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Latinoamérica

Documentos oficiales y revelaciones periodísticas confirman que Repsol YPF triangula en Argentina gas con destino a California

El gas boliviano que viaja a EE.UU.


Martín Wasserman
Agencia Periodistica del Mercosur
Buenos Aires.- Durante su reciente visita a Buenos Aires, el subsecretario de Comercio de Estados Unidos, William Lash, confirmó que las preocupaciones del pueblo boliviano respecto de sus recursos gasíferos son más que justificadas. En rueda de prensa, dejó abierta la posibilidad de que Argentina esté participando en la exportación de gas proveniente de Bolivia hacia Estados Unidos.
El representante norteamericano se había reunido previamente con Julio de Vido, ministro de Planificación argentino y hombre de confianza del presidente Néstor Kirchner. La charla se debatió en torno a inversiones en los rubros de "alta tecnología" y gas natural. En referencia al último ítem, Lash declaró, sin entrar en detalles, que "si quieren conocer el rol que va a jugar Argentina (en la exportación de gas a Estados Unidos), deben preguntarle a sus autoridades. Yo se que es una posibilidad".
Sin embargo, la "posibilidad" a la que se alude ya es parte de los negocios regionales de las multinacionales petroleras. Desde mucho tiempo antes de la mal llamada crisis energética, padecida por Argentina durante el invierno pasado, Repsol YPF exporta a su subsidiaria en Chile recursos gasiferos extraídos en Argentina, en donde se deriva un porcentaje para envíos marítimos a California.
Este esquema de intercambio intraempresa se profundizó notoriamente con el acuerdo firmado entre los gobiernos de Argentina y Bolivia, en el que el país del Altiplano se comprometió a enviar al primero 4,5 millones de metros cúbicos diarios de gas a precio preferencial, como muestra de solidaridad frente a la supuesta escasez energética argentina. Días atrás, los despachos aumentaron a 6, 5 millones de metros cúbicos por día.
Más que solidaridad, los asesores económicos de la bancada de Movimiento al Socialismo en la Cámara de Diputados de Bolivia, Carlos Delgado Miranda y Guillermo Arequipa Copa, consideran que "estamos asistiendo al avance de un viejo proyecto regional de las grandes corporaciones energéticas en lo tocante al gas".
Según comentaron a APM, tal iniciativa apunta a que Bolivia se asiente como el nodo de distribución de gas para Latinoamérica, y que su actividad en el ramo se limite a la exportación del recurso.
Una conclusión similar es a la que llegó el periodista boliviano Andrés Soliz Rada: "El ex ministro Xavier Nogales ha indicado que se venderán cuatro trenes de gas a los mercados de México o Estados Unidos, integrado por ocho barcos metaneros, que exportarán 3.6 trillones de pies cúbicos, en 20 años".
"La consigna de las petroleras para Bolivia es muy clara. Ni un solo metro cúbico de gas debe ser industrializado dentro de su territorio, ya que ellas obtendrán grandes utilidades al industrializarlo en el exterior", agregó Soliz Rada.
Un informe publicado por el Centro de Documentación e Información de Bolivia (CEDIB), demuestra que los acuerdos firmados entre Bolivia y Argentina respecto a la venta de gas, no solo nada tiene que ver una situación de excepción energética en el país austral, sino que es parte de una estrategia de negocios formulada en la década pasada por Repsol YPF, British Petroleum y British Gas.
Estas tres empresas habían formado el consorcio Pacific LNG, a través del cual formalizaron el proyecto de exportación de gas a Estados Unidos vía Chile. Durante el 2002, habían presentado su propuesta en el Congreso Anual Latinoamericano de Energía realizado en San Diego, California. Pero, como se sabe, todo saltó por las tapas cuando el pueblo boliviano salió a las calles y derribo al entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
Sin embargo, todavía quedaba la segunda opción: integrar a la Argentina al juego, y utilizarla como pantalla. El gas boliviano entraría a satisfacer las necesidades internas argentinas, para que Repsol YPF continuase con sus envíos masivos a Chile. Y de ahí a California.
Luego de la recuperación por parte de Repsol YPF de un gasoducto que une Tarija (Bolivia) y Campos Durán (Argentina), los oligopolios energéticos redoblaron la apuesta con el proyecto "Gasoducto del Noroeste Argentino" (GNA), elaborado por el italoargentino Grupo Techint.
Dentro de los objetivos del emprendimiento, se destaca que el GNA "integrará las reservas de gas natural de Bolivia y el Noroeste argentino con el mercado energético argentino".
Si bien no se hace referencia a las exportaciones a Chile, eso se da por descontado, ya que la ligazón con el "mercado" argentino implica necesariamente el abastecimiento de los 7 gasoductos que unen a los países de la Cordillera.
Frente a esta estrategia empresarial, Andrés Soliz Rada enfatiza la necesidad boliviana de reformular su matriz energética doméstica, como herramienta para la recuperación de la soberanía nacional sobre sus recursos.
"El gas es el instrumento que le queda al país para salir de la pobreza, impulsar su industrialización en forma equilibrada y homogénea, bases esenciales para consolidar la unidad nacional, afectada por intereses internos e internacionales".
"La exportación de gas a Chile debe ir acompañada de la solución al problema de nuestro enclaustramiento geográfico. Si Brasil y Argentina quieren nuestro gas, la operación debe ser condicionada a que volúmenes similares a los exportados se industrialicen en territorio boliviano. Y, finalmente, debemos descartar la venta de gas a México y Estados Unidos por ser antieconómica y lesiva al interés nacional", destaca Soliz Rada.