizado una oposición efectiva a la cuestionada y turbia conducción lacallista.
De un modo u otro habrá lucha política intensa en los próximos meses y para ello necesitamos de aquellas trincheras de que hablaba Martí, las trincheras de ideas. Hechas carne y voluntad en nuestra gente.
* Dirigente del PVP - Editorial de LA REPÚBLICA de Uruguay - 13 de Marzo de 2004