VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

¿Quién asesinó a Danilo Anderson?

Un criminal atentado cercenó la vida del joven y valiente Fiscal venezolano, que puso a raya a los matones de la oligarquía y a los violadores del orden constitucional

Félix López
<http://granma.co.cu/2004/11/20/interna/articulo05.html

CARACAS.—Semanas atrás, mientras nos estrechamos las manos a la entrada de la Embajada de Cuba, le pedí al fiscal Danilo Anderson que se cuidara. Y me respondió con la misma valentía y serenidad que caracterizaron su actuación, desde que saltó a la palestra pública, a partir del golpe fascista de abril del 2002: "¡Que se cuiden, dijo, los que se burlan de la Ley!"... Hoy, tras su abominable asesinato, miles de venezolanos, consternados y rabiosos, despiden al luchador social y revolucionario Danilo Anderson.

Poco más de las 11 de la noche del jueves, después de la potente explosión que le causó la muerte en su vehículo, la mayoría de los medios de comunicación comenzó a denunciar el "atentado terrorista". Pero lo que acababa de ocurrir, obviamente, estaba más allá del fundamentalismo y la sangre fría con que actúan los extremistas y el crimen organizado: se trata de un asesinato selectivo y político, es el mensaje de odio y plomo que envían oligarcas y perdedores a todos los sectores del proceso revolucionario bolivariano.

¿Por qué fue el fiscal Danilo Anderson el leitmotiv de un abominable crimen que es, en rigor, un atentado contra el Gobierno y el pueblo bolivarianos?

La respuesta, como una raíz, hay que escarbarla desde el humilde barrio de La Vega, en el Oeste pobre de Caracas, donde nació hace 38 años. Está, además, en las aulas de las escuelas de Geografía y de Derecho de la Universidad Central de Venezuela, donde se tituló como abogado en 1995 y, sobre todo, en la Fiscalía General de la República, a donde llegó en el año 2000, tras un concurso de credenciales, y fue electo como Fiscal Auxiliar. Pero a muchos no le gustaba su presencia, porque no tenía ni la sangre azul ni el cabello rubio.

Anderson, quien llevaba 20 años practicando el montañismo en la Gran Sabana y Mérida, y realizó un posgrado en Derecho Ambiental y Desarrollo Sustentable, había sido nombrado Fiscal IV de Ambiente con competencia nacional, hasta que el golpe fascista de abril del 2002 lo llevó a mostrar la fuerza y la valentía que necesitaba la Fiscalía venezolana para enfrentar el momento que vivía el país: sin temor alguno se hizo cargo de la acusación en contra de los agentes de la Policía Metropolitana que participaron en los asesinatos del Puente Llaguno. Y, desde entonces, saltó a la opinión pública y fue atacado y vilipendiado por los medios en manos de la oposición, sin que lograran mellar su disposición de hacer justicia.

Recientemente, Danilo Anderson asumió el caso del criminal asedio a la Embajada de Cuba durante los días del golpe fascista, y logró llevar a prisión al opositor alcalde de Baruta, Enrique Capriles Radonsky, por haber violado tratados internacionales, cuando irrumpió en la sede diplomática cubana y se puso al frente de los extremistas que destruyeron los autos, cortaron la electricidad y el agua, y amenazaron con tomar por la fuerza el lugar si no se les permitía revisar la Embajada, donde suponían se encontraba asilado el entonces vicepresidente de la República, Diosdado Cabello.

Muchos venezolanos, orgullosos del joven, siguieron con atención su actuación en el caso Radonsky, y unas semanas después lo vieron asumir con firmeza el estudio del expediente de los participantes en el golpe de Estado, razón por la cual Anderson tenía previsto citar a más de 400 personas que firmaron la autoproclamación del golpista Pedro Carmona. Algunos de ellos, especialmente los dueños de los medios de comunicación, ya habían asistido a la citación del Fiscal, que también había dictado una orden de prohibición de salida del país a Alfredo Peña, ex alcalde de Caracas, a dos de sus más cercanos colaboradores, y a Henry Vivas y Lázaro Forero, directores de la siniestra Policía Metropolitana.

Quizás el reclamo oficial del Gobierno bolivariano, en la voz del ministro de Comunicación e Información, Andrés Izarra, se pierda hoy en la indiferencia de los grandes medios: "El Gobierno de los Estados Unidos, sentenció Izarra, debe explicar cómo es que estos grupos terroristas actúan con total libertad desde su territorio. Cómo es que no se han investigado los centros de entrenamiento terrorista en contra de Cuba y de Venezuela en su territorio. Cómo se hacen llamados al magnicidio en nuestro país a través de los medios de comunicación locales de Miami, bajo la mirada impune del Gobierno estadounidense".