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Latinoamérica

PERSISTEN SERIOS CONTRASTES


Por: EQUIPO ANCHI

· Creció 3% la Economía en 2003; Sector Financiero con Aumento de 35%
· Los Sueldos Estancados, Deuda Externa Más Alta y 8% en Extrema Pobreza
· Subió 16% Endeudamiento de Chilenos
El gobierno chileno -junto al sector financiero y empresarial- todavía tiene margen de jugar con los números macroeconómicos, a pesar de que se mantienen serios contrastes con lo que es la situación de la población, acosada por el endeudamiento, desempleo, y mantención de un porcentaje importante de extrema pobreza.
De acuerdo a los índices de la Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL), la economía chilena creció en 2003 un 3%, positivo en un promedio continental de crecimiento del 1.5%. La balanza comercial chilena presentaba un saldo positivo de más de 130 millones de dólares con un alza del 55% en las exportaciones de cobre y de un 12% en producto agrícolas y pesqueros, prevaleciendo, por cierto, la venta de materias primas y recursos naturales; las importaciones habían bajado un 5%. Junto al crecimiento global de la economía, hasta mediados de 2003 el sector financiero había crecido un 35% y eran consistentes las ganancias de la banca, compañías de seguros, corredoras de bolsa y del capital financiero. Las ganancias por especulación monetaria, sobre todo gracias a una masa de deudores, se había elevado más del 25%. Además, se había calculado un precio del cobre -la principal materia prima que exporta Chile- en 78 centavos de dólar la libra y con alzas de más de 100 puntos, se llegó a un promedio de 80 centavos la libra; el sector recibirá unos 70 millones de dólares adicionales, de lo que se benefician las grandes compañías privadas y en menor parte el Estado. El comercio vino presentando también un alza favorable que en algunos periodos del año superó el 5% y las grandes cadenas comerciales aumentaron considerablemente su margen de ganancia. Para los sectores privados mantener bajo los dos dígitos el desempleo es otro factor 'de estabilidad'.
Son las cifras de un modelo concentrador, especulativo, empresarial, funcionando bien en la escala privada y monopólica, en el marco macroeconómico que tanto promueve el gobierno chileno, sobre todo cuando se prioriza por los acuerdos de libre comercio con 'grandes socios comerciales'.
Sin embargo, la coyuntura económica chilena presenta otras cifras nada positivas ni estimulantes. Por ejemplo, los salarios permanecen estancados y se ofrecen aumentos que no pasan del 2%, en el mejor de los casos. Las cifras del desempleo, en medio de oscilaciones, tienden a mantenerse alrededor del 9% pero con datos que hablan de un deterioro del acceso al trabajo de la gran masa laboral chilena. En un documento del Taller de Análisis de Coyuntura Económica y Políticas se precisó que mientras el empleo formal o con contrato aumentó en un 0.4%, el empleo informal o de 'trabajador por cuenta propia' subió un 7%, integrándose a esa estadística casi cien mil trabajadores y empleados. Es decir, resulta evidente que una enorme cantidad de gente debe generarse sus propios ingresos con 'empleos extremadamente precarios', sin previsión social, ni salario mínimo seguro. Todo esto marca, por lo demás, un incumplimiento del gobierno de Ricardo Lagos en el sentido de que sería un gran generador de empleo.
Al mismo tiempo, últimos informes han reiterado el drama del 8% de la población chilena que sigue viviendo en la extrema pobreza, porcentaje que sube al 13% en el sector rural e indígena. En Chile hay más de un millón 200 mil personas en la marginación total, sin acceso a vivienda digna, a servicio sanitario, a un sueldo mínimo, a una alimentación básica y en muchos casos de las 308 mil familias marginadas no tienen acceso a agua potable, calefacción y luz.
Las cuentas alegres respecto a la exportación del cobre, pieza clave en la economía nacional, se esfuman cuando se leen al finalizar el año informes de economistas independientes y de legisladores en el sentido de que la inmensa mayoría de las ganancias se quedan en manos de los consorcios privados de la minería. Como datos básicos, de las 47 compañías del sector, sólo 3 pagan impuestos al Estado. Y mientras la estatal Corporación del Cobre (CODELCO) en la última década entregó al Estado 9 mil 600 millones de dólares en impuestos, las empresas privadas sólo aportaron mil 600 millones. El año pasado las ganancias para los consorcios privados superaron los 5 mil millones de dólares y apenas pagaron 40 millones por impuesto.
Otro elemento clave en la situación económica chilena y que contradice los ánimos esperanzadores, se refiere al aumento constante de la deuda externa del país. Esta ya alcanza los 42 mil millones de dólares, lo que representa nada más y nada menos que el 58% del Producto Interno Bruto (PIB). De acuerdo a cifras del Banco Central, en el 2002 la deuda externa era de 39 mil millones de dólares, por cierto, mil 200 millones más que en 2001. Tomando en cuenta ese año, ahora Chile debe unos 4 mil millones de dólares más. Las sucesivas administraciones de la Concertación por la Democracia se han negado a cualquier tipo de suspensión o renegociación de fondo de la deuda externa, pese a que se ha pagado con creces y altos intereses.
Pero durante el año 2003 tomó más fuerza una de las características del 'capitalismo salvaje' en Chile. La generación de ganancias financieras a costa del endeudamiento de la población chilena.
Durante el año que termina ya no sólo los bancos usufructuaron de la necesidad de crédito y de 'dinero plástico' (uso de tarjetas de consumo y crédito bancario) de la gente, sino que se incorporaron a este proceso grandes cadenas comerciales que, inclusive, entraron ya al negocio bancario creando instituciones del sector. En el último periodo la banca se hizo de casi 200 mil deudores más y amplió su cobertura de servicios y cobro de comisiones, todo lo cual aumentó sus utilidades. Se produjo un aumento considerable del crédito para el consumo y por ese concepto el endeudamiento a nivel superó ya el 16%. Sin dejar de tener en cuenta que los intereses de los créditos de consumo de las cadenas comerciales son mayores que la tasa autorizada, lo que ha sido constatado por las autoridades pero nada concreto se ha hecho para resolverlo.
En definitiva, el sector financiero especulativo, la banca y los monopolios comerciales están generado ganancias altas a costa del endeudamiento de la mayoría de la población, con situaciones contrastantes como que los consumidores de menor nivel socioeconómico, son los que, proporcionalmente, más pagan. Esto se cultiva entre otras cosas, porque al disminuir el valor del salario, mantenerse el desempleo, encarecerse la vida, un mayoritario porcentaje de la población no tiene más remedio que comprar a crédito o endeudarse con un banco. Hay decenas de miles de familias que tienen deudas hasta con tres bancos e igual número de cadenas comerciales (a parte de los elevados porcentajes de gente que se atrasa o no paga la luz o el teléfono). En un artículo en la revista 'Punto Final', Paul Walder indicó que 'lo que tenemos es un nuevo reacomodo del sistema financiero, que mira hacia los consumidores con verdadero apetito'.
Sin duda, contrastes graves en una economía que se quiere exhibir a nivel regional e internacional como sólida, cuando lleva en su seno una serie de anomalías sociales y también financieras.