VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

MEXICO

Wal-Mart vs el quinto sol

Javier Aranda Luna
LA JORNADA

No se ha dicho la última palabra sobre el asunto Wal-Mart Teotihuacán. Es verdad que la tienda esta prácticamente concluida. También que se inaugurará en dos o tres semanas. Además, en materia legal se cumplieron con todos los requisitos solicitados por las distintas autoridades. Pero, repito, no se ha dicho la última palabra.

Y no se ha dicho porque no creo que una sociedad como la nuestra arriesgue al más importante centro ceremonial prehispánico de toda América por un puñado de argumentos leguleyos. Creo que pese a todo ahora es el momento de elaborar un plan integral sobre el valle de Teotihuacán en el que participen autoridades locales, federales, especialistas como Miguel-León Portilla o artistas como Francisco Toledo para rescatar, preservar y dignificar esta ciudad que es considerada como Patrimonio de la Humanidad.

Lo sabemos, pero conviene repetirlo: Wal-Mart es uno de los símbolos más representativos del mercado global. O del capitalismo salvaje, si se quiere. Y la lógica del mercado es, a final de cuentas, hacer dinero. ¿Don dinero decidirá qué hacer con nuestro patrimonio? No me opongo a la generación de riqueza pero, como la mayoría, no a cualquier precio. O, ¿estaríamos dispuestos a que una trasnacional tuviera el copyright de la Virgen de Guadalupe? Estoy seguro que no, aunque legalmente pudiera llevarse a cabo. ¿Cuántos resquicios legales existen para permitir barbaridades de ese tamaño? Los suficientes, supongo, como para que planten en el valle de Teotihuacán una tienda Wal-Mart. O para que la famosa frase happy birthday ya esté registrada por una compañía japonesa, como actualmente ocurre.

El costo por permitir que esa tienda se establezca es alto. En primer lugar sentaría el precedente para que otros establecimientos, también trasnacionales, formaran un cinturón alrededor de las pirámides. Y la lógica para hacerlo sería la misma: ¿por qué no generar riqueza vendiendo donas de mantequilla, hamburguesas y pizzas? Los oriundos del lugar se podrían mandar a trabajar como cerillos, cajeros, limpiapisos, acomodadores de autos. ¿Esa es la ganancia? Pero más allá de esa pírrica ganancia, ¿se imagina el impacto que generará el tránsito constante de tráilers por el lugar? No quiero siquiera imaginarme un mall gigantesco cuyo centro sean las pirámides del Sol y de la Luna. O un corredor turístico con todo y periférico que rodeara la zona. Y lo digo en serio. Técnica y legalmente eso es posible.

Estoy seguro que en una junta de negocios lloverían ofertas para financiar espectáculos con luz y sonido permanentes alrededor de las pirámides. Habría canchas con juegos de pelota de hule, modelos con taparrabo y cintas llenas de grecas en la frente, temascales cinco estrellas -o algo parecido a ello-, souvenirs y toda esa merchandaise ad hoc para que ese valle, que hoy es un páramo, cobrara vida. Una edecán de permanente sonrisa podría recibirnos con un cualli tonalti piltoton -o como se escriba este saludo- a la entrada de la Calzada de los Muertos. Y no fantaseo. ¿No se acuerda que el gobernador del estado de México pensó hace algunos meses en acondicionar una zona boscosa para practicar el esquí?

Y si Wal-Mart es uno de los símbolos más importantes del mercado global, Teotihuacán es uno de los símbolos más importantes de la cultura de todo el mundo. No es cualquier cosa tener un conjunto arquitectónico como el de Teotihuacán. El diario The New York Times consignó esta preocupación el pasado 7 de octubre, también el periódico La Vanguardia y Televisión Española.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia autorizó la construcción de la tienda porque legalmente no existía impedimento alguno. ¿Las autoridades de esa institución dedicada entre otras cosas a salvaguardar el patrimonio histórico no tendrían que haber consultado el asunto al más alto nivel? ¿Poner en la mesa pros y contras de la construcción? Lo pregunto porque supongo que una decision de ese tamaño no es igual a permitir la construcción de una casa familiar en la zona C de Teotihuacán. ¿O sí?

Teotihuacán no sólo es un montón de ruinas. Fue un santuario de nuestros antepasados, la Ciudad de los Dioses. En sus edificios se desarrollaba la trama cósmica del llamado Quinto Sol, el centro de todos los tiempos. Fray Bernardino de Sahagún recogió, en su Historia general de las cosas de la Nueva España, los testimonios que dieron cuenta de ello con un eco que aún hoy nos sobrecoge: ''antes que hubiese día en el mundo se juntaron los dioses en aquel lugar que se llama Teotihuacán... dijeron los unos a los otros dioses: ¿quién tendrá cargo de alumbrar al mundo?'' El Sol y la Luna nacieron del sacrificio de dos dioses que ardieron en una hoguera y, el movimiento de los astros, nació cuando todos los dioses decidieron inmolarse. Así, de manera extremadamente resumida, nació el Quinto Sol, el sol del movimiento, el sol que no cesa. ¿Permitiremos que el azar o las precisas leyes del mercado oscurezcan esa parte esencial de nuestro pasado? No creo: sin pasado no hay futuro y el presente es incierto.