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Internacional

10 de marzo del 2004
Justicia al fin para el genocidio armenio

Aseguradoras de EEUU pagan casi un siglo después a familias de armenios asesinados por los turcos en 1915

Robert Fisk
La Vanguardia

Casi 90 años después del primer genocidio del siglo XX -el asesinato en masa de un millón y medio de armenios a manos de Turquía durante la Primera Guerra Mundial-, los descendientes de las víctimas van a recibir por fin compensación de las compañías estadounidenses con las que sus familias asesinadas firmaron en su momento un seguro de vida.

La compañía New York Life Insurance tendrá que pagar más de 16 millones de euros por 2.186 pólizas contratadas por hombres y muje-res que murieron en el genocidio armenio de 1915, tras décadas y décadas de evasivas con la excusa de que eran "incapaces de localizar" a los asegurados.

En realidad, los cuerpos de quienes habían contratado un seguro de vida con New York Life se encontraban en las fosas masivas de la Turquía otomana o enterrados en los desiertos de lo que es hoy Siria. En algunos casos, fueron asesinadas familias enteras: los hombres fusilados por los gendarmes turcos; las mujeres y los niños, forzados a adentrarse en el desierto, donde les esperaban las violaciones, la muerte por inanición o a cuchillazos.

El actual Gobierno turco, que desea unirse a la Unión Europea, sigue negando el genocidio y sin querer reconocer la cifra de un millón y medio de armenios que "perecieron trágicamente" en el caos civil de la guerra. Miles de supervivientes judíos del holocausto tuvieron que esperar 40 años hasta conseguir obligar a las compañías de seguros a pagar las indemnizaciones reclamadas en nombre de los parientes asesinados por Hitler en los campos de la muerte, pero las reclamaciones armenias han tenido que esperar bastante más tiempo.

Los asesinatos de armenios no habían acabado en lo que entonces era la Armenia turca, cuando los gobernantes otomanos tuvieron la desfachatez de pedir al embajador estadounidense en Constantinopla los nombres de todos los armenios que habían contratado seguros con compañías estadounidenses, alegando que su propiedad pertenecía ya al Estado y que los seguros de vida tenían que pagarse, por tanto, al imperio otomano. El embajador rechazó la petición.

Ahora bien, incluso cuando New York Life accedió por fin a satisfacer la demanda colectiva presentada originalmente contra ella en Los Ángeles en 1999 por descendientes de las víctimas del genocidio armenio, la compañía utilizó el mismo lenguaje neutral con que Turquía describe uno de los crímenes de guerra más monstruosos del siglo XX.

En palabras de Sy Sternberg, presidente de New York Life, una tercera parte de sus seguros armenios se pagaron tras el genocidio. "Cuando resultó evidente que muchos de nuestros asegurados armenios habían perecido en los trágicos acontecimientos de 1915 -afirmó-, New York Life contrató a un abogado armenio en la región para ayudar a los herederos de quienes habían muerto, con el fin de pagar puntualmente las indemnizaciones."

Según Sternberg, la compañía renunció a los procedimientos normales de pago en su momento y reactivó pólizas armenias canceladas con el fin de pagar a los herederos.

Casi otro millón y medio de euros en pólizas "no reclamadas o sin herederos" se destinará a un fondo del que también se beneficiarán los grupos religiosos armenios de Estados Unidos.

Una segunda demanda colectiva es la planteada contra Victoria Insurance Company, que, según el abogado de los demandantes, nunca realizó pago alguno a las víctimas de la matanza armenia. "Durante casi 90 años, Victoria Insurance ha estado reteniendo millones de dólares que pertenecen a los herederos de las víctimas... No habría que permitir que ninguna organización se beneficiara del genocidio."

Andy Kevorkian, uno de los armenios británicos más combativos en relación con las matanzas del año 1915, se muestra implacablemente crítico con esas compañías que no pagaron los seguros a las familias de las víctimas. "Se dedicaron a decir a los supervivientes que demostraran que sus familiares habían muerto. ¿Qué esperaban? ¿Que los turcos escribieran una pequeña nota dirigida 'a quien corresponda' con la fecha del asesinato en cada caso?"

Lo cierto es que los pocos testigos presenciales del genocidio armenio están desapareciendo ya con rapidez. El mes pasado murió a los 98 años Arman Keshishian, el último superviviente británico conocido, quien había asistido al primer día de Recuerdo del Holocausto británico (el 27 de enero del 2001). Su familia escapó de la muerte gracias a la ayuda y el valor de un amigo turco... y sobornando a los funcionarios turcos.



Traducción: Juan Gabriel López Guix