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Latinoamérica

29 de enero del 2004

Tres cuartas partes de los pagos realizados por el gobierno fueron hacia 80 individuos muy ricos del país
La economía de la República Dominicana está en quiebra


La Estrella Digital


El diario The New York Times afirmó el pasado mes en un editorial que la economía de República Dominicana está en bancarrota y acusa a los gobernantes dominicanos de no ser capaces de realizar las reformas estructurales que necesita el país.

Fruto de esta situación, el país está sufriendo multitud de protestas populares, algunas de las cuales han acabado de manera sangrienta, como la huelga general del 11 de noviembre pasado, que se saldó con al menos ocho muertos, afirma el diario o las que se desarrollan en este momento con un saldo provisional de otros tres fallecidos.

Una de las causas de este colapso económico es la quiebra del Banco Intercontinental, el segundo mayor banco privado del país. El presidente de esta entidad, Ramón Báez Figueroa, logró sortear los reglamentos y las inspecciones con su "generosidad" hacia algunos políticos, incluido el presidente del país, Hipólito Mejía, y por eso las autoridades nunca descubrieron que millones de dólares habían desaparecido.

En contra de los consejos del Fondo Monetario Internacional, el Gobierno acudió en ayuda de la entidad privada, garantizando todos los depósitos que gestionaba el banco, incluso los que estaban localizados en las Islas Caimán.

The New York Times afirma en el editorial que tres cuartas partes de los pagos realizados por el Gobierno fueron hacia 80 individuos muy ricos del país, en una operación de rescate que ha costado a los dominicanos 2.200 millones de dólares (1.760 millones de euros), las dos terceras partes del presupuesto nacional anual.

Esta operación ha dejado a la economía dominicana maltrecha y con graves problemas para afrontar los gastos del suministro eléctrico en la isla, que sufre continuos apagones. El Gobierno dominicano adquirió recientemente dos distribuidoras eléctricas que costó al Tesoro del país la sospechosa cantidad de 350 millones de dólares (280,02 millones de euros), por lo que el FMI decidió suspender los préstamos previstos para el país caribeño, según el diario.